Después de una lectura vertiginosa, os traigo la reseña de Buscaré el Océano, aquel libro cuya portada me enamoró desde la primera vez que la vi (os lo cuento en este vídeo). Lo que escondía la chica rodeada de ramas no era otra cosa que una novela post-apocalíptica de zombies. ¡Una verdadera sorpresa! ¿Queréis saber qué me ha parecido?
BUSCARÉ EL OCÉANO, de Carrie Ryan
En el mundo de Mary hay algunas verdades incuestionables: La Hermandad sabe más que nadie. Los Guardianes protegen y sirven. Los Condenados no se rinden nunca. Y hay que tener mucho cuidado con la alambrada que rodea el pueblo la alambrada que protege a sus habitantes de los Condenados, zombies hambrientos que habitan en el bosque. Sin embargo, poco a poco estas verdades dejan de convencer a Mary. Aprende cosas que habría preferido no saber nunca sobre la Hermandad y sus secretos, y sobre los Guardianes y su poder. Y, cuando se rompe la alambrada y su mundo se ve sumido en el caos, aprende cómo son los Condenados y hasta dónde llega su avidez insaciable. Ahora tiene que elegir entre su aldea y su futuro, entre la persona a quien ama y la persona que la ama. Y debe enfrentarse a la verdad sobre el Bosque. ¿Es posible que exista vida más allá de un mundo rodeado de tanta muerte?
Yo no sabía que éste era un libro de zombies. No tenía ni idea y ni siquiera me lo intuí cuando leí “El bosque de las manos y dientes”, el cual es también el título original de la novela (tema a debatir es el cambio de nombre al español, bastante fuera de lugar en mi opinión). Cuando comencé a leer las primeras páginas de Buscaré el Océano, me sentí como “en casa”. El aura subyugante y a la vez tranquilo que Carrie Ryan construye alrededor de Mary y su aldea me embrujó totalmente. La cosa va así:
La narración comienza con Mary contándonos sobre lo increíble que es el Océano. No sólo en sentido de que sea genial, sino que es totalmente inverosímil. ¿Hay tanta sal en el mundo como para llenar el océano? Dios nunca permitiría que tanta agua se desperdiciara… Enseguida nos damos cuenta de que Mary es una chica solitaria, una chica apocada con una mente que va a mil por hora, reflexionando sobre el mundo que la rodea. Cree en Dios, como todos los aldeanos, pero sólo porque le han dicho que hay que creer en él. Cuando la historia da un revés y le arrebata a su madre, lo último que le quedaba, y su hermano la repudia, obligándola a convertirse en Hermana de la Hermandad, comprende de pronto que Dios es sólo una ficción.
Con una protagonista que ha perdido la fe en la humanidad y en todo lo que le rodea y con unos personajes secundarios interesantes aunque poco profundos, Carrie Ryan nos habla de su universo, el punto álgido de esta novela. Eternos caminos alambrados, pueblos aislados en un bosque atestado de zombies pudriéndose, exigiendo lo que es suyo. Un océano como en un ensueño, pero que oculta tras sus olas una cruel verdad.
Me mantuvo cautivo durante toda la historia, enganché con el ritmo desde el primer momento, algo sopesado al principio y frenético después. Los pocos minutos de descanso en la acción nos saben a gloria y nos permiten conocer más a fondo a las parejas principales: Mary y Travis son los que logran llamar mi atención, pues es una pareja atormentada por las dudas, por los quiero y no puedo y marcada por la tragedia. Me enternecieron en más de una ocasión, aunque lo suyo no fue un romance apasionado de lo que a muchos lectores les gusta encontrar por lo que, tengo que decir que el romance en esta historia es algo casi sin importancia. A pesar de que Mary pierde mucha saliva mental contándonos cómo se enamora de Travis cada vez más, al final, todo es superfluo en la trama, un mero artificio que se complementa con la supervivencia. Porque en un mundo donde la muerte se ha instaurado como la ley, la supervivencia ha de aflorar si quieres ir contra las normas.
Travis, como personaje, me encantó. Un chico con el pelo color paja, tullido por un accidente, totalmente inofensivo pero con un coraje inusitado. Calmado, callado, enamorado. Me gustó mucho, le cogí cariño rápidamente. Lo malo es que la autora no supo darle todo el protagonismo que se merecía. Es casi un secundario, junto a su hermano Harry, quien no consiguió conmoverme. Y qué decir de la mejor amiga de Mary, Cass. Esa chica era un dolor de cabeza. Todos ellos forman parte de la novela pero no se implican demasiado, la única protagonista indiscutible es Mary, y el Océano es casi un personaje en la novela, pues su mención es muy recurrente y su importancia, vital dentro de la psiquis de Mary.
Las reflexiones de nuestra protagonista son profundas, me interesaron y entretuvieron; no os puedo asegurar que os vaya a pasar igual a vosotros, porque a mí Mary no me desagradó como personaje principal. Es una chica normal, que tiene miedos, que no cambia de la noche a la mañana su carácter, que es cobarde y retraída. A veces me canso de tanta “chica en llamas” suelta, ¿entendéis? Está bien poner los pies sobre la tierra y pensar que algunas chicas de dieciséis años no pueden ser la superheroína de la película, sólo son unas chicas normales que se enfrentan a una situación horrible. ¿Cómo reaccionaríamos nosotros ante un apocalipsis zombie? Creo que estaríamos más cercanos a Mary que a cualquier otro protagonista de ficción.
Buscaré el Océano es la primera parte de una trilogía llamada “El bosque de Manos y Dientes” y os puedo adelantar que me he quedado con muchísimas ganas de leer el siguiente libro, “The Dead-Tossed Waves”, porque Buscaré el Océano es una novela juvenil arriesgada, con escenas tremendamente emocionantes, acción a borbotones y acontecimientos originales dentro del mundo de la Literatura Juvenil. Pocos autores se atreven a meter este tipo de escenarios, tan lúgubres y asfixiantes y creo que Carrie Ryan lo ha hecho estupendamente.
Para los amantes de las novelas de zombies, tened en cuenta que esta está dirigida a un público juvenil. No esperéis encontrar la meca de vuestros sueños, lo más original del mundo o la reinversión del género. No lo encontraréis aquí. Pero sí encontraréis una original propuesta para el público joven, llena de zombies, supervivencia y misterios. Leer Buscaré el Océano es un pasatiempo divertido, adictivo en muchas ocasiones y sorprendente. Yo me sorprendí al ver que la autora pasaba de los límites permitidos en la Literatura Juvenil y sacaba el máximo partido a las situaciones. Espero que vosotros también le deis una oportunidad, porque creo firmemente que se la merece.
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Estudiante de letras y otaku apasionado. A parte de leer, jugar a videojuegos y ver películas, adora estudiar y enseñar japonés. Administra Mientras Lees desde hace tres años y su sueño es convertirse en librero. Podéis encontrarlo en su bitácora personal.