CONNIE WILLIS
“El libro del día del Juicio Final” es una novela de la escritora americana Connie Willis; esta obra ha ganado los premios Nébula, Hugo y Locus, los más prestigiosos de la literatura de ciencia ficción. Junto con otras novelas de Willis forma parte de la serie “Historiadores de Oxford”.
En la novela, Kivrin, una estudiante de historia de la Universidad de Oxford del año 2054, viaja al pasado, exactamente al siglo XIV, el siglo de la peste negra, para estudiar la vida en la Edad Media. Algo sale mal y Kivrin se encuentra atrapada sin saber si logrará volver a su tiempo, y ni siquiera si sobrevivirá. Mientras, los intentos de rescatarla por parte de sus compañeros, especialmente el profesor Dunworthy, se ven impedidos por una epidemia de una enfermedad desconocida.
La escritora utiliza los viajes en el tiempo para trasladarnos a una de las épocas más duras de Europa, cuando la peste negra asoló a gran parte de la población. Muchos seguidores de la escritora “critican” el hecho de que esta parte sea la que tenga más peso, siendo más una novela histórica que de ciencia ficción; yo he encontrado un equilibrio perfecto entre ambas líneas argumentales. Mientras que en el presente toma un cariz más humorístico, a pesar de la gravedad de lo que se les viene por delante, cuando se traslada al pasado nos topamos con la crueldad más dura, ya que la protagonista presiente que nada puede hacer, pero no dejará de sufrir por ver cómo las personas que le rodean perecen, involucrándose en sus vidas algo que una historiadora nunca debería hacer.
Sin lugar a dudas el pasado es la parte de la historia que más impresionará a los lectores, es tal el grado de detalle que no nos será difícil dejarnos llevar por la narración. En ocasiones puede ser incluso demasiado detallista en relación a todo lo que acontece en ese momento temporal y sobre todo aquello que le rodea, formas de vida, edificios… pero yo lo he encontrado muy instructivo, con un tema de fondo, como son las epidemias, que para mí es de lo más interesante.
En una entrevista, Connie Willis declaraba: “Para mí la moraleja del libro, si un libro puede reducirse a una moraleja, es, como alguien dijo, «quien ha amado a otro, ha visto el rostro de Dios». Y creo que eso es muy cierto. Ella pasa de una fe simple en la que rezas y tienes respuesta, a una fe en la que sabe que Dunworthy la ama, y que si él puede venir a salvarla vendrá a salvarla, que él nunca la abandonaría. Y una vez que sabes que jamás te abandonarán, que alguien te ama, ya estás salvado, ya te han rescatado, te rescaten finalmente o no”. Es cierto que Kivrin, en ocasiones sentirá que nada puede hacer pero sigue manteniendo la esperanza; desde luego el profesor luchará y hará todo lo posible para rescatarla. Él tiene por esta muchacha un aprecio paternal y hará lo imposible por traerla de vuelta sana y salva.
Al fin y al cabo una epidemia es igual, independientemente de la época en la que vivamos, así como el sufrimiento y el coraje con el que se enfrentan determinadas personas ante duras pruebas. Una historia peculiar e imaginativa, minuciosa en los detalles, consiguiendo trasladarnos a lo más crudo de los efectos de la peste negra. Unos personajespor los que sufrimos y que nos sacarán alguna que otra sonrisa. Una novela que me ha sorprendido y que combina perfectamente ciencia ficción e historia.