Desde luego, algo debía de tener esta novela cuando había cosechado los premios Hugo y Nebula, además de ser objeto de numerosas ediciones en nuestro idioma. En la mayoría de clasificaciones de mejores novelas de ciencia-ficción, siempre suele ocupar una de las posiciones más altas. Y, para colmo, este año se estrena la adaptación a la gran pantalla con un reparto de lujo. ¿Hace falta decir más?
EL JUEGO DE ENDER, de Orson Scott Card
• La Tierra se ve amenazada por una especie extraterrestre de insectos, seres que se comunican telepáticamente y que se consideran totalmente distintos de los humanos, a los que quieren destruir. Para vencerlos, la humanidad necesita un genio militar, y por ello se permite el nacimiento de Ender, que es el tercer hijo de una pareja en un mundo que ha limitado estrictamente a dos el número de descendientes. Ender nace para ser entrenado en una estación espacial después de que su hermana mayor y su sádico hermano Peter hayan sido declarados no aptos. Los jóvenes se distribuyen en grupos que compiten entre sí, en gravedad cero, con armas que paralizan sus armaduras. Ender asciende rápidamente en la jerarquía de la estación y se convierte en un líder nato, en la persona capaz de dirigir a las flotas terrestres contra los insectos de otros mundos.
En una Tierra de un futuro no muy lejano, los gobiernos viven obsesionados por la amenaza de los Insectores, raza alienígena de aspecto monstruoso. Por ello, todos los esfuerzos se vuelcan en idear una estrategia que conduzca a su aniquilación. Ya se sabe: "cariño, mata a la araña de la cocina, que me da asco". En la Escuela de Batalla se recluta a los niños con un mayor potencial de convertirse en el siguiente gran General de la Guerra que lleve a la humanidad a una victoria gloriosa sobre sus enemigos. El estricto control de la natalidad lleva a los gobiernos a limitar a dos los hijos que cada pareja puede engendrar. Se somete a un intensivo escrutinio a todos los niños con el fin de identificar las cualidades innatas que podrían dar lugar a un individuo singular para dirigir el ejército de la Tierra y aniquilar la amenaza insectora.
Ender resulta ser el tercer hijo de una familia que, debido al talento inusual que han demostrado poseer sus dos primeros retoños, ha sido recompensada con el privilegio de tener uno más. Esto marcará la existencia de Ender, que sufrirá desde la cuna la presión de saberse un outsider no solamente en el hogar, sino también en las relaciones con otros niños de su edad. Su hermano mayor, de grandes cualidades para la estrategia bélica, había sido desestimado por su excesiva agresividad. Lleno de resentimiento hacia su hermano pequeño, tratará de convertir su infancia en un infierno. La hermana de ambos, una chica de inteligencia prodigiosa, será el ancla de salvación del pequeño Ender, y la única persona a la que ama de verdad. La separación de ambos cuando Ender, de solo seis años, es reclutado para la Academia será un duro golpe, difícil de superar.
De final sorprendente, como buena novela de ciencia-ficción, la serie consta de varias continuaciones que profundizan en los temas más inquietantes que subyacen de la novela (la historia nos invita a reflexionar sobre temas filosóficos con sus paralelismos y metáforas muy bien engarzadas en la trama), que vale la pena leer también por sí mismas, aunque se centran más en la madurez del protagonista.
En algunos aspectos, El juego de Ender nos recuerda bastante a las primeras novelas de Harry Potter, que hay que recordar que son bastante posteriores a ésta. El estilo de Card es sobrio y directo, y puede ser leído como una mera pero excitante novela de aventuras en un entorno de ciencia-ficción, o como una experiencia más profunda por los temas que subyacen: la crueldad infantil, el afán desmedido por fomentar la competitividad de las sociedades capitalistas, el horror de la guerra que emplea a niños como soldados... Es una obra llena de matices para saborearlos más de una vez.
Julio Martín
Julio Martín Freixa es enfermero de profesión y vive en la alicantina localidad de Torrevieja. Compagina su faceta de escritor independiente con su puesto en el Hospital de Torrevieja y con su reciente paternidad de dos niños varones, fruto de su unión con su esposa, Erika.