Pasar miedo es un deseo que muchos anhelan, cine, literatura buscan impactar al lector con monstruos o elementos psicológicos que nos aten a nuestro asiento. El conseguirlo no está en manos de todos. Creo que estamos ante uno de los géneros más complicados. Las repeticiones son constantes, con falta de originalidad, utilizando los mismos elementos una u otra vez, llevando al lector a preguntarse dónde lo había visto anteriormente. Otros se vuelven desagradables, creyendo que revolviendo el estómago a los inocentes que se acerquen a sus obras tienen el trabajo hecho, craso error.
Víctor Conde, con sus historias de brujas, ha logrado, no diría que aterrarme, pero si mantenerme pegadaa las páginas con cierta inquietud. Olvidémonos de esas estrafalarias mujeres que vuelan en escobas, con gorro picudo y un eterno gato negro. El escritor ha hecho los deberes llevando a cabo un estudio riguroso de los rituales paganos, así como la creencia en aquelarres e invocaciones para componer la trama de su obra, dando forma a una historia imaginativa que sorprende al lector.
Utilizando la ucronía, uno de los campos más fascinantes de la ciencia ficción, especula sobre una realidad alternativa ficticia, en la que se ha demostrado que las brujas existen, por lo que todos saben que el mal está presente en la tierra, exacerbándose las creencias religiosas hasta el límite de perseguir a los Darwinistas y sus locas ideas. Esta idea en la que se apoya la trama es de lo más original sorprendiéndome desde un principio aunque también creando desorientación en el lector porque dan por hecho que nosotros conocemos como funciona el mundo. Tardas unas páginas en centrarte y saber que sucede, pero una vez que te adentras en la historia, te sorprendes de lo bien que lo ha desarrollado el escritor, para dotarle de tamaña credibilidad.
Vicenzo Strada está obsesionado con todo lo oculto así como en los rituales antiguos, por ello inicia un largo viaje tras los pasos de una experta en el tema, la profesora Corah Westerdhal. El destino querrá que ellos dos se encuentren en un pueblecito en el que están sucediendo extraños sucesos. A partir de este momento toda su vida cambiará para siempre, y tal vez, la realidad alternativa en la que vive. Strada es un personaje que evoluciona a lo largo de las páginas; desde un tipo desagradable, del que no esperamos nada hacia alguien que deberá desenterrar ciertos valores que hasta incluso él no sabía que poseía.
Esta es una de esas novelas que deben ser leídas porque por mucho que uno pueda contar, es necesario realizar una inmersión en ella para lograr comprenderla y también disfrutarla. No es apta para todo tipo de lectores.Víctor Conde utiliza un lenguaje fluido y elegante en determinados momentos para volverse salvaje, directo y crudo en otras. Una exposición de los hechos novedosa que mantiene en ascuas al lector con cada misterio resuelto. Intriga, terror y brujas, sin duda una buena combinación.