Un nuevo caso se desarrolla y en él está involucrado un niño que dice ver fantasmas. Haruka acude a Yakumo para que la ayude a conocer qué se esconde detrás de las palabras del pequeño. Por otro lado, Gotou e Ishiii investigan un misterioso asesinato. Nuevamente Yakumo es requerido para las indagaciones, pero el enigma crece cada vez más. ¿Quién o qué estará detrás de esta nueva trama?
En el tomo anterior conocimos a Masato, un niño que afirma que puede ver fantasmas y estar
Las maldiciones realmente existen....Siempre digo “hasta ahora este es mi tomo favorito de Yakumo” cada que hago la reseña de un tomo pero es que en verdad que mientras más va avanzando la historia se va poniendo mejor y mejor y mejor y ya me es imposible decidir cuál tomo me ha gustado más.
Por ejemplo en este tomo tenemos un vistazo de Yakumo siendo un niño ya que al conocer a Masato todo el mundo, incluyendo al mismo Yakumo dicen que es muy parecido a Yakumo de niño. Incluso Yakumo le da algunos concejos a Haruka sobre cómo tratar al niño porque confiesa que así le hubiera gustado que a él lo trataran (ese sonido fue mi corazón rompiéndose xD).
Otra cosa que disfrute mucho (pero mucho) de este tomo fue ver a Yakumo cuidando a Haruka. Seeh, puede que el tipo sea un maldito la mayor parte del tiempo pero aun así tenemos pequeños vistazos de su corazón de pollo cuando cuida de Haruka a su manera. No sé, siento que al ser pocos estos momentos se disfrutan aún más.
Sobre este nuevo caso no tengo mucho que decir ya que les he dicho muchas veces que estoy fascina por la forma en la que el autor nos envuelve en lo que a primera vista es un simple caso pero que poco a poco se va convirtiendo en algo mucho más grande, con un montón de pequeñas pistas que envuelven al lector hasta que ya no quiere otra cosa más que saber cómo terminará todo. O sea que en resumidas cuentas, las increíbles ilustraciones de Susuka Oda y la historia de Manabu Kaminaga se suman para entregar una buena droga.