Después de haber leído maravillas acerca del autor, me decidí (un tanto escéptico, reconozco) a comprobarlo por mí mismo. Pronto me di cuenta de que estaba ante algo diferente, esta vez sí. Elantris, a diferencia de tantas otras que tratan de seducir con frases del tipo: “...el trono de Tolkien ya tiene sucesor” y barbaridades variadas, sí aporta un nuevo enfoque revitalizante al género fantástico. He aquí por qué lo creo yo así.
ELANTRIS, de Brandon Sanderson
La ciudad de Elantris, poderosa y bella capital de Arelon, había sido llamada la «ciudad de los dioses». Antaño famosa sede de inmortales, lugar repleto de poderosa magia, Elantris ha caído en desgracia. Ahora sólo acoge a los nuevos «muertos en vida», postrados en una insufrible «no-vida» tras una misteriosa y terrible transformación. Un matrimonio de estado destinado a unir los dos reinos de Arelon y Teod se frustra, ya que el novio, Raoden, el príncipe de Arelon, sufre inesperadamente la Transformación y se convierte en un «muerto en vida» obligado a refugiarse en Elantris. Su reciente esposa, la princesa Sarene de Teod, creyéndole muerto, se ve obligada a incorporarse a la vida de Arelon y su nueva capital, Kae. Mientras, el embajador y alto sacerdote de otro reino vecino, Fjordell, va a usar su habilidad política para intentar dominar los reinos de Arelod y Teod con el propósito de someterlos a su emperador y su dios.
En el año 2005 irrumpió en el panorama de la literatura fantástica un joven y prometedor autor estadounidense que suscitó comentarios muy elogiosos por su particular forma de tratar el género, alejándose de todos los clichés de que adolece. Profesor de escritura creativa, conoce muy bien la fórmula que se repite desde tiempos inmemoriales en este tipo de narraciones, salvo honrosas excepciones, que también las hay. Después de varios años leyendo obras de high fantasy, uno tiene la sensación de que siempre aparecen los mismos personajes pero con distinto nombre, algo así como ir a ver una película e ir reconociendo a los actores uno a uno de apariciones en otras producciones. Estas fórmulas manidas, sin embargo, han repartido jugosos dividendos durante los años. Sigue existiendo un manifiesto interés por parte de un gran sector del público hacia este tipo de novelas (algunos lo han comparado con las del oeste) y además generan cantidad de merchandising con sus adaptaciones al cine, cómic, muñecos, pósters y demás parafernalia. También es cierto que muchas de estas obras no alcanzan grandes niveles de calidad y que una vez leída una, las demás se leen con "el piloto automático" en su mayoría, porque han perdido su capacidad de interesarnos o causarnos esa "sensación de maravilla" a fuerza de tanto repetirse.
De ese modo, Brandon Sanderson supone un cambio de aires en el género fantástico. Su ópera prima, Elantris, es el buque insignia de otras novelas que ha publicado después, a un ritmo incansable: la trilogía Nacidos de la Bruma, El aliento de los dioses, El camino de los reyes (éste último, la primera entrega de una serie que promete ser larga), además de algunas obras juveniles que serán adaptadas al cine por Pixar y una novela de saborcillo steampunk a modo de secuela lejana en el tiempo de Nacidos de la Bruma, de la que anuncia escribirá otra trilogía, esta vez ambientada en el futuro. Vemos aquí una de las diferencias respecto al grueso de autores de fantasía: sus mundos evolucionan tecnológica y socialmente con el tiempo, nunca permanecen inmóviles.
Concretamente, la lectura de Elantris constituye una excelente forma de tomar contacto con los mundos fascinantes de Sanderson. Su prosa es sólida y domina como pocos el arte de la exposición, revelando de forma paulatina la información que permitirá al entramado de intriga formarse en la imaginación del lector, subyugándolo por completo. Para esta obra, Sanderson optó por un comienzo in media res al más puro estilo del género de literatura de misterio. En la ciudad de Arelon, situada en un mundo fantástico de corte medieval, se extiende una plaga que afecta de manera indiscriminada a nobles y plebeyos. Los que la sufren, se transforman sin previo aviso en muertos en vida, cuyo corazón no late ni son capaces de respirar, pero sí pueden sentir el dolor de unas heridas que una vez abiertas nunca se curan (estoy hablando en sentido literal). Los afectados son desterrados a Elantris, la ciudad de los dioses, unas ruinas malditas rodeadas por una muralla donde avanzan poco a poco hacia la locura. Cuando la princesa Sarene de Teod acude a la corte para conocer al príncipe de Arelon con el que se ha casado para unir sus casas, descubre que éste ha muerto recientemente. Condenada a vivir en una corte hostil, donde todos o casi todos la ignoran, sospechará que le están escondiendo la verdad. Mientras, el príncipe, afectado por la muerte en vida, tratará de llevar el orden a las calles de Elantris.
Otro de los puntos fuertes de la novela es observar cómo se simboliza a la Iglesia católica con una institución religiosa, la del reino de Fjordel, que pretende dominar a todos los reinos apelando al fanatismo más radical de los fieles, al más puro estilo medieval. Hallaremos algunos personajes de gran profundidad intentando ganar más poder personal dentro de la orden religiosa sin importar a qué coste. Paralelamente, Sanderson simboliza otro de los tópicos medievales de los cantares del mester de juglaría: la igualdad de débiles y poderosos ante la muerte, en este caso reflejado en el hecho de que la extraña enfermedad afecta a todos por igual sin hacer distinciones. Sin duda, se trata de una historia que se puede leer más de una vez y encontrar nuevos matices. Por otra parte, la obra es notable en cuanto a lo que no hay, además de por lo que sí hay. En esta novela no tiene lugar ningún viaje (Arelon y Elantris están bastante próximas) ni ninguna batalla como tal. En cambio, el principal atractivo son los personajes, tan reales que sus razonamientos y reacciones nos parecen lógicos. La inteligencia y agudeza mental de la princesa la convertirá en un personaje difícil de olvidar. Los malos, además de ser muy malos, son tan humanos que nos da miedo vernos reflejados en sus motivaciones, como es el caso del sacerdote Hraten. Incluso, a veces, se dan cuenta de su falibilidad y dudan.
El primer título que me viene a la cabeza cuando me veo en la situación de tener que recomendar una novela de fantasía es, sin duda, Elantris. Por su frescura y originalidad, por su trama y subtramas encantadoras y porque Brandon Sanderson es, en definitiva, un gran escritor. Y lo mejor de todo es que es todavía joven, por lo que es de esperar que nos dé muchas más muestras de su buen hacer. No es casualidad que, tras la lectura de esta novela, la viuda de Robert Jordan le eligiese a él personalmente para terminar la magistral obra faraónica de su marido: La rueda del tiempo.
Julio Martín
Julio Martín Freixa es enfermero de profesión y vive en la alicantina localidad de Torrevieja. Compagina su faceta de escritor independiente con su puesto en el Hospital de Torrevieja y con su reciente paternidad de dos niños varones, fruto de su unión con su esposa, Erika.