Reseña: El síndrome kiwi - Lars Vintergatan

Publicado el 19 febrero 2021 por Montse @AmorYPalabrasB
El síndrome kiwi || Lars Vintergatan
Autopublicación || Marzo 2019
221 páginas || Papel y ebook

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Jules Eagle, un dentista recién graduado en Dunedin, decide, después de sopesar no volver nunca a su pueblo, casarse con Haere Paniora, una chica procedente también de Okarito con la que lleva varios años de relación. Ese hecho trastocará los planes de vida de ambos y los empujará a una monótona existencia en la que parecen haber encontrado el equilibrio entre lo que son y lo que parecen ser. Un encuentro accidental de la chica con Adler Fuchs, un investigador alemán del hábitat de los kiwis, hará que afronte la realidad cuando ya siente que no puede contar con su amigo Connor Bowers, el último que la ataba a un compromiso que nunca quiso asumir.
Impresionantes paisajes en el verano austral de Nueva Zelanda, viajeros perdidos en lo más remoto y secretos que nunca se han dicho en voz alta se alinean en una trama que nos hará pensar sobre lo que esconde y desea de verdad el ser humano.


Jules y Haere se conocieron en la ciudad de Dunedin, donde ambos estudiaban. Los dos, procedentes del mismo lugar, Okarito, comenzaron una relación que les llevó a casarse y volver a su pueblo natal, donde ninguno de los dos se planteaba quizá volver. Él debe hacerse cargo de la clínica dental de su familia, y ella, enamorada, vuelve al lugar donde sufrió el peor de los tormentos. La monotonía, el pasar de los años, y una relación cada vez más rota, les llevará a ambos a afrontar la realidad, y a plantearse si realmente eso es lo que quieren en su vida. La llegada de Adler Fucks, investigador alemán que estudia el hábitat de los kiwis, hará que los hechos se precipiten y las decisiones también. ¿Qué ocurrirá con el matrimonio de Jules y Haere? ¿Podrán recomponer los pedazos rotos de su vida y afrontar el futuro juntos? 

'El síndrome kiwi' es un libro que tenía pendiente desde hace tiempo, y gracias a las lecturas conjuntas que organiza Fransy, por fin le ha llegado el momento. Y debo reconocer que me ha gustado quizá más de lo que esperaba, porque al leer la sinopsis me parecía una historia sencilla, y lo que más me atraía era la ambientación. Pero a pesar de que sí, lo que el libro nos cuenta podría pasarle a cualquiera y en cualquier lugar, y eso lo hace sencillo, la historia me ha atrapado, y los secretos que guardan sus personajes, también. Porque nos encontramos viajando a Okarito, un lugar pequeño de Nueva Zelanda donde todos se conoen. Y es precisamente por eso, quizá, por lo que sus habitantes guardan secretos que iremos descubriendo a medida que vayamos leyendo. Algunos secretos son simples, pero otros esconden situaciones bastante turbias.

La historia se centra en Jules y Haere, los protagonistas. Los conocemos al inicio, cuando deciden casarse y volver a Okarito. Y unos años después, en el 5º aniversario de boda, cuando parece que su relación ya no tiene arreglo. Y es que ambos decidieron unir sus caminos sin pensarlo demasiado, y volver a un lugar que termina asfixiándoles, sobre todo a ella. Y es que aunque ambos son naturales de Okarito, a ella le ocurrió algo con 10 años que hizo que odiara aquel lugar y no quisiera volver nunca más. Y ese hecho, es tan triste y doloroso, que entedemos perfectamente sus propios demonios. Por otro lado, Jules está decidido a hacer lo que sus padres desean que haga, siguiendo con el negocio familiar, siendo un buen hijo, y un buen marido. Pero los sentimientos y la verdadera naturaleza de las personas, no se puede esconder para siempre, y él tendrá que afrontar lo que realmente desea tener en su vida, por más doloros que pueda ser para los demás.

Está claro que el autor nos deja varios mensajes que tienen que quedarnos muy claros con la historia, pero sin duda, el más importante es que siempre tenemos que ser nosotros mismos. No debemos hacer lo que los demás quieren que hagamos, ni ser lo que los demás quieren que seamos. Es importante ser egoístas, al menos en lo que a nosotros mismos se refiere, y dejarnos llevar y ser como somos, porque si no jamás llegaremos a ser felices. Y es algo que en este libro los personajes aprenden quizá por las malas, pero nunca es tarde cuando se hace algo al respecto. Y eso, me ha encantado, aunque en el camino se tomen decisiones equivocadas y se haga daño a otras personas. Quizá ni siquiera sea tarde para redimirse y pedir perdón.

Como he dicho, quizá no me esperaba que el libro me gustara tanto. Incluso la pluma del autor me ha parecido sencilla, pero muy clara. En el sentido de que sabe bien lo que quiere decir y no se anda por las ramas para ello. Además la historia está acompañada de fotografías de Josemanuelerre, y creo que es algo que suele hacer en todos sus libros, así que estoy deseando volver a leerlo. Sin embargo, en la historia, hacia el final, sucede algo que me ha descolocado por completo, y que quizá es lo que no me ha convencido y ha hecho que el libro no tuviera más nota. Y es que a veces se hacen cosas horribles con una facilidad asombrosa, y aunque tengan justificación, no las veo coherentes por el cómo se llevan a cabo, porque no supongan sufrimiento para el que lo hace, y eso no me ha gustado. Y quizá es precisamente lo que hace que la historia sorprenda y dé un giro que no te esperas, y eso guste, pero en mi caso, no ha sido así. Y otra cosa que le falta son páginas, es demasiado corto, y me habría gustado saber que más ocurre con los personajes.

En resumen, 'El síndrome kiwi' nos cuenta la historia de Jules y Haere, un matrimonio que después de 5 años casados, empieza a plantearse si realmente eso es lo que quieren. Ambos nacieron en Okarito, un pequeño pueblo de Nueva Zelanda, y después de la universidad decidieron volver juntos e instalarse de nuevo allí. El libro nos habla del temor que tenemos a veces a ser como realmente queremos ser, y a hacer lo que realmente deseamos hacer, lo que de verdad puede hacernos felices, por lo que puedan pensar los demás al respecto. En Okarito conoceremos la vida de varios personajes, y descubriremos que en un lugar donde todos se conocen, los secretos están a la orden del día. Os lo recomiendo si os gustan las historias sencillas, las historias de personajes, de vida, de esas que nos podrían pasar a cualquiera, y que nos dejan un aprendizaje que todos deberíamos ver reflejados en nuestra vida.

A veces la verdad no nos hace libres, solo nos encapsula en nuestros propios pensamientos y crea cárceles de mentiras e hipocresía.




 Gracias al autor por el ejemplar.