V. E. Schwab es una autora que está muy de moda últimamente entre los lectores aficionados a la fantasía, uno de mis géneros predilectos. Así que yo llevaba meses dispuesta a conocer la obra de esta escritora de éxito, pero me costaba decidirme por uno de sus libros para empezar. Las sinopsis y reseñas de todos ellos me llamaban muchísimo la atención y estaba segura de que todos iban a gustarme, así que, finalmente, incliné la balanza a favor de La vida invisible de Addie LaRue debido a que su trama se me antojaba ligeramente más atractiva que la del resto de sus novelas. De esta manera, comencé mi nueva pasión por la pluma de Schwab, tan especial e imaginativa que dudo que después de esta reseña tú no te propongas también zambullirte de pleno en la peculiar vida de Addie, si no lo has hecho ya. Luego no quiero que me acuses de crearte necesidades lectoras, ¿eh?
La vida invisible de Addie LaRue narra una historia muy faustiana, en la cual Addie, una joven desesperada por ser libre y escapar de un matrimonio forzoso en una villa francesa de principios del siglo XVIII, hace un pacto con una sombra, un demonio ancestral que le ofrece la vida eterna y todas las maravillas que el mundo entero puede brindarle durante la misma. Pero como bien es sabido de este tipo de pactos un tanto siniestro con las fuerzas de la oscuridad, estas cosas no suelen salir gratis y el astuto demonio se toma algo a cambio: Addie no podrá ser recordada por nadie, nunca, y vagará por el vasto mundo sin poder echar raíces ni dejar una huella de su historia, puesto que todos la olvidan en cuanto la pierden de vista un segundo, sus cuerdas vocales son incapaces de pronunciar su propio nombre condenado al olvido y no puede dejar como testigo ni siquiera un trazo salido de su propia mano. La joven ahora deberá hacer frente a esta nueva vida vacía, una existencia a medio gas que aprovechará para conocer el mundo entero y dedicarse a ser la musa de varios artistas a lo largo de los siglos, en un intento por aportar algo de sí misma a la posteridad. Hasta que 300 años más tarde de aquel primer encuentro con el dios oscuro de la noche, Addie se topa con alguien que, sorprendentemente, es capaz de recordarla. ¿Por qué?
Obviamente, la trama de esta novela es muy interesante y fascinante. Pero además, el libro está maravillosamente bien escrito, con un estilo cargado de frases preciosas, reflexiones profundas y mensajes potentes. Lo que más me ha gustado de La vida invisible de Addie LaRue ha sido asistir junto a la protagonista al paso de los siglos y al cambio de épocas, recorriendo junto a ella acontecimientos históricos como la revolución francesa, la primera y segunda guerra mundial o la ley seca, y comprender que cada momento que la chica maldita experimenta gracias a la naturaleza, el arte o la gastronomía, le hacen querer seguir adelante con su extraña vida y resistirse a la llamada del demonio para rendirse y entregar su alma finalmente. Y es que Addie acaba entendiendo que implantar una idea es más fuerte que dejar un recuerdo y encontrará el modo de plasmar su peculiar huella en el mundo.
Esta novela te envuelve, seduce y atrapa, con una idea siempre de fondo: el significado de la vida y la muerte, la importancia de amar y ser amado y de sentirse parte de algo, y el anhelo de ser recordado o admirado, que lleva a algunos incluso a entregar su alma al demonio a cambio de unos pocos años de fama, grandeza o superación. Su final está a la altura de la historia y, aunque me olía un poco algo de lo que ocurre, la última página sí que me ha sorprendido.
Así que ahora me encuentro más o menos otra vez en el punto de partida, porque, como ya imaginaba que sucedería, me he aficionado de golpe al estilo de V. E. Schwab y ahora tengo que escoger nuevamente el próximo título que leeré, pero todos me atraen por igual. Así que, de momento, para mí también es un misterio cuál será mi siguiente lectura de la autora. ¿Lo descubrirás en mi blog?