Un animal salvaje es la última novela de Joël Dicker, autor best seller al que empecé a leer hace un par de años y al que desde entonces sigo. Se trata de otro thriller que repite la dinámica a la que nos tiene acostumbrados, con saltos en el tiempo que van componiendo una historia basada, esta vez, en el atraco a una importante joyería de Ginebra. Una serie de enredos, secretos, traiciones, infidelidades y revelaciones que van aderezando el desarrollo de un relato muy entretenido, pero del que se podría haber sacado más jugo. Te cuento más en esta reseña.
El peculiar estilo de Joël Dicker y su talento para crear tramas que enganchan desde muy pronto, son los culpables del éxito de este escritor, que tiende a copiar su fórmula en cada libro, con más o menos acierto. En Un animal salvaje volvemos a encontrarnos con un thriller muy marcado con su sello, bastante decente, pero sin llegar al nivel de obras como La verdad sobre el caso Harry Quebert o El libro de los Baltimore (mis dos novelas favoritas de este autor hasta el momento), pero muy superior al despropósito que me parecieron otros libros como El enigma de la habitación 622. Y es que esta vez no se trata de resolver en retrospectiva un asesinato, sino de asistir a los días anteriores a un atraco que, desde el principio, el lector sabe que se producirá en una lujosa joyería de Ginebra.
Así, en Un animal salvaje nos topamos con los flashbacks tan característicos de Dicker, mediante los cuales nos vamos enterando de la historia vital de sus protagonistas, a saber, dos familias muy diferentes la una de la otra, pero que traban una amistad llena de altibajos. Por un lado, tenemos al matrimonio Braun, aparentemente perfecto y feliz en su idílica casa de cristal en una urbanización de lujo situada en un enclave de ensueño. Por el otro, nos encontramos con sus vecinos, un policía y su esposa, afincados en otra urbanización mucho más modesta que siempre ha molestado a los acaudalados residentes de este vecindario. Todo se complica cuando, días antes de la celebración del 40 cumpleaños de Sophie Braun, su vecino y amigo policía se empieza a obsesionar con ella, su belleza, elegancia y sensualidad, y se pone a espiar todos sus movimientos hasta traspasar ciertos límites. Mientras tanto, comienzan a salir a la luz turbios asuntos pasados que atañen a Sophie y su encantador marido, y la historia se va acelerando hasta un final en el que todo cobra sentido a ojos del lector.
Con la fórmula típica de Dicker de ofrecer capítulos cortos y dinámicos que suelen terminar con alguna información o revelación que te obliga a pasar inmediatamente al siguiente, Un animal salvaje garantiza una historia muy entretenida y sencilla de leer en poco tiempo, atrapando al lector desde sus inicios. Sin embargo el final, aunque desvela todas las incógnitas y no deja cabos sueltos, se me ha hecho un poco apresurado y tengo la sensación de que podría haber sido más asombroso. Por lo demás, se trata de un libro aceptable, en la línea del autor, pero que no tiene el gancho de otras de sus novelas, como las que ya te he mencionado.
Como todavía tengo algunas de sus obras pendientes y el escritor está actualmente en la cresta de la ola, todavía me queda bastante por leer, pero ya tengo asumido que es alguien capaz de sorprender muchísimo, al tiempo que puede defraudar con alguna historia o de, simplemente, ofrecer una buena experiencia lectora sin ir mucho más allá, como ocurre con este Un animal salvaje o El caso Alaska Sanders. Por eso, suelo acercarme a cada libro con ilusión y reservas al mismo tiempo. Ya veremos qué más nos tiene preparado…