Hoy os traigo la reseña de una novela juvenil, ganadora del Primer Premio Narrativa Everest y escrita por un viejo amigo de este portal. Daniel Hernández Chambers fue invitado muchas veces en nuestra revista, hace años y hemos leído hasta ahora casi todos sus libros. Es por eso que, con mucha ilusión, os presento su última novela: Un fragmento de noche en un frasco.
Un fragmento de noche en un frasco, de Daniel Hernández Chambers
Un noble inglés, Lord Voriak, le compra a un norteamericano una muchacha con poderes parasicoló-gicos especiales. La chica pasa a formar parte de su colección de criaturas extraordinarias que guarda Voriak en el desván. Poco después de la llegada de Sophie a Londres, un raterillo llamado Adam (muy aficionado a andar y huir por los tejados) descubre la figura de la chica en la ventana del desván y queda prendado de ella y del misterio que la envuelve.
Esos acontecimientos de fantasía se unen con intrigas policiacas, al lado del joven William Ravenscroft, el anterior protagonista de La Ciudad de la Bruma, quien tratará de resolver el misterio que envuelve las terribles muertes que están sufriendo los miembros de la Sociedad Mivart.
Lo último que esperaba de Un fragmento de noche en un frasco es que estuviera levemente vinculada a otra obra, del mismo autor, llamada “La ciudad de la Bruma”, reseñada anteriormente en Mientras Lees. Esta nueva novela de Daniel nos transporta al futuro del personaje principal, William Ravenscroft, quien forma parte del elenco que trata de resolver el misterio de los asesinatos, luchando contra reloj, porque él mismo puede ser la próxima víctima. Esta misma tensión es la que nos mantiene en vilo durante la novela, porque queremos saber qué se esconde al final de las páginas de la historia y si la muerte llegará a alcanzar a nuestros personajes.
Las ilustraciones son pocas pero correctas y la edición en tapa dura con una portada que resume perfectamente la historia esconde una novela corta, contada con brío y que será un bocado literario perfecto para los lectores menos avezados. Puede que no sea la mejor del autor, porque disfruté muchísimo más con La ciudad de la Bruma que con Un fragmento de noche en un Frasco, pero ha cumplido con creces su función principal: entretiene y se deja leer rápidamente, sin hacerse pesado o aburrido. Es como una versión Light de obras de Agatha Christie (por el misterio), de Charles Dickens (por la agria crítica social de las calles de Londres) y de Arthur Conan Doyle (por el toque detectivesco y policiaco).
Si estáis buscando una novela para vuestros hijos, o estáis pensando en introduciros en la novela policiaca histórica con toques de fantasía, creo que Un fragmento de noche en un frasco podría ser una buena opción. Pero si sois lectores más adultos, coged esta historia con ojos infantiles para disfrutarla.
Estudiante de letras y otaku apasionado. A parte de leer, jugar a videojuegos y ver películas, adora estudiar y enseñar japonés. Administra Mientras Lees desde hace tres años y su sueño es convertirse en librero. Podéis encontrarlo en su bitácora personal.