Nos encontramos en un piso espacioso en la zona chic de Paris a finales de los años veinte. Un matrimonio: Rosine y Alfred Kampf ha alcanzado un nuevo estatus gracias al dinero ganado y desean ser aceptados dentro de la sociedad parisina, por ello desean dar un baile en su casa.La pareja tiene una hija de catorce años que se llama Antoinette que siente que no encuentra su sitio en esa familia ni parece que le quieran dar su lugar. Ella piensa que era más feliz en el otro piso, cuándo no tenían tanto dinero, quién sabe si ahora con ocasión del baile las cosas puedan cambiar.Al ir leyendo he tenido sentimientos enfrentados sobre esa jovencita de catorce años, y pensaba o bien ha cumplido sus deseos sin pensar demasiado en las consecuencias o quién sabe si tal vez sabiéndolo y con premeditación, malicia y un cierto disfrute, los ha llevado a cabo igualmente.La escritora nos deja ver claramente que la relación entre madre e hija deja mucho que desear, se sabe que los libros de Irène tienen mucho de autobiográfico y que su vida familiar tampoco fue lo más dichosa que pudo desear, pues su madre se ocupaba poco de ella, vivía su vida y no deseaba que su hija la importunara, algo que vemos muy claramente reflejado en este libro.A pesar de ser más bien corto, unas noventa y seis páginas, refleja muy bien la personalidad de la madre tanto en ese desapego hacia su hija, y que sentimos desde el comienzo del libro como en su deseo de ser aceptada en esa sociedad de renombre, así se nos presenta a una mujer fría, calculadora y muy egoísta haciendo que nuestras simpatías como lector se inclinen hacia la adolescente a pesar de su “travesura”.
Un libro para disfrutar y descubrir a esta escritora y que a mí me ha sorprendido gratamente, y el cual os dará la posibilidad de reflexionar sobre varios aspectos del comportamiento humano.
“Otra hora perdida, hundida, que se ha escurrido entre los dedos como el agua y no volverá.”