Cuatrocientos años después de un apocalipsis nuclear, la sociedad se divide entre la élite formada por los alfas, físicamente perfectos, y sus oprimidos gemelos omegas, marcados con algún tipo de deformidad. Pero a pesar de su proclamada superioridad, los alfas no pueden escapar a su destino: cuando un gemelo muere, también lo hace el otro.
La resistencia omega ha sido brutalmente atacada y los supervivientes han tenido que esconderse. El plan alfa para la contención permanente de los omegas ha empezado.
Perseguida por sus visiones del pasado, Cass ve cómo la obsesiva crueldad de su gemelo Zach amenaza con destruir todo lo que le importa. El país se dirige hacia una guerra civil y Cass aprenderá que para cambiar el futuro, antes debe descubrir el pasado. Pero nada puede prepararla para el secreto que está a punto de salir a la luz.
Después de sobrevivir al último encuentro con su gemelo, Cass ha asimilado que las perdidas que le ha ocasionado no han sido suficientes para disuadir a Zach de retener a todos los omegas mediante el tabú. Ese encuentro estuvo marcado por la muerte pero Cass debe recomponerse así como ayudar a la resistencia en la búsqueda de Otraparte. El consejo tiene cada vez más oprimidos a los omegas y estos empiezan a ser contenidos en máquinas, con la resistencia vapuleada tomar la iniciativa en un enfrentamiento directo con los alfas puede ser la única esperanza para detener los macabros planes de Zach. Aunque siempre queda la esperanza de dar por fin con la ansiada tierra libre del vínculo entre gemelos que permita a alfas y omegas ser iguales sin enzarzarse en una nueva guerra.
En esta nueva entrega Cass se enfrenta más bien a sí misma, a su capacidad de entender a los que la rodean y de aceptarse así misma con todos sus puntos buenos y malos. Pero también se ha visto abocada a la resistencia y sus visiones cada vez más acuciantes la guían por un sendero de sangre y cenizas.
De nuevo seguimos la historia desde su punto de vista, vemos como su facultad deja un prosa explicita. Las descripciones y la forma en la que narra la acción son muy contundentes, algo que hace que las largas travesías se conviertan en oportunidades para ahondar en los personajes y en el desarrollo del mundo postapocalíptico que en que toma vida esta historia.
La ambientación es un elemento clave estas novelas por lo que esta segunda parte sigue estando cuidada, detallada y llegamos a conocer con más detalle el clamor de los omegas y el miedo de los alfas. Las diferencias que los marcan más allá de las posibles deformidades, dejan de ser sinónimo de represión para serlo de sublevación proponiendo más que antes una guerra civil. Dejando a Cass como catalizador pero sin convertirla en el único instrumento de la resistencia contra los alfas.
Conocer más detalles sobre la destrucción del mundo parece ser uno de los objetivos principales en esta novela, que no el único, y eso brinda al lector una imponente escenografía donde los personajes se desenvuelven con dificultades y desdichas, haciendo del descubrimiento una herramienta certera.
Me ha resultado una novela mucho más tensa, mimada y profunda que la primera parte. Esa sensación de que los personajes son tan capaces o más de acceder a cada fibra y descubrir las oportunidades de cambiar el destino de su pueblo.
Hay nuevas incorporaciones que aportan a la historia tensión e incertidumbre, como otras una ternura fresca y amena entre toda esa gravedad.
La novela sigue la misma línea que en la primera parte, si bien en esta ocasión no he notado esa variación en el ritmo. Con una estructura equilibrada, la acción bien repartida a lo largo de la novela, además entra en escena los ansiados descubrimientos sobre Otraparte que proporciona un nuevo anclaje para los lectores.
Sin duda, El mapa de huesos es una fabulosa continuación para El sermón de fuego y deja incrustado el deseo de seguir descubriendo los detalles de las vivencias de Cass y los secretos que guarda Otraparte.