Joël Dicker es un autor de novela negra al que me he acercado este año por primera vez. Y lo he hecho por la puerta grande con la lectura de La verdad sobre el caso Harry Quebert, un libro que tiene todos los ingredientes para ser un magnífico thriller y que ha escalado inmediatamente al top 5 de mis mejores lecturas en lo que llevamos de este 2022. No en vano, esta novela lleva años triunfando entre lectores de todo el mundo y ha llegado incluso a salvar a más de una persona del típico y temido bloqueo lector. ¿Quieres saber el motivo?
Realmente, mi recomendación es que leas sí o sí La verdad sobre el caso Harry Quebert, seas o no amante de la novela negra. Para ello, pretendo con esta reseña meterte el gusanillo y que te hagas con esta obra maestra de la literatura contemporánea. Antes que nada, debes conocer su trama, tan complicada como sencilla es su forma de contarla:
Todo empieza cuando Marcus Goldman, un joven escritor que ha saltado a la fama tras el éxito de su primera novela, llama a Harry Quebert (su antiguo profesor de literatura en la universidad y gran amigo) para que le aconseje sobre cómo ponerse a escribir una nueva novela por la que su agente editor no para de presionarle. Harry le invita a su casa con vistas al mar en un tranquilo pueblecito de Maine y, así, retoman la buena relación que habían mantenido siempre. Pero, de pronto, aparece un macabro hallazgo en el jardín de Harry: los restos mortales de una chica de 15 años desaparecida 33 años atrás y cuyo caso nunca se resolvió. A Harry lo meten en la cárcel como primer sospechoso y Marcus se decide a recabar pruebas y testimonios que exculpen a su antiguo mentor, pero poco imagina todo lo que empezará a descubrir. Además de comprender que Harry mantuvo una relación amorosa prohibida con Nola, la adolescente asesinada, irá averiguando las diferentes conexiones entre varios habitantes del pueblo, sacando a la luz poco a poco sus relaciones con Nola (algunas de ellas sospechosas y otras que no acaban de cuadrar), echando continuamente la vista atrás al pasado para intentar completar el enigmático puzzle al que se enfrenta. Para terminar de complicar la cosa, Marcus empieza a recibir notas amenazantes instándole a volver a Nueva York y a abandonar la investigación, y cada día se descubre un nuevo dato que casi desmonta todo lo resuelto hasta el momento.
¿Mató Harry Quebert a Nola o fue otra persona? ¿Quién tiene interés en que Marcus no descubra la verdad y por qué? Estas preguntas asaltan todo el tiempo a un lector que no puede parar de leer, intrigado por conocer lo que ocurrió realmente durante el verano de 1975 y sin perder tampoco el interés hacia el proceso de escritura de Los orígenes del mal, la novela que catapultó a la fama a Quebert y que puede ser clave en la investigación, ya que el libro se inspiró en Nola y a ella está dedicado. Pero no te regodees demasiado en tus teorías, porque lo más probable es que, capítulo tras capítulo, un nuevo hallazgo las desmienta y nada va a prepararte para el giro final que toman los acontecimientos. Nada.
Puede que te preguntes qué hace que este libro que, al fin y al cabo trata sobre la investigación de un asesinato como tantos otros, sea tan popular. Yo he hecho mi propio análisis y he concluido que funciona así de bien sobre todo por el dinamismo narrativo con el que Dicker va desgranando la trama, recurriendo a diálogos ágiles, personajes carismáticos e incluso golpes de humor, así como por el hecho de presentar un pequeño pueblo del que vas conociendo poco a poco a varios de sus habitantes (muy al estilo de Stephen King), lo que ayuda a empatizar más con la historia e implicarse mejor. Las sorpresas y giros continuos que va regalando su lectura también aportan su granito de arena para hacer inolvidable la historia y a todo esto pone la guinda del pastel la belleza de varias de las frases, sobre todo en los capítulos en los que se plasman los consejos de Harry hacia Marcus, quien, no olvidemos, le enseña a enfrentarse no sólo a la escritura, sino también a la propia experiencia vital.
«Marcus, ¿sabe cuál es el único modo de medir cuánto se ama a
alguien?
—No.
—Perdiendo a esa persona».
Concluyendo, hay que quitarse el sombrero ante Jöel Dicker y su La verdad sobre el caso Harry Quebert porque es una maravilla de principio a fin. Como podrás adivinar, acaba de empezar una nueva obsesión por reunir toda la obra del autor y ver qué más tiene que ofrecer. Y, por cierto, también es muy recomendable la serie homónima de Amazon Prime, una de las adaptaciones más fieles a un libro que he visto nunca. ¡Pero lee primero el libro!