Reseña de "La oficina de los gatos y otros cuentos" de Miyazawa Kenji

Publicado el 01 junio 2022 por Rt

Es una suerta para los aficionados a la literatura que cada vez se vaya conociendo más la literatura japonesa en España. Y sobre todo, que haya editoriales empeñadas en traernos auténticas maravillas. 

Este es el caso de La oficina de los gatos y otros cuentos (Satori Ediciones) que nos trae la obra de este autor japonés de lo fantástico responsable de maravillas como El tren nocturno de la Vía Láctea. El autor mezcla como nadie la fantasía y la realidad, dando lugar a situaciones verdaderamente irónicas y divertidas, con las que critica algunas costumbres humanas. 

Y es que este libro puede recordarnos a las fábulas de Esopo, donde los animales daban consejos sobre cómo comportarse o no. O tal vez recuede a El Maestro y Margarita, la novela de Bulgakov en la que Moscú se ve invadida por seres maravillosos, como el gato parlante Popota

El libro comienza con el relato corto que le da título. En dicho relato se nos narran las actividades de la oficina de los gatos, un organismo oficial que informa a los michis de la geografía de la región que van a visitar, les ofrece mapas, consejos, etc. Resulta muy útil para los felinos, pero poco a poco comienzan a surgir conflictos entre unos y otros. 

No son los únicos animales que aparecen. También enocntramos cuadrillas de ranas trabajadoras, amores imposibles entre señales ferroviarias, niños que vagan entre mundos, etc. Asimismo encontramos zorros sabios, árboles que hablan, aldeas que esperan la visita de Buda, jaulas para pájaros y ratones profesores, estudiantes que acuden a la escuela del tejón, etc. 


Son cuentos bastante breves, que componen un total de veinticinco. Los protagonistas son los habitantes humanos y animales de la aldea de Ihatov, en la que pueden suceder todo tipo de historias fantásticas y donde los límites entre la realidad y la ficción no quedan claros. Pero Kenji es un maestro a la hora de moverse en esa zona difusa, como ya ha demostrado con otros libros y la obra deja un buen sabor de boca en el lector. 

El lector encontrará situaciones surrealistas, maravillosas e irónicas donde se refleja la sociedad humana en boca de los diferentes animales, con sus virtudes y sus defectos. No podemos achacar que sólo son objetos, animales o niños porque nos vemos reflejados en ellos. Juzgarlos sería como juzgarnos a nosotros mismos.

Hay una maravillosa introducción a cargo de Marta Añorbe Mateos y Kuniko Ikeda, que también traducen el libro y nos trasladan con toda exactitud ese idioma tan complicado como es el japonéss, atendiendo a los diversos acentos y a la forma de hablar de los protagonistas. Al final también se incluye un glosario con la lista de términos japoneses y su correspondiente traducción al español. 


Que nadie se llame a engaño. En realidad, tras estos cuentos que nos arrancan una sonrisa, hay un análisis concienzudo sobre diversos temas mundanos que ocupan a la raza humana. La codicia, la presunción, la soberbia... todos los pecados humanos se ven en los animales, árboles y seres vivos (e inanimados) de la zona.

Fiel seguidor budista, Kenji nos habla de la compasión en todas sus vertientes, sobre todo en el amor a los animales. Uno de los temas que se tratan en el libro es el vegetarianismo. Pero también la empatía y el amor a estas criaturas a las que en ocasiones hacemos la vida imposible.