Neimhaim: La loba blanca es la tercera parte de la saga de fantasía épica Neimhaim, en la que su autora, Aranzazu Serrano Lorenzo, nos sumerge en un mundo magistralmente construido repleto de mitología vikinga y magia, con originales aportaciones que hacen de esta novela una historia de aventuras con una trama más sólida que el tapiz de las Nornas. ¿Volvemos a Neimhaim?
Esta nueva entrega nos devuelve al reino de Neimhaim, el cual ya conocemos de sobra de los anteriores libros: Neimhaim: Los hijos de la nieve y la tormenta, y Neimhaim: El azor y los cuervos. En estas novelas, recordemos, Aranzazu nos presentaba la existencia de dos pueblos enfrentados (los Djendel y los Kranyal), cuyas diferencias aparentemente insalvables se basaban en que, mientras que los Djendel eran pacíficos y usaban sus dones místicos para proteger la vida, los Kranyal amaban las armas y la guerra. Amos clanes se ven impelidos un día a unirse frente a un enemigo común, surgiendo así el reino unificado de Neimhaim y el desarrollo de una increíble historia que se va desgranando en los dos primeros volúmenes hasta llegar a Neimhaim: La loba blanca.
Ahora, el peso de la trama recae sobre todo en Astryt, la heredera perdida del trono de Neimhaim (es nieta de Ailsa y Saghan, los Reyes Blancos), a la que casi todo el pueblo rechaza y quien, en su mutismo absoluto, ni siquiera es capaz de comprenderse bien a sí misma y los extraños dones que parece poseer. Castigada y encerrada en una prisión subterránea de la que es imposible escapar, la joven descubre cómo liberar su mente y espíritu a través de las imágenes que le muestran el extraño cristal que de niña encontró, y que parece conectarla a las vivencias de un hombre de otra época. Poco a poco, Astryt irá conociendo la verdad sobre su pasado y el de su pueblo, pero pagando un precio que hará tambalear los cimientos mismos del Destino.
Entre la amplia variedad de personajes de Neimhaim: La loba blanca, también cabe destacar a su otro gran protagonista: Nídunn, un muchacho guerrero perteneciente a la época de los Antiguos en la cual hombres y mujeres vivían como clanes separados, asediados por la continua amenaza de los verkuur, es decir, los servidores de la temible diosa Hella. El papel de este joven también será decisivo para el pasado y el futuro del propio Neimhaim, y el lector disfrutará enormemente descubriendo conexiones, así como entendiendo mejor la historia de este mítico reino.
Aventuras, viajes en el tiempo, guerra, dioses, cataclismos y hasta romance, a esta tercera entrega de Neimhaim no le falta de nada, y consolida rotundamente a su autora como una de las mejores escritoras de fantasía de España. Lo mejor es que esta saga todavía no ha concluido. Lo peor, es que ya estoy impaciente por leer el desenlace de esta increíble historia a la que, a lo tonto, ya llevo una década enganchada desde que en 2015 descubrí la primera entrega cuando la editorial me la hizo llegar a casa. Esperemos que las hilanderas tengan a bien acortar esta vez el tiempo de espera…