Ficha Técnica:Título: El único e incomparable Iván
Autora: Katherine Applegate
Editorial: Gran Travesía
Encuadernación: Rústica con solapas
Nº Páginas: 324
Precio:15,95€
ISBN:9788494258220
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Resumen de la editorial:
Me llamo Iván.
Soy un gorila. No es tan sencillo como parece.
Iván es un poderoso pero tranquilo gorila que vive en el centro comercial Gran Circo. Allí se ha acostumbrado a los humanos que lo observan a través de las paredes de cristal de su jaula, y rara vez echa de menos su vida en la selva.
De hecho, casi nunca piensa en ello, Iván prefiere ver la televisión y charlar con sus amigos Stella, una anciana elefante, y Bob, un perro callejero.
Lo que más le gusta a Iván es pintar, captar en sus cuadros el sabor de un mango o el sonido de las hojas de los árboles. Pero el día que llega Ruby, una elefantita bebé que fue separada de su familia, todo cambia, e Iván comienza a ver su hogar y sus cuadros de una forma distinta.
Los humanos hablan demasiado. Parlotean como chimpancés, y congestionan el mundo con su ruido, aunque no tengan nada que decir.
Me llevó cierto tiempo reconocer todos esos sonidos humanos, hilar con palabras las cosas. Pero fui paciente.
Es útil ser paciente si uno es un simio.
Los gorilas tienen la paciencia de las piedras. Los humanos no llegan a tanto.
Opinión Personal (sin spoilers):
Pero no creáis que Iván se queja, de ninguna manera. Él acepta su situación, es cómoda y vive tranquilo. Le dan de comer, es dueño de sus dominios (aunque el espacio sea diminuto y deprimente) y cada día le llevan lápices para que pueda dibujar. Es Iván, el único e incomparable, el único y sin par, el poderoso gorila espalda plateada. Lleva años siendo la estrella del centro comercial Gran Circo y está orgulloso de serlo. Y es un artista. Sus dibujos se venden a 25 dólares enmarcados. Además, no está solo. Tiene dos grandes amigos: Stella, una elefanta muy sabia que sabe contar grandes historias, y Bob, un perro callejero al que le gusta dormir sobre su panza. No puede quejarse. Se ha adaptado y para ello ha tenido que dejar el pasado muy atrás, bien sellado para que no pueda afectarle.
Mi vida está hecha de luces que destellan, dedos que señalan y visitantes que nadie ha invitado. A escasos centímetros, los humanos apoyan sus manos contra la pared de vidrio que nos separa.
El vidrio dice que ellos son una cosa y nosotros somos otra, y así es como todo será siempre.
Iván me ha robado el corazón. Empecé el libro con curiosidad, sabiendo que me iba a gustar pero sin imaginarme cuánto llegaría a hacerlo. Como diría mi Alicia, me sentía trisfeliz leyéndolo, que es cuando estás triste y feliz a la vez. Y, cuando me quise dar cuenta, tenía un nudo en el estómago y unas ganas inmensas de abrazar a Iván, a Ruby, a Stella, a Bob e incluso a la pequeña Julia, la hija del hombre que limpia el centro comercial. Este libro no es solo un libro, es una lección. Tampoco imaginéis que es un libro lacrimógeno (aunque si sois de lágrima fácil, como yo, lloraréis). Solo es un libro que te toca, de esos en los que te sientes mal porque ves cosas que Iván no te cuenta. Cosas que son injustas, que hacen que una rabia inmensa se adueñe de ti. Y eso es lo que hace este libro especial, no solo la maravillosa voz de Iván sino todo lo que nos cuenta sin querer, solo dibujando lo que se le permite ver dentro ese pequeño espacio al que él denomina como sus dominios.
De su otra vida Iván no quiere recordar nada, hasta que un hecho le hace revivir aquellos días en la selva junto a sus padres y a su hermana gemela. De ahí nacen los interrogantes, los “y si…” en los que nunca se ha permitido pensar. Porque recordar puede doler, y más si esos recuerdos hacen que comiences a desear algo que nunca te será permitido tener.
Los golpes en el pecho de un gorila enfadado no son algo que uno quiera oír. Ni siquiera con tapones en los oídos.
Ni siquiera si uno está a cinco kilómetros con tapones en los oídos.
Un gorila que se golpea el pecho pone a la selva entera en movimiento, como si el cielo se hubiera desplomado, o como si se acercaran hombres armados.
Iván es un gorila pacífico. Nunca ha sentido la necesidad de revelarse por nada ni por nadie. Pero ahora ha hecho una promesa. Iván tiene a alguien a quién proteger. Y la manera en la que lo hace es sencillamente maravillosa. Tal vez sea el gorila más solitario del mundo, pero también tiene un corazón que no le cabe en el pecho.
—El corazón de los gorilas está hecho de hielo, Iván —dijo, con los ojos brillantes—. El de los elefantes, de fuego.
Ahora mismo daría todas las pasas recubiertas de yogur del mundo por tener un corazón de hielo.
La autora nos cuenta que se inspiró en un gorila de verdad, también llamado Iván, para escribir esta novela. Un gorila que fue criado por humanos en una casa hasta que a estos les fue imposible controlarlo. Fue entonces cuando se lo llevaron a un centro comercial en el estado de Washington. Pasó 27 años solo en una jaula.
Por último, no puedo terminar la reseña sin hacer mención a la preciosa edición de Gran Travesía, con una encuadernación en cartoné e ilustraciones interiores que son adorables.
El único e incomparable Iván es uno de esos libros que deberían ser lecturas obligatorias de instituto, repleto de reflexiones, enseñanzas y frases para enmarcar. Que no os eche para atrás que esté catalogado de infantil, porque es una historia que será diferente dependiendo de los ojos de quien la lea (lo que sucede con libros como El Principito o Peter Pan). Recomendadísimo.
9/10 Iván te roba el corazón, lo acaricia y lo estruja; a veces te hace cosquillas, otras te hace daño. ¿Cómo echárselo en cara? A fin de cuentas, nadie le ha enseñado mucho sobre la vida. Solo os puedo decir que lo leáis. Quered mucho a Iván, se lo merece.
¿Lo habéis leído o tenéis ganas de hacerlo? ¿Os ha enamorado tanto como a mí?
¡Un besote a todos!