Reseña de "Riesgos de los viajes en el tiempo" de Joyce Carol Oates

Publicado el 03 junio 2020 por Rt
Adriane Storhl es una joven de diecisiete años que vive en los EAN (Estados Unidos del Norte). Está a punto de graduarse y ha obtenido una beca patriótica para acudir a la Universidad. Además, es elegida para dar el discurso de graduación en su instituto gracias a sus buenas notas. 

Su padre es un Individuo Marcado, por escuchar un mitín en un parque hace años. Su tío Tobías fue "vaporizado". Es decir, desapareció de la historia por subversión y a sus familiares se les impide hablar de él ni recordarlo. Son medidas que se tomaron a partir de los atentados del 11 de septiembre de 2001, donde los ciudadanos americanos sacrificaron sus libertades en aras de una mayor seguridad, dando poder absoluto al gobierno y convirtiéndose en una dictadura tecnológica. 
Es una sociedad en la que no hay que destacar, no hay que cuestionarse nada y sólo obedecer al poder. Pero Adriane no para de hacer preguntas sobre todo lo que la rodea, por lo que será detenida con el mayor castigo de su época: viajar al pasado, a 1959, para estudiar una carrera universitaria en Wisconsin. Sin tecnología, sin acceso a redes, y con la paranoia de estar continuamente vigilada. No en vano era la época de la Guerra Fría y de los refugios nucleares. 
En el instituto Pennsboro —como en todas partes en nuestro país, imagino— existía el miedo a parecer «listo» (lo que se podía interpretar como «demasiado listo»), algo que quizás atrajese sobre ti una atención no deseada. En una Verdadera Democracia, todas las personas son iguales: nadie es mejor que nadie. Estaba bien sacar notables, y algún sobresaliente de cuando en cuando; pero los sobresalientes implicaban riesgos.
Joyce Carol Oates, la eterna candidata al Nobel de Literatura, se atreve ahora con una distopía como Riesgos de los viajes en el tiempo (Alfaguara). Pero una distopía que da miedo porque es muy posible. Tiene reminiscencias de Un mundo feliz, de Aldous Huxley y por supuesto, de 1984, pero va más allá. Porque aparte de ser Ciencia Ficción no deja de ser la historia de una adolescente a la que han cortado las alas, la curiosidad, que se siente perdida y mutilada y que se aferrará a su amor platónico por un profesor. Es decir, los sentimientos son universales estemos en la época que estemos. 
Nos presenta una sociedad futura que tiene mucho en común con regímenes totalitarios y que nos recuerda de una manera casi dolorosa lo frágiles que son las estructuras sociales que dábamos por sentadas. La traducción de José Luis López Muñoz es muy limpia y nos hace llegar perfectamente la escritura de su autora.