470 páginas || Papel y ebook
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Humanos, elfos, feéricos y mareas conviven en la bulliciosa ciudad de Luzaria. Pero cuando el Toque de Queda suena, las calles quedan desiertas y en el oscuro barrio amurallado de Noctia, las puertas se abren: nigromantes, brujos, vampiros, licántropos y demonios pueden campar a sus anchas por la ciudad lúzara al amparo de la Ley Común, que justifica cualquier acción que lleven a cabo entre la medianoche y el amanecer.
Y es que lúzaros y noctis llevan años impulsando acciones con el fin de potenciar los lazos entre ambos mundos, separados solo por el enorme muro que encierra Noctia en su interior: el imperio de la noche. La Ley Común engloba también el denominado Intercambio.
June es una joven humana que pasará el próximo año de su vida viviendo en Noctia, mientras que Tayr, un enigmático brujo, lo hará en su casa, bajo su techo y junto a su hermano Adrien, cuya curiosidad hacia él crecerá al mismo tiempo que una incontenible atracción, pero. ¿Quién es realmente Tayr?
'Dryadalis' es la primera parte de una saga que leí en una lectura conjunta organizada por Carol, de The Blood Lines (la lectura de la segunda parte comienza el lunes, por si os queréis apuntar), y es un libro que he disfrutado mucho. Si me conocéis sabéis cuanto me gusta el género sobrenatural, y más si hay vampiros de por medio, aunque debo decir que al menos en esta primera parte, el vampiro que tiene más importancia me ha sabido a poco, no he sentido que actúe realmente como tal, y bien podría haber sido cualquier otra criatura. Pero bueno, él no es lo importante en esta historia, si no lo que ocurre en ese intercambio del que habla la sinopsis, el de June por Tayr. Ella es humana, y su vida en Noctia no va a ser nada fácil, por mucho que la Ley Común garantice que nadie puede hacerle daño. Su curiosidad hará que se ponga en peligro más de una vez, a veces incluso de manera innecesaria, pero todo lo que ocurre en Noctia y vemos de su mano, me ha gustado mucho.
Nos encontramos con un libro con muchas criaturas, separadas por un muro por la creencia de que unas son buenas, y las otras no. Pero yo creo que a estas alturas ya todos sabemos que, en este tipo de libros, ni los buenos son tan buenos, ni los malos tan malos siempre. Y esta es una primera parte que según avanza la historia y llega el final, necesitas y deseas seguir leyendo para ver qué va a ocurrir a continuación. Porque obviamente las cosas no acaban bien para todos, y yo necesito saber cómo se van a solucionar, si es que se solucionan, y si las teorias que se han formado en mi mente con algunos personajes son ciertas. Que yo creo que sí, porque en la LC lo hemos pensado varias, o todas.
Es una saga juvenil, con unos protagonistas jóvenes que actúan como tales, pero que no está falta de acción o de momentos más tensos o dramáticos (y algunos de estos dan mucha pena por lo que ocurre). También tenemos romance, y crítica al bullying y la homofobia, algo que me ha gustado mucho, porque la autora lo introduce de una manera natural, teniendo en cuenta que se trata de un libro de género sobrenatural. Pero que lo añada y seamos testigos de ello, y nos sintamos impotentes por lo que ocurre, porque es algo que ocurre en nuestro mundo día a día, creo que es muy acertado. Y me ha encantado, porque, como ya he dicho, el personaje de Adrien me encanta, y todo lo que le pase, bueno o malo, me afecta, no lo puedo evitar.
La pluma de la autora me ha gustado mucho, aunque como comenté en la LC, al libro le haría falta una revisión. No es que esté lleno de errores, pero incluso en ocasiones se equivoca con algún nombre en una misma escena, y si se cambiara eso sería una historia mucho mejor, o al menos más perfecta. Es el primer libro que leo de Jessica, aunque tengo pendiente desde hace tiempo Letargo, y sñe que voy a seguir leyéndola porque escribe de una manera muy amena, con un vocabulario sencillo, pero con mucho sentimiento, y eso a mí me encanta. Pero como digo, es un libro juvenil, así que está escrito acorde a ese género a los supuestos lectores (digo supuestos porque por edad, a mí no me tocaría y, sin embargo, sigue siendo el género que más me gusta).
Cuando uno se enamora no puede dejar de mirar al cielo, muchacho. Como si las estrellas fuesen asideros que conspiran en un universo que puede proyectarte hasta su cima etérea; todo parece estar por debajo de ti y te olvidas de mirar al suelo. Pero conviene pisarlo con fuerza porque es ahí y solo ahí, donde podrás concederte un verdadero impulso, alejado de quimeras e ilusiones. Nadie te priva de conquistar el cielo, pero empieza desde la tierra.