Con Nuncanoche, Jay Kristoff da el pistoletazo de salida a Crónicas de la Nuncanoche, una trilogía fantástica a la que no le falta de nada. Desde la creación de un original y enigmático universo, hasta la construcción de personajes inolvidables, pasando por toda la ostentación religiosa de rigor, Kristoff nos promete ya desde esta primera entrega una historia potente llena de peligros, misterios, magia, acción y hasta amor (a su manera). Si temes a la oscuridad, este libro no es para ti, pues nunca tres soles alumbraron un mundo tan sombrío y violento. Si te atreves con todo, adelante…
En Nuncanoche Mia Corvere, su joven protagonista, nos lleva de la mano a conocer su historia personal de venganza. Tras asistir de pequeña a la ejecución de su padre (acusado de traición por liderar una rebelión contra el Imperio), y perder después al resto de su familia, la pequeña Corvere se ve obligada a cambiar la comodidad propia de su clase social por la miseria de la calle, con la única ayuda de un gato-sombra que ha creado involuntariamente con su extraño don: el de manipular las sombras y la oscuridad a su antojo. Tras ser instruida durante años por un maestro al que acaba encontrando, cuando llega a la edad adecuada Mia decide entrar en la Iglesia Roja, una orden religiosa encargada de formar y reclutar a los mejores asesinos. Movida por su sed de venganza, la chica intentará superar una tras otra de las difíciles y mortales pruebas de la escuela, pero ¿será realmente merecedora de convertirse en una asesina impía?, ¿qué tendrá que dejar por el camino para conseguirlo?
Kristoff hace gala en este libro de una portentosa inventiva, ideando un mundo en el que sus tres brillantes soles nunca dan paso a la noche (excepto en muy contadas ocasiones), pese a lo cual el mal campa a sus anchas sin ningún tipo de pudor. Mientras que a los poderosos no les tiembla el pulso para salirse con la suya, el pueblo llano vive en la pobreza bajo la opresión y la Iglesia Roja se caracteriza por su fanatismo religioso, sin detenerse ante nada ni nadie para conseguir sus objetivos y consagrar a su diosa. Aunque este mundo se describe como bien iluminado por los astros solares, a veces me he encontrado imaginando determinados pasajes a oscuras, debido precisamente a lo sombrío y tenebroso de su atmósfera y a su sangrienta trama.
En Nuncanoche, lo más sorprendente de todo es cómo el autor recicla temas o elementos que recuerdan a otras historias (como las clases llenas de magia y peligro al más puro estilo Harry Potter), los gusanos de la arena que parecen salidos de la saga Dune, o la sangre y violencia desmedidas propias del estilo de George R. R. Martin y, a pesar de todo, logra ofrecer un libro completamente nuevo y muy original, impregnado de su propio carácter narrativo y con un tono muy irreverente e irónico. Por si fuera poco, el final (que no lo es tanto porque la historia sigue) está a la altura de las circunstancias y no exento de giros y sorpresas.
Considero que, con Nuncancohe, Jay Kristoff ha creado una historia de fantasía buenísima, entretenida, llena de oscuridad, peligros, acción, toques de humor negro, personajes carismáticos y creíbles, y hasta moraleja, por lo que me ha dejado con ganas de seguir con la trilogía e incluso de hincarle el diente a su nueva saga sobre vampiros. Muy intenso todo y… ¡Muy recomendable!
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