Reseña: “El Rey Trasgo. La Ciudadela y la Montaña”

Publicado el 03 octubre 2012 por Librohoy @Librohoy

Esta semana os traemos un libro que no ha dejado indiferente a nadie, se trata de la primera novela de Alberto Morán Roa, “El Rey Trasgo. La Ciudadela y la Montaña“, ya os advertimos que esta reseña es algo más larga de lo que os tenemos acostumbrados.

Antes de empezar con la reseña propiamente dicha hay que aclarar que, aunque es su primera novela, Alberto no es nuevo en el mundo de la literatura: ha colaborado con varios medios y editoriales escribiendo artículos y críticas, ha ganado varios premios y es miembro y colaborador de la Federación Española de Fantasía Épica.

Entrando en la novela, tengo que confesar que ser objetivo y crítico en esta ocasión me va a ser muy complicado; la novela me ha encantado, quedé atrapado prácticamente desde el primer párrafo. La prosa de Alberto es fluida, ligera fácil de leer pero no por ello simplista o infantil, todo lo contrario: Alberto domina las letras como pocos. Está calificada como fantasía épica, aunque yo no se muy bien donde encuandrarla, si es que se puede encuadrar.

La novela se divide en dos partes bien diferenciadas en un primer momento: la Ciudadela y la Montaña, que poco a poco se van entrelazando sin apenas darnos cuenta, sin que una parte destaque más que la otra. Hay grandes personajes e historias en ambas que nos transportan fácilmente a este maravilloso mundo creado por Alberto.

El libro comienza al final de una larga guerra, cuando la alianza entre tres naciones, Ara, Esidia y Thorar, derrotan al imperio de Kara gracias a un artefacto magnífico: la Ciudadela, una auténtica ciudad flotante que guarda en su interior el poder para destruir todo aquello que se le ponga en su camino. Esto recordará a muchos el Castillo Ambulante de Miyazaki o la Estrella de la Muerte de Star Wars, y no me cabe duda de que Alberto lo ha hecho conscientemente.

En esta magnífica ciudad nos encontramos con Kaelan Eranias, un teniente esidiano, amante de las novelas de caballería, todo nobleza y grandes ideales, que verá como a lo largo de la historia el mundo que el conocía cambia sin remedio el día que destruyen Kara.

En la Cuidadela se ve envuelto en constante lucha, tanto real (son sometidos a constantes ataques por parte de otras naciones deseosas de controlar la Ciudadela), como luchas internas por controlar este magnífico artefacto, convirtiendo a su poseedor de forma automática en la nación más importante sobre la tierra.

La Ciudadela está llena de grandes personajes, grandes tramas y batallas espectacularmente escritas. Es sorprendente como en tan poco espacio Alberto es capaz de transmitirnos tanto. Es en la Ciudadela donde vamos a encontrar la mayor parte de fantasía épica propiamente dicha, con grandes batallas, héroes duelándose,magos, grifos, dracos y wyvernas, pero también es la parte donde mejor se aprecia la evolución de los personajes, no solo de Kaelan, si no todos los que le rodean, aunque es en Kaelan donde mejor se aprecia este cambio, no solo físico, causado por el paso del tiempo, sino de mentalidad.

En el otro lado de la novela, la Montaña, nos encontramos en un pequeño pueblo de los montes de Esidia, donde viven los protagonistas de esta historia: Tobías, Helmont y Mírias. Tobías es un erudito solitario, que carga con un gran peso de su pasado, Helmont es un viejo librero con un carácter poco amigable y Mírias es un nigromante que aparece un día en la puerta de Helmont en estado catatónico y este decide hacerse cargo de él, a pesar de que los nigromantes no gozan precisamente de buena fama, lo que en un primer momento provocará alguna que otra discusión entre Helmont y Tobías.

Aún queda un cuarto personaje en la Montaña; es un libro, bueno un diario de viaje, por lo que el protagonista es su escritor Lucio Nemarias, un poeta vagabundo que viaja con una troupe de artistas callejeros. A través de él y sus compañeros descubriremos que se esconde en el interior de las montañas que rodean el pueblo de Tobías y Helmont.

La narración aquí cambia tanto de tono como de forma, adoptando una prosa mucho menos descriptiva, más directa, sencilla y divertida, otorgando a los personajes de una cercanía que no habíamos tenido con los habitantes de la Ciudadela.

Hay que decir que a diferencia de la Ciudadela, con mucha acción e historias menos centradas  en los sentimientos de los personajes, el La Montaña la trama gira en torno a estos cuatro protagonistas, sobre todo Helmont y Tobías, por un lado, y Lucio por otro, es una historia más intimista que trata no de salvar un reino o a la humanidad, sino de los sentimientos que albergan los personajes, de salvar a las personas.

Por último falta el protagonista del libro, el que le da título. No penséis que se me ha olvidado o que no existe. Si que existe, es real, aunque sus apariciones en todo el relato se puedan contar con los dedos de una mano este personaje se deja notar a lo largo de toda la historia.

En su primera aparición no sabemos muy bien como enfrentarnos a él, es un loco que vive en la cima de una montaña observando las nubes y manteniendo extrañas conversaciones consigo mismo, pero según avanza la novela nos damos cuenta de que es mucho más que un personaje estrambótico; el Rey Trago, salido no se sabe muy bien de donde, somos nosotros, o mejor dicho nuestra conciencia, caótica y sincera hasta el extremo.

Por ponerle algún pero a la novela diría que el final es demasiado abrupto para mi gusto, aunque me consta que Alberto está trabajando en la siguiente parte. Aún así es un libro que se puede leer perfectamente de principio a fin, la historia empieza y acaba en sus poco más de trescientas páginas.

Desde aquí solo podemos recomendar esta genial novela de Alberto Morán, estamos a la espera de la próxima, que de mantener el nivel de esta confirmaría a Alberto entre uno de los mejores autores de fantasía que tenemos actualmente en nuestro país.


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