Alemania, años 30 ¡El abuelo de Hitler es judío!..., afirman ciertas cartas. ¿Qué oscuro complot internacional se escondía tras ello? Y entre tantas intrigas, el amor y el erotismo se despliegan en el marco glamoroso de la Costa Azul. España, 2048 ¿Por qué, un siglo después, aparece la nieta del escri tor? ¿Qué mundo es ese donde un Ojo Igualitario controla la vida de la gente? El Palacio Real de Madrid queda transformado en un centro comercial y de espectáculos.
Y es que estos manuscritos de Alexander von Hunterbrand contienen información inédita. ¿Y si el abuelo de Hitler, por ejemplo, hubiese sido judío?
Opinión Personal (sin spoilers) El escritor que mató a Hitler me llegó, casualmente, cuando estaba leyendo 1984, de Orwell. Por ello, he podido disfrutar incluso más si es posible de esta apasionante novela de Javier Ruiz Portella, que, viviendo en el tiempo en el que vivimos ahora, nos presenta un realista y turbulento pasado, y ¿quién sabe? un posible futuro
(esperemos que no).
d de fusionar dos épocas tan distintas de forma tan realista, una ficticia y otra verdadera, sin realmente haber llegado a vivir ninguna de las dos es increíble.
Si algo me ha encantado es ver las diferencias, pero en ciertas ocasiones paralelismos metafóricos, entre una y otra.
Por otra parte, la presentación de Estepaís -España, como ahora lo conocemos- es una oda a la gran creación de Orwell. La prosa de Javier tiene, ¿cómo describirlo?, una especie de tono cómico, jocoso, escondido en cada tabulación, espacio, coma y punto, esperando a ser descubierto por los lectores más atentos.
Me ha maravillado su forma de escribir y de presentar tanto el mundo de la futurista como el del difunto von Hunterbrand. Las descripciones de la Costa Azul rompen con lo que descubrimos sobre Estepaís y el mundo de la joven Ilona. Los sentimientos son claros en la primera - unas descripciones repletas de emoción. Sin embargo, el mundo controlado por el Ojo Igualitario no puede ser descrito más que con censura y extremo cuidado, y al haberlo hecho así, el autor es capaz de criticar de forma discreta la plana vida de los habitantes de este peculiar régimen.
la historia de Ilona como la de su antepasado tienen vida propia.
En un principio, llegué a temer que la historia pudiese tratar de moralizar al lector, puesto que tanto un régimen como el otro tienen claras inclinaciones políticas. Sin embargo, al meterse tanto en sus personajes, Ruiz Portella no nos presenta la novela como un libro con pretensiones ni con la idea de adoctrinar. Simplemente, muestra a través de los ojos de posibles personas que vivieron o vivirán la historia lo que sucede a su alrededor, moviendo la trama de esta manera.
Sin duda alguna, una novela que merece ser leída por todos aquellos que deseen distanciarse un poco del mundo juvenil unos días y comprobar que fuera de nuestra esfera existe otro tipo de literatura que puede interesar también a los jóvenes.
Nota final: