"10 de julio. Acabo de hacer unas sorprendentes pruebas. No cabe duda, ¡estoy loco! Aunque...El 6 de julio, antes de acostarme, dejé sobre la mesa vino, leche, agua, pan y fresas. Se bebieron -me bebí- toda el agua, y un poco de leche. No tocaron el vino, ni las fresas (...)El 9 de julio, por último, volví a dejar sobre la mesa el agua y la leche solamente, teniendo buen cuidado de envolver las botellas en muselina blanca y de atar los tapones con un bramante. Después me froté los labios, la barba y las manos con grafito, y me acosté.Un sueño invencible me asaltó, seguido pronto por el atroz despertar. No me había movido; las propias sábanas no tenían manchas. Me lancé hacia la mesa. La muselina que cubría las botellas seguía inmaculada. Desaté los cordones, palpitante de temor. ¡Se habían bebido todo el agua! ¡Se habían bebido toda la leche! ¡Ay, Dios mío!...Me marcho ahora mismo a París."
Aclaración number one: esta reseña es de un libro de relatos de Guy de Maupassant, y por esta razón será más corta de lo normal y no tendrá un resumen; no creo que haya manera humana de resumir estos cuentos tan cortos. Aclaración number two: reseño, por si a alguien le puede interesar, una edición perteneciente a la "Biblioteca del terror" cuyo título es Cuentos pavorosos, que no El Horla. ¿Que qué título considero más digno? El que nombra esta entrada; al fin y al cabo, a estas alturas de la vida estos cuentos tienen poco de terrorífico y son más bien... psicodélicos. A lo mejor en su momento sí que daban miedo, pavor y horror pero no es el caso -aunque sí, los he incluido en este mes temático, que para algo están en la biblioteca del terror y hay algunos que son, sí, de impresión-.
Por fin, ¡por fin!, he podido catar las letras de Guy de Maupassant. Autor clásico donde los haya, de relatos y de novelas, francés y en el mundo entero, era uno de mis eternos pendientes. Tras el estilo que tuvo su historia en El horror según Lovecraft (¿Quién sabe?, un cuento acerca del lento descenso a la locura, o no, quién sabe), que también se encuentra en este volumen, no podía dejarlo escapar. Y bien que he hecho. Por lo que puedo ver, Maupassant tiene una pluma deliciosa, con unas descripciones ricas en detalles y capaces de crear en tan solo unas páginas una historia evocadora a más no poder y que enamora. No todo el mundo puede hacer estas atmósferas tan opresivas ni llevarte a una casita en el medio de Francia en cosa de dos páginas y media; el amigo Guy sí (ya es colega, eh). Además de que tiene una sutilidad a la hora de hablar de personajes que me enamora.
Paso a comentaros algunos de los relatos en particular. Destaco Loco (maravillosa muestra de que nadie, absolutamente nadie, es lo que parece), El Horla (basta con mirar el fragmento que he puesto al inicio de la entrada), La cabellera (sin palabras, en serio, acabo de volver a leerlo y w o w) o Cuento de Navidad (un relato quizá más normal que versa sobre una posesión demoniaca). No es que estos sean todos mis favoritos, sino algunos de los más destacables que se me vienen a la cabeza ahora mismo, con el libro delante (mi edición es genial, recordadme que un día os la enseñe). Claro que además de esas pequeñas maravillas, también encontramos ciertas historias que parecen de épocas peores, en las que da la sensación -a mí me la dio- que el míster no estaba on fire. Es el caso de El tic o La mano, cuentos que no tienen razón de ser. Con esto me refiero a que donde los otros contaban una historia que puede ser más o menos entretenida, estos son a lo manuscrito encontrado y tienen menos suerte. Sería como un Otra vuelta de tuerca pero que cuando llega el final te deja sin más, ramplón, no tienen una excesiva originalidad (al menos a día de hoy), y desde luego no tienen humor negro como por ejemplo tiene el grandiosísimo La dormilona. A pesar de estos bajones que pega, y que son en mi opinión inevitables en un libro de relatos, El Horla es un tomo más que recomendable. Yo ya tengo la "segunda parte", por decirlo así, pendiente de lectura. Son otros tantos relatos, esta vez titulados Nuevos cuentos pavorosos (qué-viva-la-imaginación, en serio), que espero que me gusten tanto como estos. A ver si caen el mes que viene.
En definidas cuentas: me ha encantado perderme entre las letras de Maupassant. Si bien unos relatos me han gustado más que otros, El Horla y otros cuentos fantásticos es un libro totalmente recomendable que se puede leer en una tarde o compaginar con otras lecturas, escrito de manera excelente y con unas historias terriblemente inquietantes. Yo digo sí; a leer al autor, a leer el libro y a empezar a leer al autor por el libro.