FICHA TÉCNICA
"A través de todas mis historias, no he conocido a nadie a quien que haya amado más que a ti... A nadie."
Estas fueron las últimas palabras que me dedicó Rhode.
Fue la última vez que manifestó su amor por mí.
La última vez que pude ver su cara.
También fue la primera vez en 592 años en que pude tomar una bocanada de aire. Que pude estar bajo el sol. Sentir el sabor de las cosas. Rhode se sacrificó para que, yo, Leah Beaudonde, pudiera volver a ser humana una vez más. Para que ya no sintiera el deseo de beber sangre.
Nunca esperé enamorarme de otra persona que no fuera Rhode. Pero Justin era... atrevido. Excitante. Más hermoso de lo que nunca podría soñar. Nunca me imaginé que tendría dieciséis años... Otra vez... Ni tampoco supuse que mi pasado volvería para atormentarme.
OPINIÓN [libre de spoilers]
Días eternos cuenta la historia de Lenah, una vampiresa centenaria que está harta de vida vampírica, de no sentir, no poder ver la luz del día. Rhode, el vampiro que la convirtió quinientos años atrás y su novio, ha dado con la clave para poder hacer que Lenah vuelva a ser humana, pero para eso, él tiene que morir. Tras cien años de hibernación, Lenah despierta como humana en el siglo XXI, un mundo extraño para ella, lleno de tecnología y máquinas de las que no ha oído hablar jamás. Además, Lenah deberá infiltrarse e ir al instituto, de modo que su antiguo clan de vampiros sea incapaz de encontrarla y matarla.
Y hasta aquí todo correcto. Podríamos decir que el argumento es aceptable y que podría tener tirón. Una ex-vampiresa que, en Estados Unidos, desconoce lo que es el Día de Acción de Gracias, puede llegar a ser, cuanto menos, divertida. Además, no se trata de una vampiresa cualquiera, sino que ella ha sido una reina dentro del mundo de los vampiros, pero ¿utiliza este recurso la autora para darle potencia al personaje? ¿Resulta divertido el libro? ¿Me he querido pegar un tiro mientras lo leía? No, no y sí.
El libro, además de abusar de tópicos, me dejó indiferente desde sus primeras páginas. Encontramos situaciones muy duras, los personajes se enfrentan a momentos que deberían ser muy tensos y dolorosos, pero que a mí me han dejado más tibia que el vaso de leche que me tomo antes de dormir. La protagonista, que podría haber llegado a ser realmente el alma del libro, resulta insulsa, plana y sin personalidad. Su actitud en el mundo humano dicta mucho de ser la de alguien que lleva cientos de años vivo, y mucho menos alguien que resultaba ser la reina de un clan de vampiros mega cruel y poderoso.
Conforme Lenah se adentra en el mundo humano irá haciendo amigos y, por supuesto, se enamorará. Esto transcenderá en el insta-love peor desarrollado de los que he leído, cuyo protagonista tiene igual o menos gracia que su compañera. Se ven, se aman, se profesan su amor para toda la eternidad, y mientras tanto, tú, como lector, pasas las páginas con cara de estar oliendo mierda, como poco. Además, nos encontramos en un instituto estadounidense de millonetis, con todos los estereotipos y americanadas que esto conlleva. Os podéis imaginar la escena, al igual que imagino que ya os haréis una idea de cuál de estos personajes estereotipados será el afortunado de contar con el eterno amor de Lenah. Continuando con los personajes, he de darle un punto positivo a uno de ellos, y es el amigo artista de la prota, Tony. Un chico un tanto diferente, con un toque sutil de humor, el único personaje con algo de personalidad, que la autora echa a perder conforme avanzamos en el libro, convirtiéndolo en un incoherente. Pero al principio estaba bien.
En resumen, Días eternos ha resultado ser una novela muy decepcionante, carente de sentimiento y carisma. Con una premisa que podría haber dado mucho de sí, pero que la autora no ha sabido desarrollar. Personajes planos y sin personalidad, incoherencias, falta de emoción... Un desastre.