Este libro puedo decir que es uno de esos que has requetevisto en librerías, blogs, bibliotecas, redes sociales… y no te decides a leerlo hasta que alguien tiene que animarte a ello. Y menos mal que a mí me lo recomendó una amiga, porque de no leerlo me habría perdido una maravillosa historia.
Este best-seller de Patrick Rothfuss nos sitúa en un mundo fantástico en el que el protagonista, Kvothe, nos narra su historia, una historia de cómo un niño debe aprender a ser listo, cauto y audaz para sobrevivir.
¿Qué me ha gustado? Mmm… ¿Se puede decir TODO?Veamos, me ha gustado la estructura de la historia, es como un cuento, es un diálogo entre tú y el protagonista. El autor presenta al protagonista y el protagonista se presenta a él mismo, es él quien nos habla. Ya sé que tampoco es cosa del otro mundo pero esta historia contada directamente por el autor habría perdido mucho, al menos para mí.«Un poeta es un músico que no sabe cantar. Las palabras tienen que encontrar la mente de un hombre si pretenden llegar a su corazón, y la mente de algunos hombres es lamentablemente pequeña. La música llega al corazón por pequeña o acérrima que sea la mente de quien la escucha.»«El poder está bien, y la estupidez es, por lo general, inofensiva. Pero el poder y la estupidez juntos son peligrosos. Una persona inteligente e irreflexiva es una de las cosas más aterradoras que existen.»
Otro aspecto a tratar es la amplitud respecto al contenido de la obra: no sólo te encuentras con una historia de fantasía, conoces a alguien y lo acompañas durante toda su infancia y adolescencia, descubres una historia de amor, otra de adolescentes (vida universitaria), acción… Es decir, se trata de una novela con una trama compleja y con altos niveles de adicción y de fácil asimilación.
Lo único negativo que podría comentar son las "florituras" que añade a veces el autor. Descripciones enrevesadas que entorpecen la acción, por ejemplo. Puedes hacer algo bonito sin adornarlo en exceso.«Las palabras son pálidas sombras de nombres olvidados. Los nombres tienen un poder, y las palabras también. Las palabras pueden hacer prender el fuego en la mente de los hombres. Las palabras pueden arrancarles lágrimas a los corazones más duros.»Tengo muchas ganas de continuar con la segunda parte, espero que siga en esta línea. He leído por ahí que supera a la primera, ¿es cierto? ¡Ojalá lo sea!