SINOPSIS
En mitad de la noche en un barrio tranquilo de Minneapolis raptan a Luke Ellis, de doce años, tras haber asesinado a sus padres. Una operación que dura menos de dos minutos. Luke se despierta en la siniestra institución conocida como El Instituto, en una habitación que se asemeja a la suya pero sin ventanas. En habitaciones parecidas hay otros niños: Kalisha, Nick, George, Iris y Avery Dixon, entre otros, que comparten capacidades especiales como telequinesia o telepatía. Todos ellos se alojan en la Mitad Delantera de la institución. Los mayores, en cambio, se encuentran en la Mitad Trasera. Como dice Kalisha: "Allí entras pero no sales".
La señora Sigsby, la directora, y el resto del personal se dedican a aprovecharse sin compasión del talento paranormal de los chavales. Si te portas bien te premian. Si no, el castigo es brutal. Luke se da cuenta de que las víctimas van desapareciendo y son trasladadas a la Mitad Trasera, así que se obsesiona con escapar y pedir ayuda. Pero nunca nadie ha escapado de El Instituto...
OPINIÓN
«El instituto» de Stephen King, no es una novela de terror, si es eso lo que buscan, mejor dar un paso atrás. El autor ha optado por seguir la línea de «Stranger Things» copiando su fórmula de niños con poderes mentales atrapados en un laboratorio secreto que se usa para realizar experimentos; aunque para ser justos, la serie de Netflix bebe mucho de los libros de antaño de Stephen King, así que no sería copiar realmente.
«El instituto» es una novela juvenil clásica en que los niños se enfrentan a los adultos y a eventos que superan sus capacidades. En esta ocasión, Stephen King presenta en las primeras páginas del libro a Tim Jamieson, un ex-policía sin rumbo que termina como vigilante nocturno de las calles de un pueblo perdido llamado Dupray, una cotidianidad que no parece que tenga mucho que ver con la premisa de la novela.
Después la historia deja de lado a Tim Jamieson para centrarse en el verdadero protagonista, Luke Ellis, un niño de 12 años con un coeficiente intelectual de genio que es raptado luego de que asesinen a sus padres y llevado al lugar que da nombre a la novela, «El Instituto», un sitio escondido en medio de un bosque en algún lugar de Estados Unidos. El secuestro de Luke Ellis no se debe a su gran inteligencia sino a que tiene poderes telequinéticos muy débiles pero que son suficiente para ser tratado como rata de laboratorio.
El tramo de la historia que se centra en la llegada y primeras semanas de estancia de Luke Ellis en el instituto puede volverse lento, contando las rutinas del lugar, narrando los lasos que crea el protagonista con los niños que ya estaban allí cuando llegó, y estableciendo la maldad que se oculta en ese lugar. Aunque se sienta lenta la narración, cumple con el objetivo de establecer las bases con las que se desarrollará el resto de la historia, presentando a los antagonistas desalmados, que creen con toda seguridad que los maltratos y muertes de niños en el instituto están justificadas por ser sólo un paso en un proyecto que se supone ha salvado y sigue salvando al mundo de catástrofes provocadas por el ser humano.
La novela empieza a tomar ritmo ya bien entrada la primera mitad, y se pondrá a prueba la inteligencia de Luke Ellis para enfrentar a los villanos que manejan el instituto, una inteligencia que queda en entre dicho dado que se supone que el protagonista es un genio, que para serlo no parece tener muchas luces la verdad, Stephen King simplemente le atribuye una inteligencia superior, pero en realidad no se muestra, sólo se deja entrever y decepciona.
Luke Ellis termina uniendo su historia junto con la de Tim Jamieson, haciendo una dupla que se convertirán en la némesis del instituto, teniendo que luchar contra una organización descomunal que nunca había tenido que enfrentarse contra los poderes de sus víctimas.
«El instituto» termina por ser una novela muy parecida en su forma a otras ya relatadas por Stephen King, como «Ojos de fuego» o la misma «It», sin embargo, es disfrutable si se pasa por alto que tanto el protagonista como los villanos son muy genéricos, al igual que la misma narración, pero que sin duda el maestro del terror logra contar de forma interesante.