Por: @martajuan
La edición digital de esta editorial es sublime, muy cuidada (como el resto de títulos de su catálogo), y para verlo sólo hay que fijarse en su portada, creada por el ilustrador y diseñador valenciano David González. Traducido por Sachiko Ishikawa, este ebook cuenta con una introducción de Margarita Adobes, editora de Chidori Books, quien nos traslada a la época en la que se escribió el libro y nos cuenta la biografía su autor, repasando todas sus obras, y en especial la presente. Toda esta información previa se agradece mucho, sobre todo para aquellos lectores que nos iniciamos en la literatura japonesa, y resultará esencial para ubicarnos en la época en la que ocurren los hechos narrados y comprender mejor “El Ganso Salvaje”, pues entre el protagonista de la historia y su creador, hay más de una similitud.
La historia de “El Ganso Salvaje” nos sitúa en el Tokio de 1880, en plena era Meiji (1868-1912), época en la que Japón empezó su modernización y occidentalización, erigiéndose como potencia mundial. La presente obra nos transmite ese intento de modernización y apertura hacia occidente, y esa búsqueda internacional del conocimiento (uno de los estatutos de la Carta de Juramento realizada en 1868) cuando al protagonista, el joven Okada, se le da la oportunidad de terminar sus estudios de medicina en Alemania. Básicamente el argumento de esta historia es el siguiente: Okada es un joven estudiante de medicina que se aloja en una residencia de estudiantes en Tokio. En uno de sus paseos diarios por las calles de esta ciudad se cruza con la bella Otama. Desde ese momento se queda prendado de ella, y aunque al principio solo cruzaban la mirada, poco a poco el saludo se volverá más cortés, y pronto empezará a saludarla alzando su sombrero. Pero la bella Otama resulta ser la amante del prestamista Suezo, casado y con hijos. Tras un matrimonio nulo con un policía bígamo, Otama se ve casi obligada a ser la amante del prestamista Suezo para poder dar a su padre, con el que está muy unida, una buena jubilación. A pesar de su situación Otama terminará enamorándose de Okada, pero las casualidades de la vida, como una sopa de miso con caballa, o la aparición de un ganso salvaje, determinarán el final de esta historia, narrada por el compañero de Okada en la residencia de estudiantes.
Este narrador parece conocer mucho a los protagonistas de la historia, y como Mori Ōgai sabía que los lectores se iban a preguntar cómo era posible que este personaje supiera tantos detalles de la historia que narra, a lo largo del libro este narrador va justificando cómo llegó a saber todo lo que sabe, pidiendo a los lectores que no nos dejemos llevar por “especulaciones absurdas”. Y es que esta novela se caracteriza también por interiorizar mucho en la mente de los personajes, pues si algo tienen en común es que más que actuar, sus acciones se quedan en pensamientos.
La mayoría de los lectores destacan la historia de amor entre los jóvenes Okada y Otama, y lo definen como un amor “atrapado”. Es la típica historia de lo que pudo haber sido y por fatalidades del destino e inactividad de sus personajes, termina de otra forma. Pero yo destacaría también la relación entre Otama y su padre. Su madre murió cuando ella nació, y desde entonces la unión con su padre ha sido muy estrecha, siempre han estado juntos, y al decidir ser la amante de Suezo, se separan por primera vez, sufriendo ambos por esta situación. Otama había decidido venderse para asegurar un buen futuro a su padre, y a la vez éste se siente como un hombre que se había visto forzado a vender a su hija como amante. A lo largo de la novela veremos también la evolución de la joven Otama, que de ser una joven inocente que fue engañada en el pasado, acaba siendo una mujer con capacidad de mentir para su propio beneficio.
“El Ganso Salvaje” es una novela de extensión corta, ideal para aquellos lectores que quieran establecer contacto por primera vez con la literatura japonesa. Pero a pesar de su brevedad, para los lectores que ven más allá de las palabras, esta historia está llena de simbolismos, y es que con muy poco, Mori Ōgai consigue transmitir una gran historia. Y aunque la novela transcurre en 1880, el paso de los años no le ha afectado para nada, pues la historia que cuenta, y los sentimientos que transmite, bien podrían darse en una historia actual.