Nada más llegar a esa tierra siente que ha encontrado su lugar, poco a poco se va adaptando, participa en varias actividades e incluso aprende la lengua de los indígenas. A veces se acuerda de las colinas de Escocia, de su padre y de su hermano pero todo ello no le impide sentir que ese paisaje y esa tierra han conquistado su corazón.También se enamorará de un hombre, este amor le obligará a tomar una decisión que cambiará de nuevo su vida, pero la escritora profundiza poco en el romance sientes que lo que realmente le interesa contarte es el amor que siente por esa naturaleza salvaje, por cada paisaje y sus gentes.Encontrarás varios episodios intercalados en los que la narradora será una de las indígenas que nos acercará a esa Patagonia libre y salvaje.La escritora nos mostrará las consecuencias que conlleva la colonización para ambas partes y cómo os podéis imaginar el débil lleva las de perder, y ello acarreará la pérdida de una cultura, unas tradiciones y de esa naturaleza salvaje. Un trasfondo que invita a la reflexión en cuánto a las formas y maneras de vivir de cada sociedad.Lo que más me ha gustado la forma que tiene de narrar muy poética y descriptiva, lo que menos que al ser tan corta pierdes parte de los sentimientos entre los personajes y no llegas a conectar con ellos.Una historia corta que flojea en cuanto a los personajes pero que si te puede conquistar con las descripciones de los paisajes y te puede interesar si sientes curiosidad por la colonización de la Patagonia.
“Heme aquí ahora como un árbol trasplantado que debe echar raíces”