David Crespo nos presenta su primera novela, “El jardín de Sonoko”, con la cuán hace realidad su principal vocación, la de escribir.
“Kaoru, un vendedor de zapatos de Kioto, se sirve de la maniática regularidad con que rige su vida como escudo protector frente al mundo, pero sobre todo frente a sus propios recuerdos, los que le llevaron a pasar cinco años aislado en una habitación.
Y todo funciona según lo previsto hasta que su compañera de trabajo, Sonoko, inesperadamente le invita a salir. A la mañana siguiente, y por primera vez en tres años, Kaoru, olvidará tomar dos de sus cinco tazas de té, levísimo primer síntoma de un imparable efecto mariposa que le obligará a desenroscarse de forma traumática para ir en busca de su destino, ese invisible hilo rojo que como reza la leyenda, conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias.”Cuenta una leyenda oriental que las personas destinadas a conocerse están conectadas por un hilo rojo, que permanecerá constate sin romperse a pesar de las distancias y el tiempo. Pase lo que pase, encontrarás a esa persona perfecta para ti. Y en esencia esta es la base sobre la que se asienta David para dar vida a los personajes que acompañarán a Kaoru en su despertar a la vida, alejándose de la cotidianeidad para dejar espacio a lo imprevisible, la espontaneidad y en esencia a las emociones. Un Hikikomori, se aisla completamente de la sociedad, encerrándose en su casa sin relacionarse con nadie. Las experiencias vividas convirtieron a Kaoru en uno de ellos, pero ese hilo rojo, que se empeñaba en presentarle a su destino, tiró fuerte para que se movilizara. Era hora de descubrir quien cambiaría su vida. Kouro nos va relatando su día a día, este es pausado en sus inicios, necesitamos tiempo para conocerle y lograr comprender sus motivaciones y lo que le convirtió en lo que ahora es. De manera metódica y tranquila nos iremos metiendo tanto en su vida presente como eliminando las brumas que nos empañan su pasado. Mediado el relato la intriga se hace presente para enredarnos a nosotros también con ese hilo que no para de dar vueltas sin saber hacia dónde nos llevará. Si le das tiempo, Kauro sabrá como recompensarte. Kaoru es un ser atípico o no tanto, si pensamos que en Japón no es tan extraño que una persona se aísle del mundo durante años. Sentí real curiosidad por descubrir que le hizo en ser como es y por supuesto, saber quién es la persona que está al otro lado del hilo rojo esperándole y si logrará llegar a tiempo. Ciertas emociones se desatan con esta novela, porque a pesar de no tener excesivas páginas, el escritor logra que la trama gire constantemente con los diversos saltos en el tiempo y las decisiones precipitadas que el protagonista llevará a cabo cuando el entorno lo presione sin dejarle posibilidad de volver a su rutinaria vida.
Es cuando el pasado comienza a desvelarse que te agarras a las hojas para saber que sucedió y que sucederá después. He sentido emociones encontradas con esta novela no pudiendo hablar de específicos elementos que me llevaran a pensar que es una gran historia pero al terminar el libro me ha dejado un poso muy bien no sé de qué; me quedé con el libro pegado a mí con un diversidad de ideas aleteando en mi cabeza, llegando a la conclusión de que fueron un cúmulo de muchas sensaciones las que me llevaron a disfrutar al final de este relato. De manera tranquila pero efectiva, David nos presenta un personaje lleno de matices y recovecos con el que descubres un mundo diferente a través de una persona presa de sus miedos y manías. Me sentí cercana a Kaoru, quise descubrir su pasado y deseé que las cosas le fueran bien al final. Sin duda una historia que se debe leer con paciencia para lograr pasar un rato entretenido con ella.