Una nueva novela de Albert Espinosa y a mí me tienes esperándola con pasión en la librería más próxima, y es que después de conocer el estilo del autor, lleno de sentimientos, es imposible resistirse. Así que os invito a leer esta crítica de “Brújulas que buscaban sonrisas perdidas” y os sorprendáis con lo que nos tiene preparado su autor en el interior. ¡Buena lectura!
BRÚJULAS QUE BUSCABAN SONRISAS PERDIDAS, de Albert Espinosa
«Jamás nos mentiremos… Escúchame bien, eso implica algo más que ser sincero… En este mundo mucha gente es falsa… Las mentiras te rodean… Saber que existe un archipiélago de personas que siempre te dirán la verdad vale mucho… Quiero que formes parte de mi archipiélago de sinceridad… »Saber que puedes confiar en la otra persona, que nunca te mentirá, que siempre te dirá la verdad cuando se lo pidas, no tiene precio… Te hace sentir fuerte, muy poderoso… »Y es que la verdad mueve mundos… La verdad te hace sentir feliz… La verdad creo que es lo único que importa…»
Son aquellas que nacen en nuestro estómago y algo inesperado las ahuyenta. Una sonrisa que al final no fue. Sería útil encontrar una brújula que apuntara hacia la dirección en la que corre una sonrisa perdida. ¿Podríamos recuperar todas las sonrisas perdidas?
Eso es, en parte, lo que el autor nos propone en esta nueva novela. El protagonista es un hombre normal y corriente, no voy a entrar en más detalles porque no es importante, lo importante es que ese hombre en su vida ha tenido muchas sonrisas perdidas. Con una infancia triste, donde un padre de mano dura y una madre enferma rodeaban su mundo, ahora es un adulto sumido en la rabia y el rencor hacia su padre, que está siendo codeado por la muerte, enfermo de esa terrible palabra llamada “Alzheimer”. Maldito Alzheimer que nos roba a padres, madres, abuelos… gente que te amaba con todo su corazón un día ya no recuerdan quiénes fueron, o quiénes eras tú.
Nuestro protagonista es el único hijo dispuesto a cuidar a su padre, sólo porque se lo había prometido a su madre en su lecho de muerte. Nunca entendió por qué le había prometido algo que sabía que no era capaz de hacer, y sin embargo, allí estaba, delante de la que había sido su propia casa, dispuesto a acercarse a su padre, a su temido progenitor, al que guardaba un terrible rencor por todo lo que le había hecho de pequeño.
Lo hace con firmeza y con suavidad, saltando entre el presente y el pasado, intercambiando personajes familiares para el protagonista, con un aire de fantasía característico de sus otras novelas. Una especie de realismo mágico que te embauca y no te suelta hasta el final. Y sin embargo, su pasión por los puntos suspensivos debería haber sido subsanado con una corrección profesional por parte de la editorial, es la única pega que le encuentro al conjunto de la novela, porque todo lo demás está perfecto tal y como está. Después de la decepción de “Lo dejo todo si me dices ven, pero dime ven”, me he vuelto a reencontrar con el mismo Albert Espinosa capaz de arrancarme un suspiro de amor a la vida.
Es tal vez la obra del autor que más hondo me ha llegado, porque tengo un familiar en la situación trágica de padecer una enfermedad mortal y triste como es el Alzheimer. Por eso os debo recomendar esta novela como una parada obligatoria para todos aquellos que anteriormente hayan disfrutado de la sencilla y poética prosa de Albert Espinosa y a todos aquellos que, lamentablemente, se hayan visto las caras con esta cruel enfermedad. Os prometo que os removerá el interior.
Estudiante de letras y otaku apasionado. A parte de leer, jugar a videojuegos y ver películas, adora estudiar y enseñar japonés. Administra Mientras Lees desde hace tres años y su sueño es convertirse en librero. Podéis encontrarlo en su bitácora personal.