El reino norteño de Idris se encuentra en una situación de paz tramitada por un pacto realizado hace 20 años con Hallandren tras la Multiguerra. El pacto consistía en comprometerse a casar la hija del rey idriano con el rey-dios de Hallandren, y por fin ha llegado el momento. Vivenna, la mayor de las hijas del rey, lleva toda su vida formándose para este acontecimiento, pero su padre, en un arrebato personal, se ve incapaz de enviar a su primogénita y manda a la más pequeña e irrevente de sus hijas, Siri, para dicha misión. Tras la salida de esta última, su hermana Vivenna se siente perdida y con la misión personal de ir a T´Telir, la capital de Hallandren, a rescatar a su hermana de los terribles acontecimientos que le deben estar sucediendo. Ambas hermanas se verán inmiscuidas dentro del conflicto entre hallandreses e idrianos sin saberlo, en una guerra política que no comprenden y de la que no será sencillo escapar.
En 2009 el querido escritor de Nebraska publicaba esta historia ubicada en Nalthis, uno de los mundos que habitan el universo conocido como Cosmere del prolífico autor. Esta historia es menos reconocida que Elantriso El imperio final, pero no deja de atesorar los puntales claves dentro de la narrativa de Brandon Sanderson. El autor desarrolla una historia a través de cuatro líneas narrativas y prácticamente sin moverse de la ciudad de Hallandren, salvo en las primeras páginas. Así nos pondremos en la piel de Vivenna, la hija mayor del rey Dedelin de Idris que se infiltra en la ciudad; de Siri, la hija mejor del rey de Idris que nos muestra la realeza de Hallandren; Sondeluz el Audaz, uno de los Retornados adorado como un dios en Hallandren; y el misterioso Vasher, un fantástico personaje portador de una espeluznante y parlanchina espada. Sanderson nos arrastra a una lectura de gran ritmo, pero que adolece de los defectos principales de su autor en otras obras. El primer tercio se hace demasiado espeso y dosificado, digamos que le cuesta arrancar; al igual que su final, que resulta enormemente precipitado aunque satisfactorio. Pero durante toda la lectura Sanderson es capaz de meterte en la piel de cada personaje, de sorprenderte con revelaciones inesperadas, de ser un maestro en el juego de las deducciones de tu mente, de hacerte creer lo que no es verdad, y hablarte de temáticascomo el crecimiento personal, la identidad del individuo como símbolo o el choque cultural que consiguen atraparte por completo, como siempre hace.
Hablar de Brandon Sanderson es siempre hablar de un gran creador de mundos y de sistemas de magia, y esta vez, tampoco podría ser de otra manera. En esta ocasión nos movemos de nuevo por un mundo pseudo medieval con dos reinos meramente opuestos. Mientras en Idris adoran a un solo dios, son ejemplo de sencillez y austeridad; en Hallandren se despliega toda una ciudad colorida y exuberante que adora a los seres Retornados como dioses. El mundo está muy bien pensado; con economías propias de cada región, religiones fascinantes que se enfrentan entre si o culturas arraigadas por las que Sanderson te lleva sin que te des cuenta. Y en cuanto al sistema mágico, es una demencial locura basada en el aliento con el que cada individuo nace. El aliento se puede acumular, se puede traspasar pero no robar, puede revivir elementos inanimados y hacerles obedecer ordenes concretas, puede revivir cadáveres o existen diferentes niveles y habilidades dependiendo del número de alientos que contengas. La magia biocromática que desarrolla Brandon Sanderson es alucinante, enrevesada en ocasiones y como no podía ser menos, cumple con sus tres leyes esenciales de la magia. Creo que es un sistema complicado al principio, y que no queda realmente bien explicado del todo, pero si te pones a revisar muchas cosas o tomes notas, es realmente fascinante.
Algo que me ha sorprendido en El aliento de los dioses han sido sus personajes. Suele achacársele a Sandersonunos personajes más pobres que al resto de autores top de fantasía, aunque para mí no es totalmente cierto decir esto, porque siempre deja algunos memorables, pero obviamente no es el mejor. En esta ocasión todos los protagonistas han conseguido engancharme a la historia, obviamente unos más que otros, pero todos tenían algo especial que me motivaba a querer saber más. Una característica común de todos ellos es como la trama solo avanzaba cuando estos personajes se desafiaban a sí mismos y a sus creencias, cuando cruzaban la línea de sus pensamientos, cuando hacían lo que querías que hicieran pero esperabas que lo hicieran por como son. Realmente me quedo con tres personajes de la novela. El primero de ellos es Vivenna, creerme realmente cuando en el primer tercio me resultaba un personaje realmente odioso, pero su evolución a lo largo del relato la convierten en uno de mis favoritos. Otro de ellos es Denth, digamos el mercenario bocazas, el Masacre de la novela, sus chistes eran malos pero su humor de mercenario conquisto mi corazón. Y por último Vasher, el sueño de todo lector de fantasía, ese personaje lleno de misterio y que encima tiene una espada que habla, que más se le puede pedir. Lo mejor tras ese final un tanto apresurado es saber que Sanderson tiene pensada una segunda parte y ya ha dicho que esta entre sus próximos proyectos tras la tercera parte de El archivo de las Tormentas (si, Marina y Cesar, si estáis leyendo esto, pronto, keep calm, enseguida voy con El camino de los reyes) y las secuelas de Elantris. Y lo que es aún mejor es conocer el título de la misma, Nightblood o Sangre Nocturna, como la espada de Vasher. Lo QUIERO YA.
¡Muchas gracias a Nova por el ejemplar!