Este libro ofrece la posibilidad única de acercarse al fenómeno editorial chino que ha conquistado el mundo y ha ganado el premio Hugo 2015 a la mejor novela, siendo la primera vez que una obra no escrita originariamente en inglés merece tal reconocimiento. Su autor, Cixin Liu, es el escritor de ciencia ficción más relevante en China, capaz de vender más de un millón de ejemplares en su país y convencer a prescriptores de la talla de Barack Obama, quien seleccionó El problema de los tres cuerpos como una de sus lecturas navideñas de 2015, y Mark Zuckerberg, que lo convirtió en la primera novela de su club de lectura. Ahora el público y la crítica de los cinco continentes se rinden a esta obra maestra, enormemente visionaria, sobre el papel de la ciencia en nuestras sociedades, que nos ayuda a comprender el pasado y el futuro de China, pero también, leída en clave geopolítica, del mundo en que vivimos.
Esta lectura ha sido toda una experiencia. El problema de los tres cuerpos es un relato magnífico que pone sobre la mesa temas delicados y examina cómo se enfrenta la humanidad a la lucha por la supervivencia de su especie.
Iniciamos el relato en los años sesenta durante la Revolución cultural china mientra una joven Ye Wenjie ve morir a su padre a manos de los revolucionarios y su madre lanza proclamas a favor de la revolución. Años más tarde Ye Wenjie es una astrofísica atrapada entre la reputación de su padre y las duras persecuciones de régimen comunista contra aquellos que desafían su filosofía. Es reclutada para el proyecto Costa Roja y puesta a prueba entre sus filas. Con mucho ahínco consigue escarbar entre las capas de secretismo para averiguar el verdadero propósito de la organización, establecer contacto con inteligencia extraterrestre.
En el presente, el ingeniero Miao Wang es reclutado por un variado grupo de inteligencias de diferentes nacionalidades que han empezado a investigar las muertes de científicos relacionados con la organización conocida como Las fronteras de la ciencia. A pesar de su negativa inicial a infiltrarse entre el grupo de científicos y ayudar a arrojar luz sobre los misteriosos fallecimientos, Wang se ve envuelto una singular cuenta atrás que le lleva a abandonar su proyecto de desarrollo de nanomateriales para detenerla. Su atención se vuelca entonces en Trisolaris a petición de la cabeza de cartel de Las fronteras de la ciencia, una plataforma de juego online que pretende reunir a las grandes mentes ante el reto de un planeta rodeado por tres soles, tres estrellas que causan aleatorias eras estables o eras caóticas y los individuos pueden deshidratarse a conveniencia mientras se empeñan en la búsqueda de una forma de sobrevivir a su hostil entorno durante numerosas civilizaciones.
No solo se trata de desentrañar el misterio de Trisolaris, también de identificar al enemigo que está purgando a las grandes mentes de nuestro planeta.
La puesta en escena de la novela no puede ser más dramática y misteriosa. Durante toda la lectura tuve la sensación de que la intención del autor y lo que se esperaba del lector era que se ignorase el elefante rosa de la habitación. Al principio de la novela dándole la espalda y más adelante decorandolo como si fuera un elemento más cotidiano. Es un detalle que apoya la impresión de que esta primera parte tiene un carácter episódico y en próximas entregas estaremos entre personajes muy distintos pero con una narración igual de detallista. Lo cierto es que el carácter esporádico de la presencia de los personajes no los hace menos intensos pero sí más fríos.
En esta primera toma de contacto con la Revolución cultural china me resultó escandalosamente radical como para ser también el seno del increíble desarrollo tecnológico y e ideológico que se expone. Pero aunque me parezca propio de la ficción, estoy segura de que la realidad siempre podrá superarla así que he intentando no sorprenderme a pesar de lo crudo del relato.
El detalle de la ambientación muy acorde con el planteamiento de la novela donde gana por mayoría el texto técnico, algo que ayuda s seguir con ligereza el razonamiento que soporta a la trama. Las descripciones sobrias, los diálogos muy explicativos aumentan la sensación de monólogo y la densidad técnica aporta peso a la narración haciendo de esta novela un ejemplar del genero aparentemente no dominado por el el lado más humano y sentimental y a la vez ostenta una trama totalmente subordinada a las pasiones humanas.
Es un estilo menos personalista concentrado en las reacciones esperadas de individuos que representan y ostentan poder en nuestra sociedad mundial. Al público general lo retrata como una masa maleable que no muestra especial interés en el destino del universo pero sí en su bienestar más inmediato.
La indiferencia del grueso de la humanidad hacia los esfuerzos secretos de un pequeño grupo de ingenieros, astrofísicos y teóricos que se esfuerza por descifrar las anomalías espaciales a la par que desentrañan las leyes del universo, genera la frustrante y dramática impresión de que esta ficción, lejos de tener lugar un mundo ficticio, podría estar teniendo lugar ante nuestras narices sin que el común de los mortales tenga voz o voto en ello. Es un retrato escalofriante.
La sensación de realismo y verosimilitud del relato es tal que me ha llevado a plantearlo más allá la lectura en varias ocasiones. De haber creado el videojuego para el libro como experiencia transmedia, se me pondrían los pelos de punta y pasaría el resto de mi vida sintiendo la inquietante sensación de ser observada por alguien mucho más curtido y experimentado que yo, que aprende de mis errores para poder causar el mayor daño posible.
La principal reflexión que capta la atención del lector es la infinita decepción por la especie humana que puede sentir un ser humano. Con la circunstancia de que este ser humano se encontraba en el momento y la posición adecuada para causar esta historia. Me encanta el retrato de las sociedades que hace el autor, como un padre consciente de tener un hijo que ha abandonado sus edictos y descarrilado en sus propios objetivos, no por las circunstancias, si no por ser incapaz de verse así mismo alcanzando cotas mejores o procedimientos moralmente correctos. Incapaces de rectificar a tiempo, el mundo ha creado sus propios monstruos y la incapacidad para enfrentarse a ellos o su tendencia a ignorarlos puede llevar a la humanidad al desastroso enfrentamiento entre dos especies inteligentes del universo en una encarnizada lucha por el territorio.
Es lo más parecido a Asimov que he leído en años. La diferencia con la ciencia ficción americana o inglesa es palpable y supone un baño de agua fresca entre las estanterías.
El problema de los tres cuerpos supone uno de los misterios de la novela más atractivos de la historia y aparece retratado de una forma relativamente cercana y accesible como todo el contenido más técnico de la novela, sin embargo la cantidad puede resultar abrumadora para el lector poco acostumbrado.
Es una novela muy bien planteada, fantásticamente planeada. En un atisbo de simplicidad se pueden entrever muy diversos y cuantiosos engranajes poniendo en marcha la maquinaria del problema de los tres cuerpos.
Desde luego una novela genial que todo el mundo debería experimentar al menos una vez en su vida para tener el futuro de la humanidad bajo la palma de su mano y reflexionar sobre si habría actuado de forma distinta.