Tomo Único | 215pp
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A diferencia de los vampiros y los zombis, los fantasmas son más bien tímidos y poco comunicativos. Solo unos pocos se muestran absolutamente hostiles. Se les ha visto traspasando muros sólidos y aunque sus apariciones no suelen sobrepasar unos segundos, tienden a volver casi siempre al mismo sitio y a la misma hora.
Los fantasmas, a diferencias de otros seres paranormales, son más bien tímidos y pacíficos. Son pocas las veces en las que nos veremos frente a uno con ganas de guerra. En la literatura Gótica esta ha sido una de las principales características de las novelas de terror, las cuales han poblado la historia de la Literatura y han traspasado a las grandes pantallas en más de una ocasión. Esa sensación de que la angustia, los recuerdos o los asuntos pendientes son los que anclan a un espíritu en esta tierra no es precisamente nueva, y los autores de “Cuentos de fantasmas”, lo saben muy bien. En esta antología de relatos nos encontraremos con los más famosos autores de la época clásica y viviremos historias terroríficas, pero con la nota de dolor y desesperación que caracteriza el estilo trágico que llevan encima los fantasmas góticos.
Oxford University Press ha sido la encargada de editar esta antología de cuentos clásicos, ilustrada por Beatriz Martín Vidal y supervisada, traducida y mimada por Vicente Muñoz Puelles. Es la tarea de estas personas la que hace de Cuentos de Fantasmas una reliquia imprescindible para los amantes de los cuentos de terror, sobre todo de los cuentos de terror góticos. Autores de la talla de Daniel Defoe, Charles Dickens o Edgar Allan Poe son algunos de los que nos sorprenderán en la aventura de esta lectura, motivándonos a seguir descubriendo espeluznantes relatos en primera persona donde los fantasmas se mezclan con los vivos, a veces de forma totalmente inesperada. Los cuentos que más me engatusaron, sin lugar a dudas, fueron “la aparición de la señora Veal”, “Al otro lado de la pared”, y “la mano disecada”, escritos respectivamente por Daniel Defoe, Ambrose Bierce y Guy de Maupassant. Estos tres relatos resumen perfectamente el estado de ánimo que diferentes fantasmas pueden transmitir en nuestro mundo: la bondad y la buena fe, la esperanza e ingenuidad, y la venganza y la violencia. Con diferencia, el mejor de todos fue “Al otro lado de la pared”, de Ambrose Bierce, por ese aura de resentimiento y arrepentimiento que nos sumerge, por ese final desalentador que nos conmueve totalmente y por el trasfondo del propio cuento, que en tan solo unas cuantas páginas, consigue llegarnos hondo. Además, no podemos olvidarnos de la presencia de un cuento muy célebre (en general, los cuentos que encontramos en esta antología gozan de algo más de anonimato, siendo mucho más interesante su lectura, pues no nos encontramos con cuentos demasiado repetidos) y ese es La leyenda de Sleepy Hollow. Sí, la misma historia que Tim Burton llevó a la gran pantalla con gran destreza. Lamentablemente, tengo que decir que para mí, la película supera con creces al relato, que resultaba haber leído hace algunos años y que creó en mí tal decepción que no he conseguido recuperarme. Washintgon Irving hizo un gran trabajo sembrando la semilla de lo que después de convertiría en una grandiosa película, pero su cuento no consigue transmitirme nada, tan sólo aburrirme. Es con creces el peor de la antología, pero sé que mucha gente deseará leerlo por sí misma para saber si comparten la opinión conmigo.
El árbol de la lectura es la colección donde descansa esta antología de relatos tan interesante y que yo, sin lugar a duda, recomiendo leer a los más apasionados de las historias más tristes del periodo gótico de la literatura. Dentro de este libro de apenas 200 páginas encontramos palabras escritas por autores encumbrados de gloria durante siglos y, lo mejor de todo, encontramos una selección de cuentos poco comunes, suponiéndonos en más de una ocasión una gran sorpresa. Sin lugar a dudas es una lectura agradable y para todos los públicos que no debería escaparse de vuestros atentos ojos.
Estudiante de letras y otaku apasionado. A parte de leer, jugar a videojuegos y ver películas, adora estudiar y enseñar japonés. Administra Mientras Lees desde hace dos años y su sueño es convertirse en librero. Podéis encontrarlo en su bitácora personal.