Andy Weir es un autor del que oí hablar por primera vez tras ver la adaptación cinematográfica de su obra El marciano. Con sus más y sus menos esta peli me gustó bastante y me quedé con ganas de leer algo de este escritor que se está poniendo muy de moda. Ahora, su novela Proyecto Hail Mary ha llegado a mis manos y yo no soy nadie para decirle que no a una obra de ciencia ficción que nos invita a fantasear sobre planetas y formas de vida más allá de lo que conocemos. Un solitario y suicida viaje por el frío universo para intentar salvar a la humanidad lleno de altibajos, pero que ha acabado convenciéndome. ¡Despegamos!
Proyecto Hail Mary comienza con su protagonista, Ryland Grace, despertando de un coma inducido en una nave espacial de la que parece ser el único superviviente. Sin recordar nada de cómo ha podido llegar ahí un simple profesor escolar de física, ni qué pasó con el resto de la tripulación y, con las constantes atenciones de un robot, Ryland empieza a investigar su entorno y pronto descubre que se encuentra en alguna especie de misión especial. Muy poco a poco, su memoria comienza a recuperarse y con estos fragmentos de recuerdos que se van desvelando progresivamente va entendiendo que forma parte del proyecto en el que se le involucró por sus conocimientos sobre física para analizar una nueva especie de forma de vida, consistente en puntitos negros que están alimentándose de la luz del sol. Bautizados como “astrófagos”, estos seres venidos del universo amenazan con destruir la vida en la Tierra, al privarla a largo plazo de la energía y temperatura del astro rey. En un acto desesperado por salvar nuestro planeta, los científicos se ponen manos a la obra para acabar con este peligro fatal. Claro que, nada de esto explica el motivo por el cuál un físico sin entrenamiento como astronauta acaba en una nave espacial…
Pero, aunque la curiosidad aguijonea a Ryland, éste debe centrar primero todos sus esfuerzos en intentar sobrevivir a pesar de las múltiples complicaciones que se va encontrando. Solo, flotando en medio del universo y con la certeza de que posiblemente muera allí, nuestro protagonista lo da todo por perdido. Imagínate su sorpresa cuando una extraña nave alienígena aparece en su campo de visión y su único tripulante, un ingeniero de una peculiar raza extraterrestre, acaba accediendo a su nave. A partir de este momento, todo cambiará para Ryland.
Los mejor de Proyecto Hail Mary para mí ha sido la manera en la que el autor va avanzando en la trama presente al mismo tiempo que va despejando incógnitas de lo que pasó en la Tierra décadas atrás. El lector se entera al mismo tiempo que Ryland de lo ocurrido, es partícipe de sus diferentes emociones al respecto y puede ir comprendiendo poco a poco complejas teorías que aquí se presentan de manera fácil de asimilar para cualquier persona sin muchos conocimientos en la materia. Con golpes de humor, mucha carga irónica y una narrativa dinámica, este libro en su esencia fatalista esconde también mensajes que hablan de esperanza, cooperación y progreso, y analiza asimismo sentimientos muy humanos como la frustración, la inseguridad, el instinto de auto-conservación y, sobre todo, el miedo a la soledad y a la muerte.
Sin embargo, tampoco me ha parecido un libro de 10, ni ha sido mi mejor lectura de ciencia ficción en lo que va de año. En algunos momentos (sobre todo al principio) mi interés por la historia ha decaído porque no lograba engancharme del todo aunque, superada esta fase, lo he leído casi del tirón y me he metido de lleno en la trama. Lo que menos me ha gustado es que es una novela demasiado fantasiosa, que presenta de manera extremadamente sencilla aspectos tan complicados como la comunicación entre especies y cuyos personajes encuentran soluciones de forma muy rápida a problemas tan complejos que resulta muy poco verosímil. Pero soy consciente de que se trata de una obra de ficción que juega a mezclar teorías científicas con elucubraciones del autor que, al final, logra componer un escenario más o menos creíble para llevarnos a soñar con viajes por la infinidad del universo y seres de otros mundos.
Así que ya sabes, si te atreves a surcar el universo y establecer contacto con criaturas imposibles, Proyecto Hail Mary es tu nave.
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