Título: Los amores de un bibliómanoAutor: Eugene FieldEditorial: Editorial PeriféricaPáginas: 208P.V.P: 17,50 Euros
Bibliomanía: «Pasión de tener muchos libros raros o los pertenecientes a tal o cual ramo, más por manía que para instruirse». Diccionario de la Lengua Española.
He aquí la historia de un viejo y peculiar coleccionista de libros, en la Norteamérica de finales del siglo XIX, rodeado de personajes tan singulares como entrañables: sus amigos, el juez Methuen y el doctor O’Rell; su hermana, la señorita Susan; sus amores de juventud, Captivity Waite, Fanchonette… Una novela repleta de humor, encanto e inteligencia sobre los deleites, aventuras y desventuras de la bibliomanía. Pero también sobre la alegría de vivir, contagiosa en todas sus páginas.
«Cuando el juez Methuen tiene ganas de chanza y quiere reírse de mí, me pregunta si he olvidado la época en la que estuve poseído por un espíritu de renovación y juré solemnemente no comprar más libros… Mi relación con los libreros cubre un período tan largo y ha sido tan íntima que incluso en medio de una vasta multitud, no tendría dificultad en determinar quiénes son libreros y quiénes no. Porque, al tratar con los libros, llega un momento en que estos hombres acaban pareciéndose a su mercancía, no sólo en su aspecto sino también en su conversación. Mi librero ha habitado tantos años en su rincón que habla al estilo antiguo y tiene el aspecto sencillo y atractivo de una antigua y sólida encuadernación; y para deleite de los entendidos en olores, desprende ese aroma a moho y tabaco combinados que al verdadero bibliófilo le resulta más agradable que todos los perfumes de Arabia. He estudiado el oficio con tanto interés que con sólo clavar la vista en un librero puedo decir con certeza qué tipo de libros vende.»
Opinión personal
Tengo la creencia de que cada libro tiene su momento, y este ha llegado a mis manos en el momento oportuno. Ha conseguido, por mérito propio, un lugar privilegiado en mis estanterias.
Son tres los libros que he leído de la editorial periférica, y cada uno de ellos me ha dejado una huella imborrable. Fueron en su momento apuestas arriesgadas: no tanto por el tema del que tratan, sino porque no había leído nada de Christopher Morley, ni Eugene field, ni otro título de la editorial,
Los amores de un Bibliómano
"La cita preferida del Juez Methuen es de Babington Macaulay: preferiría ser pobre y vivir en un desván lleno de libros antes que un rey que no amara la literatura"
Cada página desprende amor por los libros, el que les profesaba el autor, y que consigue contagiar.
Para Eugene Field lo más importante en la vida eran los libros, y como tal, todo en su existencia giraba en torno a ellos.
Toda en su vida está relacionado con ellos: sus amorios, su infancia, la pesca... e incluso ¡la calvicie!
" Y, de hecho, la calvicie tiene sus compensaciones. Cuando me paro a pensar en el tiempo, las energias y el dinero que hay que dedicar de continuo a la nutrición y cuidado del cabello, me alegro de que mi destino sea el que es. Porque ahora mi dinero lo empleo en comprar libros, y mi tiempo y energias los dedico a leerlos."
Persona erudita y aún mejor persona, Eugene Field nos cuenta los sentimientos que mueven a los bibliómanos, desde la más pura vanidad hasta el más profundo amor. Nos lo narra, casi siempre, a través de pequeñas anécdotas relacionadas con los libros.
Me ha gustado particularmente el comienzo del libro, sobre todo cuando expresa su opinión sobre los cuentos de hadas, tan a menudo menospreciados pero que para él resultaban una necesidad. Valoraba mucho la imaginación, y denunciaba la falta de valores que se les inculcaba a los niños.
"Nos estamos volviendo demasiado prácticos: la codicia de ganancias materiales ahoga cualquier otra consideración"
La verdad es que el fragmento es mucho más extenso, pero no quiero spoilearos nada, me gustaría que descubrierais cuál es su opinión al respecto. No tiene desperdicio.
Por otro lado, se le pueden achacar algunos momentos de machismo, algunas anécdotas que cuenta sobre las mujeres y las comparaciones que hace de estas con los libros. Hay que tener en cuenta que este libro fue escrito en el S.XIX, además de que, a mi parecer, no se emplea con dureza ni maldad.
El libro no se caracteriza especialmente por ser ágil, tened en cuenta que es más bien un ensayo y no una novela, e incluso en algunas partes puede resultar denso por la cantidad de referencias y las disertaciones sobre libros que yo, por supuesto, no conozco.
En definitiva, es un libro que nos cuenta lo maravilloso que es leer y amar la literatura. Me he sentido abrumado e identificado; he reído y aprendido; y, por supuesto, he aprendido a amar aún más a nuestros queridos libros.