Palabras de piedra de Nita Aspiazu de Balda es una novela que cuenta, de una manera bastante original, un acontecimiento histórico que yo desconocía hasta el momento: la expedición destinada a establecer la primera colonia inglesa en el Nuevo Mundo a la que la historia acabó perdiéndole la pista tras su misteriosa desaparición. Aunque no conocía a su autora, este libro que me llegó gracias al programa Masa Crítica de la plataforma de literatura Babelio me ha gustado bastante y te cuento el motivo por el que considero que es una lectura que merece la pena.
Tras la aparición de una piedra con un mensaje grabado, varios expertos en historia de la universidad de Emory (Estados Unidos) se implican en el estudio de un objeto que creen que puede estar conectado con la colonia inglesa que intentó establecerse en su país en el siglo XVI. Paralelamente, Aspiazu empieza a escarbar en el pasado para mostrarnos su interpretación de cómo se preparó esta expedición compuesta por 116 personas que partieron desde Inglaterra hacia la promesa de una vida mejor que la que tenían en un Londres mísero, repleto de pobreza y penalidades. Para ello, sitúa como protagonista a Eleanor Dare, una mujer aterrada por verse arrastrada por su marido hacia el Nuevo Mundo que va contando sus miedos y experiencias antes, durante y después de la intrépida travesía que cambiará su vida para siempre. Además, la autora aprovecha para ir hilando esta aventura con su contexto histórico, político y social marcado por acontecimientos tan relevantes como la muerte de María Estuardo, la persecución de los papistas, la piratería, o la invasión de la Armada Invencible, entre otros muchos.
En Palabras de piedra el lector puede asistir a los peligros vividos por los colonos durante su viaje por mar, al descubrimiento de tierras casi vírgenes, la formación de su comunidad en el nuevo hogar y sus relaciones con los nativos (con todos sus pros y sus contras) al tiempo que contempla cómo estos hechos se van borrando de la propia historia casi a la par que se producen, eclipsados por otros convulsos eventos que tuvieron lugar en esta época repleta de cambios. Sin ser un libro con muchas pretensiones, me ha parecido entretenido e instructivo, con una narrativa sencilla y un ritmo ágil que encadena un hecho tras otro. Una lectura ligera que arroja luz sobre un acontecimiento poco conocido (al menos para mí y supongo que para otros lectores españoles) que me ha hecho interesarme por la autora. Por ponerle una pega, puedo decir que más o menos a la mitad de la novela la parte centrada en la investigación se me ha hecho un tanto aburrida y creo que podría haber resultado más emocionante si se hubiese desarrollado de otra forma. Eso sí, vuelve a ponerse interesante cuando, más adelante, se empieza a dudar acerca de la autenticidad de las piedras encontradas y la investigación se pone patas arriba.
En general, Palabras de piedra es una historia recomendable, fácil y rápida de leer, que tiene todo lo que nos gusta a los lectores de ficción histórica y que puede animarte un par de tardes o tres de lectura.
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