336 páginas || Papel y ebook
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Anchorage ha despertado y con ella sus secretos
Tom y Hester están en un vertedero helado esperando a la muerte tras un fallo en los motores de la Jenny Haniver.
Pero, en el último momento, los dos darán con Anchorage, una ciudad de hielo que habría sucumbido tiempo atrás.
Esta reseña contiene spoilers del libro anterior
RESEÑA 1ª PARTE
'El oro del depredador' comienza dos años después de lo ocurrido en el final de Máquinas mortales. Tom y Hester han vivido dos años tranquilos, con sus negocios y viajando a bordo de la que fue la nave de Anna Fang, pero esa tranquilidad termina cuando, tras recoger al Profesor Pennyroyal, comienzan a verse perseguidos por unas naves que no conocen. Por suerte, y tras un fallo del motor, terminan a bordo de Anchorage y es ahí cuando la acción del libro comienza realmente. Tengo que admitir que este libro me ha gustado un poco menos que el anterior, y es principalmente porque el comienzo, se me ha hecho algo lento. Está bien conocer como es la vida de Tom y Hester ahora, porque eso nos pone en situación, pero a diferencia del primero, que la acción ya se nos presentaba desde la primera página casi, con la persecución de las ciudades flotantes, en este no es así porque ya conocemos como funciona el nuevo mundo. Sin embargo, en cuanto la pareja pone un pie en Anchorage, la lectura coge un timo trepidante y no dejan de suceder cosas, lo que ayuda a que la lectura se vuelva adictiva y muy intensa.
En este nuevo libro conocemos nuevos personajes, nuevas ciudades, y nuevos malos. Las cosas no están tan calmadas como los protagonistas se pensaban, y hay cosas del pasado que siguen persiguiéndolos. Seguimos viendo a los temidos stalkers (uno de ellos me sorprendió mucho y reconozco que me encantó esa parte de la historia), y seguimos descubriendo que ese mundo post apocalíptico es muy peligroso, aunque seas una ciudad importante y grande. Y es que Anchorage es un lugar muy diferente a Londres, donde la gente que reside ha perdido mucho por culpa de la epidemia que vivieron hace tiempo, y a pesar de ello siguen siendo fieles a la forma de gobernar del pasado. La margravina Freya no es más que una niña, y sin embargo tiene que hacer el papel de reina, y aunque me ha puesto de los nervios en muchas ocasiones, creo que al final, le he cogido cierto cariño.
De entre los personajes que aparecen nuevos en esta segunda parte, me ha gustado mucho Caul. Creo que es un personaje que puede dar mucho juego en el futuro, o eso espero yo al menos, y me ha encantado su forma de pensar y ver las cosas. A pesar de su vida, de lo que cree deberle al Tío por cuidarlo y enseñarle todo lo que sabe, él es consciente de que las cosas que hacen los muchachos perdidos no siempre está bien, y eso me ha encantado. Así que espero que no sea un personaje que se quede en nada, me fastidiaría mucho.
La pluma del autor, como en el libro anterior, me ha gustado mucho. Aunque ya conocemos como funcionan las ciudades flotantes, hay algunos nuevos elementos en esta parte y de nuevo nos encontramos con descripciones bastante detalladas de ellos, para que sigamos comprendiendo como funciona todo lo nuevo que vamos conociendo, y nos siga quedando claro lo que ya conocimos en el libro anterior. De nuevo es capaz de transmitirnos lo que sienten los personajes, tan bien, que como he dicho antes me he cabreado en muchos momentos por su forma de pensar y actuar. Es cierto que como he dicho, el principio es algo más lento, pero en cuanto comienza la acción realmente, que la hay, el libro coge fuerza y la lectura gana velocidad, haciendo de la historia algo adictivo que necesitas saber cómo continúa con desesperación. No he sufrido tanto como en el libro anterior, porque quizá no suceden cosas tan emotivas, pero los nuevos personajes cumplen su papel y están tan bien construidos como todos los demás.
Gracias a la editorial por el ejemplar.