Reseña: El único e incomparable Iván, de Katherine Applegate

Publicado el 26 mayo 2015 por Arsenico @Arsenico85
¡Hola a todos! ¿Qué tal estáis? Hoy vengo a hablaros de un libro que es una preciosidad y que no hace falta terminar el año para decir que estará entre mis mejores lecturas, por lo especial que es y porque Iván se lo merece. 
Ficha Técnica:Título: El único e incomparable Iván
Autora: Katherine Applegate
Editorial: Gran Travesía
Encuadernación: Rústica con solapas
Nº Páginas: 324
Precio:15,95€
ISBN:9788494258220
Lee las primeras páginas: AQUÍ
Libro en Goodreads
Resumen de la editorial: 
Me llamo Iván. 
Soy un gorila. No es tan sencillo como parece. 
Iván es un poderoso pero tranquilo gorila que vive en el centro comercial Gran Circo. Allí se ha acostumbrado a los humanos que lo observan a través de las paredes de cristal de su jaula, y rara vez echa de menos su vida en la selva.

De hecho, casi nunca piensa en ello, Iván prefiere ver la televisión y charlar con sus amigos Stella, una anciana elefante, y Bob, un perro callejero.
Lo que más le gusta a Iván es pintar, captar en sus cuadros el sabor de un mango o el sonido de las hojas de los árboles. Pero el día que llega Ruby, una elefantita bebé que fue separada de su familia, todo cambia, e Iván comienza a ver su hogar y sus cuadros de una forma distinta.

Los humanos hablan demasiado. Parlotean como chimpancés, y congestionan el mundo con su ruido, aunque no tengan nada que decir.
Me llevó cierto tiempo reconocer todos esos sonidos humanos, hilar con palabras las cosas. Pero fui paciente.
Es útil ser paciente si uno es un simio.
Los gorilas tienen la paciencia de las piedras. Los humanos no llegan a tanto. 

Opinión Personal (sin spoilers): 
Adorable. Emotivo. Esperanzador. Triste. Divertido. Tierno. Dulce. Amargo. Y así podría seguir por toda la eternidad. Y es que Iván es así, un libro que coges sin esperar demasiado y que no puedes evitar que cambie un poquito de ti. Pero, sobre todo, que veas. Que abras los ojos y veas a través de Iván, un gorila que lleva demasiado tiempo aislado de los suyos, viviendo una vida que no es la que le pertenece. Una vida que no es una vida en realidad.
Pero no creáis que Iván se queja, de ninguna manera. Él acepta su situación, es cómoda y vive tranquilo. Le dan de comer, es dueño de sus dominios (aunque el espacio sea diminuto y deprimente) y cada día le llevan lápices para que pueda dibujar. Es Iván, el único e incomparable, el único y sin par, el poderoso gorila espalda plateada. Lleva años siendo la estrella del centro comercial Gran Circo y está orgulloso de serlo. Y es un artista. Sus dibujos se venden a 25 dólares enmarcados. Además, no está solo. Tiene dos grandes amigos: Stella, una elefanta muy sabia que sabe contar grandes historias, y Bob, un perro callejero al que le gusta dormir sobre su panza. No puede quejarse. Se ha adaptado y para ello ha tenido que dejar el pasado muy atrás, bien sellado para que no pueda afectarle.
Mi vida está hecha de luces que destellan, dedos que señalan y visitantes que nadie ha invitado. A escasos centímetros, los humanos apoyan sus manos contra la pared de vidrio que nos separa.
El vidrio dice que ellos son una cosa y nosotros somos otra, y así es como todo será siempre.

Sin embargo, las cosas están cambiando para el centro comercial Gran Circo. Apenas cuentan con visitantes y Mack, el dueño, está de mal humor. Incluso se habla de venderlos a todos. Iván ya no es tan popular como cuando era más joven. Todos están preocupados. Iván también. No sabe qué hacer para atraer a más visitantes. Pero los días van pasado y la preocupación no pasa de ahí. Hasta la llegada de Ruby, una elefantita muy pequeña a la que pretenden convertir en la nueva estrella del centro comercial Gran Circo. Entonces Iván despierta, no porque se sienta celoso de ella ni mucho menos (bueno vale, un poquito sí), sino porque de repente tiene a alguien por quién preocuparse de verdad.
Iván me ha robado el corazón. Empecé el libro con curiosidad, sabiendo que me iba a gustar pero sin imaginarme cuánto llegaría a hacerlo. Como diría mi Alicia, me sentía trisfeliz leyéndolo, que es cuando estás triste y feliz a la vez. Y, cuando me quise dar cuenta, tenía un nudo en el estómago y unas ganas inmensas de abrazar a Iván, a Ruby, a Stella, a Bob e incluso a la pequeña Julia, la hija del hombre que limpia el centro comercial. Este libro no es solo un libro, es una lección. Tampoco imaginéis que es un libro lacrimógeno (aunque si sois de lágrima fácil, como yo, lloraréis). Solo es un libro que te toca, de esos en los que te sientes mal porque ves cosas que Iván no te cuenta. Cosas que son injustas, que hacen que una rabia inmensa se adueñe de ti. Y eso es lo que hace este libro especial, no solo la maravillosa voz de Iván sino todo lo que nos cuenta sin querer, solo dibujando lo que se le permite ver dentro ese pequeño espacio al que él denomina como sus dominios.
De su otra vida Iván no quiere recordar nada, hasta que un hecho le hace revivir aquellos días en la selva junto a sus padres y a su hermana gemela. De ahí nacen los interrogantes, los “y si…” en los que nunca se ha permitido pensar. Porque recordar puede doler, y más si esos recuerdos hacen que comiences a desear algo que nunca te será permitido tener. 
Los golpes en el pecho de un gorila enfadado no son algo que uno quiera oír. Ni siquiera con tapones en los oídos.
Ni siquiera si uno está a cinco kilómetros con tapones en los oídos.
Un gorila que se golpea el pecho pone a la selva entera en movimiento, como si el cielo se hubiera desplomado, o como si se acercaran hombres armados. 

El libro está narrado desde el punto de vista de Iván, una voz inocente y dulce con la que conseguimos empatizar desde la primera línea. Lo bonito es descubrir al verdadero Iván en todas sus facetas, un personaje simple y a la vez complejo. Descubrir cómo ve el mundo humano y cómo los humanos se comportan a través de sus ojos. Meterte de lleno en el día a día de unos animales que han sido olvidados en aquel lugar con pretensiones de ser un circo.
Iván es un gorila pacífico. Nunca ha sentido la necesidad de revelarse por nada ni por nadie. Pero ahora ha hecho una promesa. Iván tiene a alguien a quién proteger. Y la manera en la que lo hace es sencillamente maravillosa. Tal vez sea el gorila más solitario del mundo, pero también tiene un corazón que no le cabe en el pecho.
—El corazón de los gorilas está hecho de hielo, Iván —dijo, con los ojos brillantes—. El de los elefantes, de fuego.
Ahora mismo daría todas las pasas recubiertas de yogur del mundo por tener un corazón de hielo.  

La autora nos cuenta que se inspiró en un gorila de verdad, también llamado Iván, para escribir esta novela. Un gorila que fue criado por humanos en una casa hasta que a estos les fue imposible controlarlo. Fue entonces cuando se lo llevaron a un centro comercial en el estado de Washington. Pasó 27 años solo en una jaula.
Por último, no puedo terminar la reseña sin hacer mención a la preciosa edición de Gran Travesía, con una encuadernación en cartoné e ilustraciones interiores que son adorables.
El único e incomparable Iván es uno de esos libros que deberían ser lecturas obligatorias de instituto, repleto de reflexiones, enseñanzas y frases para enmarcar. Que no os eche para atrás que esté catalogado de infantil, porque es una historia que será diferente dependiendo de los ojos de quien la lea (lo que sucede con libros como El Principito o Peter Pan). Recomendadísimo. 


9/10 Iván te roba el corazón, lo acaricia y lo estruja; a veces te hace cosquillas, otras te hace daño. ¿Cómo echárselo en cara? A fin de cuentas, nadie le ha enseñado mucho sobre la vida. Solo os puedo decir que lo leáis. Quered mucho a Iván, se lo merece.


¿Lo habéis leído o tenéis ganas de hacerlo? ¿Os ha enamorado tanto como a mí?
¡Un besote a todos!