Reseña de Literatura | Dune, de Frank Herbert

Publicado el 16 septiembre 2013 por Mientraslees

Cuando era pequeña, mi padre siempre me hablaba de un planeta desierto, poblado por peligrosos gusanos de arena y por gentes misteriosas. Me contaba cuentos acerca de Arrakis y metía sus bestias en otras historias, con lo que podéis imaginar mi cara el encontrar que Dune, el famoso Dune, era el de las historias de mi padre. Mi interés creció como la espuma… y ahora mismo os cuento por qué.

DUNE, de Frank Herbert Debolsillo Cómpralo en Popular Libros No está disponible en ebook
Dune relata la historia del planeta desértico Arrakis, única fuente de melange, la especia necesaria para el viaje interestelar y que además garantiza longevidad y poderes psíquicos. La administración de Arrakis es transferida por el emperador de la noble Casa de Harkonnen a la Casa Atreides. Los primeros no quieren abandonar sus privilegios, y a través de traiciones y sabotajes, destierran al joven duque Paul Atreides al duro entorno del planeta para que muera. Pero Paul podría resultar ser mucho más que un duque al que han usurpado su puesto... Su lucha se encuentra en el epicentro de un nexo de poderosas personas e importantes sucesos, y las repercusiones se dejarán sentir a través del Imperio.
mayo, 1965 670 pp 8.95€ 9788497596824

Para saber bien a que nos enfrentamos en este libro, lo primero es darse cuenta de dos cosas. La primera es que es una novela de ciencia ficción que cuenta una historia casi cerrada, con lo que podéis imaginar la densidad de la situación. La segunda es conocer un poco un poco el mundo al que nos llevan: Dune, Arrakis, está en un universo futuro (imagino, aunque no se nota mucho) en el cual sigue habiendo casas nobiliarias que se encargan de dirigir. Bien, tenemos a los Atreides (la casa buena, los protagonistas, los Stark), al emperador Padishah (el jefe que controla todo), y a los Harkonnen (los malos, repugnantes y asquerosos, los Greyjoy). Los Atreides reciben Arrakis de manos del emperador y deben partir de inmediato al planeta, aun sabiendo que podría tratarse de una vil treta para apropiarse de algo y fastidiarles la vida.
El hijo de estos Atreides —del duque Leto y de su concubina la dama Jessica— es Paul, el protagonista del libro, un chico muy interesado en conocer las costumbres de los Fremen, los habitantes de Dune, y demás aspectos del planeta… ¿os perdéis o he capturado vuestra atención? La verdad es que es difícil de condensar en tan solo unas líneas, pero el caso es que Paul parece ser una especie de Jesucristo para los Fremen. Algo así. Y todo esto teniendo en cuenta que el mundo se rige porque quien controla la melange (una droga o especia), lo controla todo. Y qué casualidad: la melange solo aparece/brota/crece en Arrakis. Mmm…
Dicho esto, comenzaré a contar mi opinión. Os hablaré de los personajes. En este caso el protagonista no me ha gustado demasiado, me ha parecido un poco pedante e insoportable, y mi personaje favorito ha sido, de principio a fin, la dama Jessica. ¡Ay, qué grande es y qué grande se vuelve! También me han gustado, sin ninguna duda, los malos malísimos: el barón Harkonnen es un villano estupendo, de los que dan asco y miedo, de los que te ponen nerviosa mientras lo lees. Una maravilla, oye. Por no hablar del resto de personajes secundarios, que aunque están un poco traídos para el desarrollo de Paul, están magníficamente bien creados.
La primera parte de la novela es bastante densa, se nos presenta una enorme cantidad de información (lo que os he comentado arriba son pinceladas) en menos de doscientas páginas, y parece que la acción no termina de arrancar. De hecho, estuve tentada de dejar la lectura un par de veces durante esos inicios oscuros del libro, pero gracias a que prometía cosas muy interesantes no lo hice. Y la verdad, me alegro mucho. Aunque sea una etapa quizás demasiado larga la verdad es que como está tan bien creado, se hace menos escarpado todo.
Frank Patrick Herbert fue un escritor estadounidense que nació en Washington en 1920 y que falleció en 1986. Tras estudiar en la Universidad de Washington tuvo varias profesiones, desde fotógrafo a cámara de televisión o pescador de ostras. La primera obra de la saga Dune, del mismo nombre, que pronto se vería continuada por otras novelas como El mesías de Dune.
Sin embargo y tras ese bache tanto el ritmo como la historia mejoran notablemente; la lectura es mucho más amena y enseguida te enganchas cosa mala. Además, la historia que Dune contiene entre sus páginas es muy, muy intensa, y quieras o no, eso se nota. Todo lo que pueda pasar va a pasar, y así a lo loco. También ayuda mucho que al inicio de cada capítulo haya un extracto de los libros que ha escrito la princesa Irulan (hija del emperador) sobre temas concernientes a Arrakis, Paul Atreides, las Bene Gesserit… ¿que qué son las Bene Gesserit? Pues eso tendréis que averiguarlo, porque esa es otra: menuda imaginación la de Herbert, señores, se las trae.
Sobre la escritura del autor, he terminado bastante desencantada, pero no creo que sea culpa suya. Me explico. Me ha gustado mucho cómo describía las cosas, me ha parecido, como ya he comentado, que había mucha imaginación… y sin embargo en las formas se pierde todo. He leído ya más traducciones de la editorial del periódico El País (de ahí es mi edición) y suelen ser buenas, pero en este caso suena antinatural, forzada y en ocasiones sin sentido. Estoy a la espera de comprar la edición decente que hay en librerías, y por supuesto no os recomiendo la mía. Además de todo lo mencionado, tiene erratas y saltos de párrafo porque sí y los márgenes brillan por su ausencia.
En definitiva, si os gusta mucho la ciencia ficción de la buena, con viajes en el espacio, planetas misteriosos, gente con secretos y profecías peculiares, Dune es vuestro libro. Si os gustan los personajes con cierto desarrollo y los mundos futuristas mezclados con la magia, también. Y si queréis tan solo ampliar vuestras miras con una novela distinta a todo lo que hay actualmente… ¡bienvenido sea!


Escrito por Sasy
Sasy vive en Invernalia, al norte, tan al norte de España que casi toca el mar. Tiene dieciséis años y cuando era pequeña la castigaban sin leer, pero a ella le daba igual porque debajo del colchón tenía provisiones. Fanática de la fantasía y de la ciencia ficción, devora libros como si fueran pasteles de chocolate.