Reseña | Detrás de un beso, Adriana Rubens

Por Flordecereza @NovelaRomantica

DESPUÉS DE DETRÁS DE LA MÁSCARA Y DETRÁS DE TU MIRADA, LLEGA LA ESPERADA TERCERA ENTREGA DE LA SERIE "WHITECHAPEL" AMBIENTADA EN EL LONDRES DE FINALES DEL SIGLO XIX.

Jacqueline Darcy fue testigo del asesinato de su hermano, y desde entonces vive escondida en Whitechapel bajo la identidad masculina de Jack Ellis. Cuando le sugieren que se convierta en el asistente del doctor Richmond para descubrir la causa del extraño comportamiento de este, ella acepta, aunque con renuencia. La relación no empieza con buen pie, pero cuanto más conoce al doctor, más se enamora de él, hasta que descubre que aquello que lo atormenta es un enemigo más temible de lo que nadie hubiese podido imaginar.

Joshua Richmond tiene dos problemas. El primero es la atracción que despierta en él su nuevo asistente. El segundo, su creciente dependencia del opio, aunque al menos esto último puede controlarlo. O eso cree él. Tendrá que enfrentarse al riesgo de perder a sus seres queridos, a la vez que a sus miedos y más terribles pesadillas, para darse cuenta de que se ha metido en un infierno del que no puede escapar sin ayuda. Cualquier cosa, con tal de conseguir aquello que vislumbró detrás de un beso.

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Decir que he estado encantada de leer a Adriana Rubens otra vez es quedarse corta, después de poder disfrutar de Detrás de tu mirada hace poco, ahora ha caído en mis manos la tercera entrega de su serie . Con Detrás de un beso he descubierto por fin la historia de Joshua Richmond, un hombre atormentado por sus demonios que será incapaz de reconocer que necesita la ayuda de los demás. En esta ocasión tendremos un nuevo romance, pues el doctor Richmond conocerá a la mujer que lo haga salir de las sombras y volver a disfrutar de su profesión y de la vida, no obstante, también nos deleitará con ciertos toques de misterio e intriga. Una trama muy completa que me ha recordado a las novelas de siempre, cuidadas, contadas con elegancia y en la que la autora nos sumerge en la obra de forma tan magistral que ha hecho de mí una incondicional de su pluma.

Jacqueline Darcy dejó atrás su infancia cuando sus padres fallecieron en un trágico accidente. Después de tan catastrófico acontecimiento no le quedó más remedio que irse a vivir con su hermano Douglas, un joven melancólico y con aire taciturno que no se parecía en nada al alegre muchacho que había compartido su niñez, no obstante, ella no está dispuesta a perder a su último familiar, quiere que la convivencia sea la mejor y pondrá todo de su parte para conseguirlo. Sin embargo, no tendrá la oportunidad, pues éste será asesinado de la manera más cruel por un hombre de mirada glacial y a ella no le quedará más remedio que huir en mitad de la noche por las calles de Londres hasta conseguir esconderse en Whitechapel. Allí, alguien se apiadará de la chica y le aconsejará que para sobrevivir en ese mundo de delincuencia y miseria tendrá que dejar de lado su femineidad para convertirse en Jack Ellis, un pilluelo que hará de todo para salir adelante. A partir de ese momento su existencia se verá marcada por ocultar un secreto que podría costarle la vida, no obstante, tendrá la suerte de trabar amistad con Connor MacDunne, el fundador de los Blueguards será su mejor apoyo y el que le ofrezca un trabajo con el que subsistir. De este modo, no podrá negarse cuando le encomiende una misión un tanto delicada, tendrá que vigilar al doctor Richmond, el cuñado de MacDunne necesita un asistente y ella tendrá que tomar el puesto para descubrir los secretos que han llevado al médico a distanciarse de su familia. Un trabajo de lo más sencillo si no fuera por la atracción que despierta el joven en ella, unos sentimientos que no había sentido antes y que son cada vez más fuertes, tanto es así, que cada día a su lado supone un esfuerzo por mantener intacto su disfraz.

Joshua Richmond es el vizconde Ayden, el hijo menor de los duques de Bellrose se ha convertido en un excelente médico. Desde joven pensó que ser parte de la aristocracia no era impedimento para llevar a cabo una ocupación que le permitiera ayudar a los demás. Así, cumplió su sueño y se convirtió en un afamado doctor que ponía su vida al servicio de los más desfavorecidos, una labor que lo llevará a hacer frente a la pérdida y al dolor, ya que Joshua no puede evitar que un trocito de su alma muera cada vez que pierda a un paciente. Esto lo ha llevado a refugiarse en el opio, una dependencia con la que intenta evadirse de la desolación que le produce la muerte de seres inocentes y que no es capaz de reconocer. De esta forma, su adicción lo ha convertido en alguien diferente, una persona abatida, sin ganas de luchar y con un peso en el corazón que nadie puede aligerar, o eso es lo que piensa él. Este será el momento en el que entre en su vida Jack Ellis, su nuevo ayudante es un muchacho un tanto extraño que parece esconder un secreto, el cual el deseará descubrir desde el principio. Ese será su mayor problema, pues cuando la relación entre ambos se vuelva más personal sentirá que la atracción que siente por el chico no es sólo mera curiosidad, hay algo más, sentimientos que lo tienen muy confundido y que no le dejan ver la realidad.

Esa será la forma en la que Jack y Joshua comiencen una relación profesional que dará paso poco a poco a una amistad donde ambos encontrarán en el otro un apoyo para sobrellevar los duros momentos que les ha tocado vivir. La muchacha descubrirá en el doctor a una persona íntegra, competente y que se desvive por sus pacientes, no obstante, también verá a un ser roto, con pesadillas que lo atormentan y fantasmas que lo acosan hasta el punto de evadirse a través de su dependencia por el opio. Richmond, por su parte, no quiere reconocer que tiene un problema, además lo que siente por su asistente lo tiene totalmente descolocado, es un sentimiento que sobrepasa el mero cariño hacia un amigo o hermano, no entiende la atracción que despierta en él y, mucho menos, sabe por qué esa necesidad de contarle todo lo que lo atormenta. Una unión que se hará más fuerte con el paso del tiempo y cuando el deseo entre ambos sea algo difícil de ocultar, siendo el misterioso sobre la identidad de la chica el único obstáculo de por medio. Ahora Jacqueline es la única que tiene la posibilidad de cambiar el rumbo de sus vidas, pues tendrá que elegir entre una verdad que pesa demasiado o mantener un secreto que la mantiene a salvo, una elección difícil, ya que de su decisión dependerá la cordura de un hombre que parece no querer salir del infierno en el que se encuentra.

Adriana Rubens ha vuelto a deleitarme con una prosa elegante, cuidada y con muchos detalles que nos dejan ver sin problemas el Londres de finales del siglo XIX. Con un ritmo ágil y dinámico tenemos una novela deliciosa donde los protagonistas absolutos son Joshua y Jack, aunque también habrá subtramas que gustarán al lector pues los secundarios merecen un lugar destacado en la historia. No obstante, la relación entre nuestra pareja acaparará la mayor parte de la trama, esos sentimientos que despiertan el uno en el otro y el afán de protegerse mutuamente que los llevará a correr más de un peligro. De esta forma hay que decir que los personajes son un punto importante dentro de la novela, así, vemos a Joshua como un médico admirado y respetado que ha caído en desgracia ante la sociedad a causa de un terrible suceso y que no ha podido alejarse del abismo de la adicción al vivir continuamente atormentado por el dolor. Él siente que las pérdidas a las que se enfrenta en su profesión son heridas que lo llevan a tener un alma rota, las considera derrotas, pues se implica de manera profunda y personal con sus pacientes y siente que ellos lo son todo para él. Asimismo, no quiere amar, lo que el sentimiento le produce choca con su sufrimiento y lo hace todavía más vulnerable. Un protagonista atormentado, con pesadillas que no lo dejan descansar y con una solución fácil al alcance de la mano, el opio, una adicción a la que tendrá que enfrentarse y que deberá dejar de lado para ser la persona que fue en el pasado. Este es un tema que la autora retrata a la perfección, el estado de ánimo que lo hace alguien diferente, cómo afecta a su entorno y la dependencia que se niega a admitir. Jack, por su parte, es una heroína fuerte, valiente y capaz de todo para proteger a los que más quiere. Las circunstancias la llevaron a vivir lo peor de la vida, pero ella ha sabido salir adelante, su ingenio y no dejarse vencer son sus mayores dones, no obstante, echa de menos ser una mujer y los sentimientos que está experimentando le hacen ver que por mucho que lo oculte en el fondo lo sigue siendo. Una relación entre ambos que se volverá difícil y complicada con la convivencia, pero que tendrán que saber llevar y tomar las decisiones acertadas para afrontar la verdad sobre ellos mismos. Como he dicho, unos protagonistas que me han robado el corazón y que, junto a los secundarios, no podemos olvidaros de la familia Richmond al completo y alguno que otro que se hace notar, han hecho de la novela una obra maravillosa repleta de emociones, que refleja multitud matices y altas dosis de ternura. Una lectura que he leído muy rápido, pues se volvía adictiva por momentos y la agilidad con la que está narrada nos lleva a querer seguir descubriendo lo que el destino le deparará a nuestra encantadora pareja.

Detrás de un beso de Adriana Rubens es una preciosa novela donde hay romance y pasión, pero también ternura, emotividad y un misterio que pone en peligro la vida de Jacqueline, la única persona que logrará ver el alma herida de Joshua, un hombre vencido que deberá luchar contra sí mismo para alcanzar la felicidad que el amor le está brindando.