Framed and Hung
Alexis Fleming
Si alguien tenía alguna duda, lo que más me había llamado la atención de este libro era la portada. Me parece una cubierta de libro muy atractiva que promete al menos una lectura “sexy”. Al final esta historia se ha quedado en una inmensa oportunidad desaprovechada. Es muy triste ver que la escritora tenía todos los elementos para contar un buen libro y cómo los ha estropeado todos.
Teníamos a la protagonista respondona que no se detiene ante nada, al buen mozo de turno un poco capullo y ligón. Teníamos una situación que daba pie a bastante humor y diálogos inteligentes entre los protagonistas. Teníamos buenos secundarios que daban un tono de frescura en los momentos más empalagosos. Lo teníamos todo, pero la buena señora Fleming los ha tirado por el desagüe.
Dicen que lo que bien empieza bien acaba, pero no es algo que podamos decir de Framed and Hung (¡¡hasta el juego de palabras del título presagiaba algo bueno!!). Tenemos a una restauradora que tiene que poner a punto una mansión antigua. Aquí conocemos al hijo de la dueña, que tiene la sana costumbre de bañarse despelotado justo cuando hay visita. Así se conocen los protagonistas, siendo éste el único momento bueno del libro. Éste y el de la ducha que viene después. Una vez que Jake comienza a ponerse ropa la historia va a pique.
Sin duda, el momento en el que nos damos cuenta que este libro no sabe ni lo que quiere es cuando aparece en escena el fantasma de la mansión. Es un antepasado de Jake que tiende a pellizcar los traseros de toda mujer que pise el lugar. No, el fantasma no aporta NADA a la trama y resulta un pegote. Ese toque paranormal en una historia de Romántica Contemporánea es un golpe muy bajo. Si al menos tuviese algún peso en la trama… pero no. Ni siquiera sirve para crear situaciones humorísticas. Se toman la presencia del fantasma como algo muy normal…
Las escenas de sexo tampoco destacan. La escritora parecía que estaba caldeando el ambiente para crear fuegos artificiales pero al final la cosa se ha quedado en un par de petardos lanzados por gamberros. Vamos, que lo único que salva al libro es el ritmo rápido que tiene la historia.