Reseña | Entre chicos, Emma Noyes

Por Flordecereza @NovelaRomantica

Ginny Murphy se siente cómoda entre chicos. Con ellos la amistad fluye de forma fácil... siempre y cuando no se enamoren de ella y viceversa. Por eso se mantiene fiel a esa norma. Pero cuando conoce a Adrian Silvas, Ginny empieza a cuestionarse sus propias reglas.

Adrian es el único chico que ha conseguido despertar en ella algo especial, y poco a poco, la relación entre ambos se vuelve seductora y arriesgada. Ginny amenaza con destruir las convicciones de Adrian sobre el amor: desde que le rompieron el corazón a su madre, cree que no merece la pena. Ginny, por su parte, también tiene un escollo. Dejar que Adrian se acerque demasiado podría desvelar un secreto que lleva tiempo guardando: sufre un trastorno alimentario.

GINNY NO BUSCA A NADIE QUE LA SALVE. PERO QUIZÁS ELLA Y ADRIAN PODRÍAN AYUDARSE MUTUAMENTE... SI NO SE DESTRUYEN PRIMERO.

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Entre chicos de ha sido la novela que me ha tenido enganchada esta última semana, una historia sincera y honesta donde el lector acompañará a Ginny en un viaje de autodescubrimiento a través del trauma, el amor y la amistad, un camino tortuoso repleto de miedos e inseguridades en el que intentará enfrentarse a aquello que la hace diferente, imperfecta a sus propios ojos y la tiene sumida en una enfermedad que no es capaz de vencer. Un libro intenso, emotivo y romántico donde la autora se ha propuesto hacernos partícipes de temas complejos, pero que, a través del conocimiento propio, logra presentarlos desde la más pura sinceridad y con una delicadeza indispensable para que la veamos como una obra inolvidable.

Ginny Murphy siempre ha creído que era diferente al resto de chicas que conocía, ella no siente que debe reivindicar su femineidad estando rodeada de las de su género, su vida es más sencilla y se siente más cómoda entre chicos, pues con ellos la amistad es más fácil, nada de competiciones por ser más guapa o llamar más la atención de los hombres, sus mejores amigos le dan la confianza que necesita y le ofrecen un trato igualitario en su pequeño círculo. Desde que conoció a Clay, Tristan y Finch en la universidad ha encontrado un hogar, ya que alejarse de su familia, sobre todo de sus hermanos, la dejó en una posición demasiado vulnerable. De esta forma, Ginny es feliz y solo debe respetar una norma, no enamorarse de ninguno y que estos tampoco lo hagan de ella, algo relativamente fácil sobre el papel, pero complicado cuando entran en juego la intimidad y los sentimientos. Aun así, la joven hará todo lo posible por seguirla, no obstante, cuando conozca a Adrian y éste pase a formar parte de su pequeño grupo de chicos, verá que si antes era difícil seguir esta regla ahora se volverá totalmente imposible, pues él sabrá ahondar en su alma como nadie hasta el momento, un peligro añadido que podría dejar al descubierto su secreto.

Adrian Silvas ha hecho siempre lo que se esperaba de él, fue un niño marcado por la tragedia, alejado de un hogar seguro, tuvo que acostumbrarse a un país extranjero donde la soledad sería su mejor compañera. Aun así, no dejó de intentar encontrar su lugar, en la escuela, en la universidad, en el trabajo y en las relaciones, un aspecto de su vida que no cree necesario ya que no desea abrirse a un sentimiento que podría romperle el corazón, tal y como le sucedió a su madre. Así, su existencia se ha visto reducida al trabajo y a los amigos, aquellos que lo acogieron como uno más y que son su modo de escape cuando su estresante empleo en una de las mayores empresas de inversiones amenaza con ahogarlo. No obstante, cuando Ginny entre a formar parte de su mundo, todas sus convicciones sobre el amor y todo lo que lleva aparejado se volverán irrelevantes, ella es distinta a las demás y, por más que intenta alejarse, siente que la vida la ha puesto en su camino por un propósito y no pierde nada con averiguarlo.

Ginny y Adrian serán dos almas perdidas en busca de ellos mismos, dos personas con taras emocionales que saben que algo en su interior no está bien, pero son incapaces de arreglarlo. Lo suyo será una amistad que comenzará creciendo con los momentos compartidos, con charlas interminables donde se encontrarán el uno al otro y, por supuesto, con emociones nuevas que harán que los lazos pasen a ser más estrechos y la atracción que hay entre ambos tome el mando de sus deseos. Una relación complicada que vendrá marcada por esos traumas que hacen de ellos rompecabezas sin resolver, pues Adrian no desea profundizar lo que hay entre los dos porque su cabeza le dice que hacerlo puede significar sufrir. Ginny, por su parte, también tiene un escollo que solventar, un secreto que de ver la luz se haría realidad y eso es algo que no soportaría. Así, lleva mucho tiempo escondiendo un trastorno de la conducta alimentaria, una enfermedad que la está consumiendo tanto física como mentalmente, sin embargo, la joven necesita que alguien la salve, algo que sucederá cuando Adrian se convierta en ese refugio donde podría librarse al fin de sus inseguridades, sus miedos y los problemas que no sabe cómo dejar atrás. Un romance lleno de dificultades donde ambos tendrán que ser fuertes para descubrir aquello que los pondrá en la senda de la sanación de sus almas, rotas en miles de pedazos, pero con la fuerza necesaria para recomponerse.

Emma Noyes nos ofrece una novela donde, desde la voz de su propia experiencia, viene a contarnos lo difícil que es salir adelante cuando vives inmerso en una enfermedad que te estigmatiza y te domina hasta el punto de hacerte ser una persona completamente diferente a la que eres. Ella ha querido coger un tema complejo como son los trastornos alimentarios y ponerlos en el centro de una obra fascinante, intensa y emotiva, con una protagonista imperfecta, llena de miedos, con inseguridades arraigadas en lo más profundo de su ser y con un complejo brutal a no sentirse querida por nadie. Para Ginny las relaciones son el principio de algo que acabará con ella sufriendo y siendo abandonada, siente que nunca será la elegida y eso no ayuda a su enfermedad. Su mente distorsiona una realidad donde su físico es lo único que puede controlar, de ahí que, la anorexia primero y la bulimia después, la consuman hasta el punto de hacer de ella un mero fantasma que apenas siente, pues hacerlo es sufrir el rechazo y la soledad. Un personaje que me ha impactado hasta el punto de sentir dolor al mismo tiempo que ella, sus problemas están en su falta de autoestima y, a medida que avancemos en la lectura, veremos cómo toca fondo y tiene que recurrir a los demás para salir a flote. Adrian, por su parte, ha sido también un personaje muy interesante, ya que su imposibilidad de desarrollar sentimientos viene de un pasado donde la pérdida le enseñó de la peor manera que amor y dolor van de la mano. Ahora ha cerrado su corazón a todo, no obstante, Ginny se colará poco a poco en él, con ese espíritu noble que tiene, su risa que invita a soñar y con esa entrega que lo hará dudar de sus propias convicciones. Ambos han tenido un proceso de madurez a lo largo del libro, la muchacha afrontando su enfermedad y las causas que la han llevado a refugiarse en ella y el chico comprendiendo que su forma de ver la vida y los sentimientos son solo una excusa que lo mantienen seguro y a salvo de lo que lo haría sufrir. En cuanto a los personajes secundarios, los más destacados son el trío de amigos que completarán el pequeño círculo que acogerán a Ginny y Adrian, Clay, Tristan y Finch serán esenciales en la novela, a través de ellos vemos los lazos de amistad con la joven y donde tendrán roles muy diferentes, pues unos serán su apoyo incondicional y el otro vendrá a demostrarnos como las relaciones no siempre son fáciles, volviéndose tóxicas para satisfacer el egoísmo de quienes no encuentran la valentía necesaria para romper con todo. Sin duda una lectura fascinante que nos pone frente a temas complicados tratados de forma muy natural y con una delicadeza que los han hecho mucho más auténticos. Por último, me gustaría mencionar la pluma de la autora, y aunque es la primera vez que la leo y espero que no sea la última, he sentido que sabe transmitir las emociones, ya que con una prosa fresca y cercana hace que el lector se enganche a la historia y sienta todo lo que Ginny está experimentando, acompañándola en su viaje para descubrirse a sí misma, afrontando sus problemas y abriéndose, por primera vez, a un amor que puede ser sano para ella, devolviéndole su confianza y las ganas de seguir luchando por aquellos que de verdad importan.

Entre chicos de me ha permitido descubrir la pluma de una autora que no tiene problemas en conectar con el lector, su modo de meternos en la historia hace que se vuelva adictiva desde el principio y todo lo vivido entre Ginny y Adrian pase a formar parte de nuestro propio mundo, una trama en la que dos personas imperfectas se encontrarán para salvarse mutuamente, afrontando los obstáculos que su propia mente se empeña en poner, alejándolos de la realidad que ya se ha instalado en sus corazones y que los hace muy capaces de abandonarse a lo que sienten, un amor auténtico y sincero que podría sanar sus almas heridas.

Gracias a Versátil por el ejemplar ·