Editorial: Minotauro
Páginas: 416
Año de publicación: 2015
Precio: 17,00 €
Cuatrocientos años después de un apocalipsis nuclear, los humanos viven en un mundo sin tecnología donde los recién nacidos son siempre gemelos: uno de ellos es físicamente perfecto, el alfa; el otro sufre algún tipo de deformidad, el omega. Este mundo es de los alfas y los omegas viven marginados en asentamientos aislados. Sin embargo, cuando un gemelo muere, también lo hace el otro.Precisamente por este motivo, Cassandra es confinada por orden de su hermano Zach cuando este se convierte en un destacado líder del Consejo. Su intención es garantizar su propia seguridad mientras planea un mundo en el que los omegas no puedan ser usados contra sus gemelos. Pero Cass es un tipo especial de omega: no tiene anomalías físicas, es vidente.Siempre ha habido rumores de una resistencia omega organizada y aunque Cass desea unirse a los rebeldes, no puede evitar preguntarse qué pensarán ellos cuando descubran quién es su hermano.¿Acaso es la única que cree que alfas y omegas pueden convivir en paz?
En un mundo en que todos los nacimientos son de gemelo conectados por un vínculo mortal en una sociedad en la que son separados el gemelo perfecto del amorfo o mutilado, el alfa del omega. Cass es un tipo peculiar de omega, físicamente es perfecta, no le faltan miembros ni tiene deficiencias, pero su intuición y su instinto la convierten en una vidente. Así que alarga su infancia junto a su hermano alfa todo lo que puede, ambos ganan la enemistad de los demás niños, la suspicacia de los padres de la aldea, el rechazo de sus padres y Cass el odio de su hermano Alfa.
Años después de verse obligada a confesar su condición y ser marcada como omega, Cass es asaltada y llevada de la pequeña casa en un asentamiento de omegas hasta una celda fría iluminada por una esfera donde no volverá a ver el cielo ni la luz natural.
El tabú es todo aquello perteneciente al Antes, antes de las explosiones, el fuego abrazador que creó ríos de ceniza y la radiación que dio lugar a los alfas y los omegas. La tecnología está prohibida, y ahora que Cass sabe que lo alfas la usan también sabe que nunca volverá a ser libre. Siempre vivirá encerrada y perderá la cordura, sin hablar con nadie salvo La Confesora. También es una omega y siempre interroga a Cass sobre sus visiones, en especial sobre una isla que bien puede ser un mito como lo es Otraparte, una tierra más allá del basto mar donde no existen alfas ni omegas. Cass debe proteger la isla y a los que se refugian allí de La Confesora y de su hermano Zach. Pero duda que pueda hacerlo si utilizan el tabú para someterla.
El argumento de la novela es muy llamativo, más que interesante para cualquier lector aficionado a las distopías y a la ficción postapocalíptica. Además de ser un tema ingenioso, también plantea debates morales de actualidad e intenta unir las mentalidades entre alfas y omegas, que a pesar de estar conectados, son incapaces de verse como un conjunto y no como individuos. Un dilema perfectamente extrapolable a nuestra sociedad. La historia esta muy conseguida, Cass narra en primera persona su historia de privación de libertad y la complicada travesía que me sigue. El descubrimiento de pequeños matices del mundo del antes y cómo desenterrar el pasado puede llevarlos a una nueva era aún más oscura. Una novela sobre alianzas, lealtades de sangre y lealtades de corazón realmente preciosa y capaz de rascar para llegar hondo en el lector, y no solo en el plano emocional.
A pesar de que me encanta la trama, la prosa, el monólogo interno de la protagonista y unos personajes con los que es muy sencillo identificarse, no me convenció la lentitud en la primera parte del libro.
Teniendo en cuenta que en la novela no solo tiene que ponernos en antecedentes sobre los cuatro siglos desde las deflagraciones lo suficiente como para poder entender el esquema social y la mentalidad del ambiente en que se desarrolla la trama, también tiene que llevar al lector por el camino hacia la desesperación que recorre la protagonista para que pueda empatizar con su toma de decisiones y actos.
Todo es muy comprensible y es lo que da forma a la capacidad de llegar al lector. Pero en la segunda mitad de la novela los acontecimientos se precipitan y parecen atropellarse los unos con los otros. El drástico cambio de ritmo, comprensible a todas luces, me dejó algo desconcertada y esto ha empañado un tanto la lectura.
Vosotros ya estáis sobre aviso, así que no tenéis excusas para disfrutar de una novela postapocalíptica con un toque de gesta clásica que mantendrá vuestras emociones a flor de piel. Una gran novela.