Tengo que confesar que cuando vi la contraportada de esta novela dije “¡Sí! ¡Por fin una novela juvenil que sobre una traductora! Seguro que me encanta”. Pero, queridos lectores, imaginad mi sorpresa cuando descubrí que en realidad, el hecho de que la protagonista sea traductora, poco o nada afecta a la historia.
EL VERANO DE LA NUTRIA, de Milagros Frías
Clara, una joven traductora que acaba de romper con su pareja, logra con un golpe de suerte superar el bache sentimental y económico que se produce tras su ruptura. Al llegar las vacaciones decide irse un mes a uno de esos paraísos terrenales que el avión deja a tiro de piedra, pero el viaje se tuerce y la aventura se convierte en una trágica experiencia. “El verano de la nutria” es una historia vibrante, llena de matices, una sucesión de lugares idílicos y sombríos recreados en todo su esplendor, escrita con la profunda ligereza que imprimen los sucesos acontecidos sin tiempo a reaccionar, que estimulan, apenan y nos marcan.
Si sabes que algo malo va a pasar, no te sorprendes cuando eso ocurre, ya que lo estás esperando desde las primeras páginas. Evidentemente, mis queridos lectores, no puedo contaros qué es lo que pasa porque entonces, no tendríais ningún motivo para leer este libro, os habría quitado todo el suspense que pudiera haber.
“Mi viaje, de placer, por todo lo alto, pagado con un premio, no tenía mayor mérito. Quería resarcirme con un falso “todo incluido” del apuro sentimental y económico, cortar con una inercia que me metía de cabeza en territorio adulto, todos mis amigos acoplándose a formas de vivir convencionales, menos yo, que sin pareja comenzaba el juego desde la casilla número uno tirando el dado. Desde la distancia podría retomar la situación con valentía y remediar a la vuelta lo que no me gustara, pensando exclusivamente en mí.”
Lo que sí me ha gustado de la novela es la forma en la que está escrita. Muchas veces, aunque sea una buena historia, si no está escrita bien, se convierte en una mala novela. En este caso no ocurre esto, sino todo lo contrario: a veces parece que está demasiado bien escrita para lo predecible y fácil que es la historia. Lo sé, lo sé. No hago más que criticar esta novela. Quizás sea porque me esperaba otra cosa distinta o porque creía que iba a ser un relato genial que me iba a encantar y luego me decepcionó. No sé. Pero el caso es que me ha parecido una novela vacía, donde el personaje no evoluciona aunque siempre pide cambios en su vida. Quizás no era el momento perfecto para leer este libro. El caso es que me gustaría que vosotros le dierais una oportunidad, que lo leáis y analicéis si os ha gustado y porqué. Puede que no sea un libro tan decepcionante y lo que pasa es que yo he sido muy crítica, que también puede ser.
Ya no temía a la muerte. Yo también moriría de un modo similar. La enfermedad atacaría y el organismo no podría vencerla. Fin: La tierra seguiría girando sobre su eje, el sol saldría por el Este y se pondría por el Oeste, y el ocaso sería la constatación de que la belleza nace y muere, muere y nace, y si no sucediera así el mundo no existiría. Un devenir plano es la nada.
Lidia es estudiante de traducción y fiel defensora de las humanidades, con una gran necesidad de aprender constantemente. Es una persona curiosa y persistente, de carácter alegre pero no siempre optimista.