Título original: Splendor | Autora: Anna Godbersen | Género: Romance histórico
Editorial: Montena (colección Ellas) | Páginas: 346 | Año: 2012
Saga The Luxe (libro 4)
MI VALORACIÓN PERSONAL
Nuevos comienzos. Inesperados finales.
Chicas maliciosas, secretos oscuros y pasiones arrolladoras.
Me costó, pero al fin culminé con esta tetralogía. Esplendor es la 4ª y definitiva parte de la saga literaria The Luxe, escrita por Anna Godbersen. Las anteriores, Latidos, Rivales y Envidia, construyeron una historia a base de traición, celos, venganzas y amor en un tiempo pasado en el que la sempiterna diferencia de clases dividía la sociedad entre los ricos y los pobres, la humildad y los lujos... la clase baja y la élite más poderosa (y esto quizá sigue hoy en pleno siglo XXI). Pero el tema es que tras tres libros, Godbersen pone fin a una historia que para unos bien, pero para otros algo pesada. En mi caso soy de las segundas, razón de más por el que esta reseña llega con mucho retraso.
Esplendor continúa donde lo dejó su antecesora, Envidia. Volvemos al romance prohibido de Diana Holland y Henry Schoonmaker, ahora dispuesto en el frente de guerra; somos testigos de los aires de grandeza de esa pulpo llamada Penélope, a quien ya parece importarle un comino Henry; vemos que la familia de Elisabeth (de joven y prometedora casadera a un escalón social más bajo) sigue pasando sus penurias y que Carolina Broad, o Lina, lucha por seguir manteniendo su falsa fachada de rica. Como en el resto de libros, la trama de Esplendor sigue la estela de estos cinco personajes, Elizabeth, Diana, Henry, Penélope y Carolina, entrelazándose unos con otros mostrando quizá al lector, y salvo quizá, su cara más atractiva.
No puedo soportar la idea de que las cosas vuelvan a ser como antes, y menos después de haber estado juntos. Diana... es a ti a quien siempre he querido. A ti a quien debería llamar esposa (Henry).
Porque si algún pero tiene este libro y los demás, y así es por ende la narrativa de Godbersen, es una facilidad pasmosa de dar mucho rodeo a las cosas. He culminado la tetralogía (porque cuando empiezo algo, lo acabo, a menos que sea infumable), pero no puedo evitar leer sin poder estresarme con tantas descripciones sumamente detallistas de los vestidos de las damas o el artesonado de las paredes. Siempre lo he dicho, son detalles que hacen que unas cuántas páginas se hagan cansinas. Salvando eso, cuando la autora se centra en lo que de verdad llama la atención, la traición, el glamour, el amor a tres bandas, la envidia..., la novela da un giro de 360º: la cosa cambia para mejor.
No será para siempre, nada es para siempre, y, de todos modos, no me importa mucho ser la amante mientras sea tu amante [...] ¿Cómo iba a importarme ser tu amante cuando te quiero tanto? (Diana)
De la narrativa de Godbersen ya he dicho que sigue dando vueltas a cosas que poco o nada interesan, pero en Esplendor sorprenderá el giro (siguiendo con las vueltas que da) del final, inesperado y sorprendente, me atrevería a decir. Lo consideraría nada típico tratándose de una novela de corte romántico (¿funcionan siempre los finales felices de comer perdices?), pero al mismo tiempo perfecto. Si la autora ha sorprendido en cada libro con las historias de sus personajes, aquí creo, y digo creo, puede que llegue un poquito más lejos. Aunque como en todo, siempre habrá defensores y detractores con esto de los happy endings en todo romance que se precie.
Con todo, no puedo calificarla muy alto ni darle cuatro ratoncitos lectores (de hecho, creo que le daré uno solo, por lo que inaugura el rating de "Un ratoncito duro de roer"). Tardaré mucho tiempo en volverme a leer esta saga que, auque entretenida, tiene sus peros. Original y como se suele decir, de culebrón, puede que si vuelvo a leerla sin la idea en mente de hacer reseña, pueda decir que es una de mis sagas favoritas, pero lo veo poco probable.
TETRALOGÍA THE LUXE
EL MURO DE LAS CITAS
INFO ADICIONAL
EN RESUMIDAS CUENTAS
Puntuación: 7/10 (Notable)
^(.)^ SiLviA FiLÓLóGa ^(.)^
Filóloga inglesa, chica blogger con musa durmiente, ratona de biblioteca, domadora del lenguaje (de Shakespeare y Cervantes), literata en femenino singular de presente de indicativo... una especie de rara avis. Por encima de todo, adicta a la vainilla, las galletas Oreo y cinéfila confesa de (casi) todos los géneros cinematográficos.