Durante la Nochebuena de 1617, una misteriosa tormenta golpea la isla noruega de Vardo, volcando los barcos de los hombres que han salido a faenar y matándolos a todos. Casi cuarenta pescadores murieron aquella noche en esa tormenta sin precedentes. Las mujeres, además de elaborar el duelo, deberán continuar con la vida en la isla. Desde los pueblos cercanos les envían provisiones, pero no basta.
Hay mucho trabajo por hacer y ellas se muestran capaces de hacerlo. Comienzan a pescar, a curtir pieles, a comerciar y en general, a realizar todas las tareas que llevaban a cabo los hombres. Entre ellas se encuentra Meren, una mujer de la isla que ha perdido a su padre, a su hermano y a su prometido. Sin embargo, la noticia llega a oídos de la autoridad, que envía a Absalon Cornet y a su joven esposa.
Comienza entonces un reinado de terror. Las mujeres laponas que no acuden a la iglesia son acusadas de brujerías, así como las que tallan ídolos o runas. Por el pueblo comienzan a extenderse las acusaciones basadas en falsedades y las mentiras. Todas sospechan de todas e incluso hay quien empieza a pensar que la tormenta fue obra de brujería.
91 mujeres perdieron la vida por salir a pescar o llevar pantalón
Ursa, la joven esposa de Absalon, comienza a intimar con Meren e intenta que su marido cambie de opinión, pero choca con la intransigencia masculina y el deseo de complacer a Dios por encima de todas las cosas. La isla se convierte entonces en un auténtico Salem, donde todas las actividades serán contempladas con sospecha. Lo que antes eran reuniones de mujeres para tejer y apoyarse en su duelo, cantar y recordar a sus muertos, se convierten en misas a las que es obligatorio asistir, incluso las que no profesan la religión católica.
Vardo, la isla de las mujeres (Ático de los libros) se basa en un suceso real, en la extraña tormenta que tuvo lugar el 24 de diciembre de 1617 y que hundió a toda una flota de pescadores. Fue tan breve e intensa que se llegó a pensar que tenía una procedencia sobrenatural.
La susodicha isla
A partir de ese punto, la autora teje los hilos de la historia para contarnos una historia de amor y sororidad que se convierte en pesadilla en cuanto interviene la persecución religiosa. Porque cualquiera que intente ayudar a las acusadas puede ser la próxima en arder en la hoguera.