No conocía al escritor Gonzalo Giner hasta que un día me topé con un ejemplar de su novela Las ventanas del cielo. Debido a lo bonita que me pareció su portada ilustrada con vidrieras de colores, me animé a leer su sinopsis y a buscar algunas opiniones de este libro, las cuales me convencieron de que esta historia parecía tener todos los ingredientes que más me atraen de la novela histórica. Poco tiempo después, ya he leído esta obra que me ha descubierto a un autor el cual, sin convertirse en uno de mis preferidos, me ha gustado bastante. Te cuento más sobre este relato lleno de aventuras y sacrificio en mi reseña.
Las ventanas del cielo comienza cuando su protagonista, Hugo Covarrubias, se ve impelido por su padre a abandonar su Burgos natal para cumplir un encargo relacionado con el negocio familiar de las lanas. De mala gana, Hugo abandona su casa y a Berenguela, su amiga de toda la vida, para satisfacer las órdenes paternas, pero pronto descubre a los artífices de una traición contra su padre y su empresa. A partir de ese momento, sus pasos le llevan a vivir aventuras que comprenden desde peligrosos viajes por mar o la explotación de minas de sal en la exótica África, hasta las ciudades europeas más florecientes del siglo XV, como Brujas, para comprender qué es a lo que realmente quiere consagrar su vida: la elaboración de hermosas vidrieras.
Paralelamente, el libro nos presenta la vida de Berenguela, quien es obligada por su familia a casarse con el hermanastro de Hugo, a pesar de que la joven siempre ha estado enamorada del desaparecido Hugo. En un intento tras otro por librarse del yugo matrimonial, Berenguela también recorrerá un largo y penoso trayecto, sin tener nunca claro si, al final, podrá conocer realmente la felicidad. Así, cada uno por su lado, estos dos protagonistas van soportando sacrificios, penurias y dramas, en un camino que también les llevará a conocer amistades verdaderas, leales compañeros de vida como un halcón o un gato, e incluso el amor.
La lectura de Las ventanas del cielo me ha parecido bastante entretenida y bien hilada. Las andanzas de Hugo, sobre todo, enriquecen esta historia que profundiza en la evolución vital de este personaje, quien debe encontrarse a sí mismo y aprender a soportar no pocas adversidades hasta alcanzar sus sueños. Del autor, me llamó mucho la atención el especial papel que concede a los animales que aparecen en la novela, a los que dota de cualidades como la lealtad y fidelidad, y que, a menudo, se convierten en un refugio para los protagonistas en sus peores momentos. Luego descubrí que Gonzalo Giner es veterinario de profesión, y comprendí el motivo por el que describe a los animales con tanta pasión. Algo que, desde luego, me ha encantado, como amante de los animales que soy.
Así que, gracias a una hermosa portada, he acabado descubriendo a un escritor del que todavía tengo que leer un poco más, pero que, de momento, tiene mi visto bueno. Y eso que ya sabes eso que se dice de que no hay que juzgar un libro por su portada…