La trama nos sitúa en el estado de California no lejos de la frontera con Méjico en la carretera nos encontramos con la fonda: “Los tres gemelos”, el negocio de Nick Papadakis y su mujer Cora. Hasta allí llega Frank Chambers, uno de los protagonistas de la historia y es el mismo en primera persona quien comparte esta historia tan interesante, sobre su encuentro con Cora y Nick, y tan rocambolesca en su última parte.Frank Chambers es un hombre sin oficio ni beneficio que se busca la vida con cualquier chanchullo, un trotamundos sin empleo. Llega a la fonda sin dinero y allí Nick le convence de que se quede a trabajar en la fonda. Nick es un inmigrante griego dueño del negocio y está casado con la enigmática Cora, una mujer en torno a la cual girará toda la trama.Cora Smith es la gran protagonista esa mujer fatal, manipuladora, no la describe fisicamente, simplemente sientes, por como la perciben los personajes masculinos, que es atractiva, incluso que es arrebatadora, alguien que tiene ese algo, que es irresistible, solo con esos ojos ya te imaginas el resto, así que caballeros cuídense de cruzarse en el camino de Cora pues nunca se puede saber en que terminará ese encuentro, y el deseo que provoca puede resultar peligroso.La pasión y la obsesión que envuelve a los personajes les harán tomar decisiones que cambiarán sus vidas.Con un estilo muy directo, ágil y en ciertos momentos algo loco no tendrás descanso hasta que llegues a sus últimas páginas, al no ser muy extenso te durará más bien poco pues una vez que entres en la fonda y en sus vidas no soltarás el libro hasta conocer el desenlace final. Y es en ese final donde reside parte del éxito de la novela, irónico, paradójico y con más de un giro inesperado logra un cierre perfecto. A mi personalmente me ha gustado, es sorprendente y está muy bien hilado.
“El cartero siempre llama dos veces” es una gran novela negra tal vez más conocida por sus adaptaciones cinematográficas pero que merece que nos acerquemos al libro para descubrir la historia en su origen y dejarnos arrastrar por esa pasión desbordante.
“Te querría aunque no tuvieses ni camisa. Sobre todo te querría sin camisa porque así podría sentir lo hermosos y fuertes que son tus hombros.”
“
Por una mujer como ella más de un hombre habría dicho adiós al camino, por muy andariegos que tuviese los pies.”