¡Hola florecillas!
¿Qué tal estáis? Yo estoy genial porque después de los exámenes he vuelto a coger el ritmo de leer y no puedo parar. ¡Me encanta! Hoy os traigo una reseña, de un libro que me llamo la atención desde el principio tanto por la portada como por la sinopsis. Gracias a Montena, por enviarme el ejemplar.
Antonio, el protagonista, empieza esta historia con el corazón destrozado. Su chica acaba de irse con su mejor amigo, él no acaba de integrarse en el nuevo barrio, la relación con sus padres es difícil y no solo por los problemas económicos que sufre la familia... La vida de un adolescente normal sino fuera porque Antonio tiene además que hacer frente a un problema mayo: el racismo. Sin embargo, todos sus problemas empezarán a parecerle más soportables cuando conozca a Linda.
El libro me llamó la atención desde un primer momento y la verdad, es que empezar a leerlo fue todo un acierto. En cuanto vi que trataba acerca del racismo quise leerlo inmediatamente, porque desgraciadamente, todavía hoy en día vivimos en una sociedad extremadamente racista.
Es complicado hacer esta reseña porque no es un libro que esté narrado a modo novela, si no que está narrado como contando los pensamientos del protagonista e incluyendo también alguna carta o mensaje, eso es quizás (para mí) la parte más negativa de la historia porque cuesta un poco meterse dentro y engancharte. Pero por otro lado, tiene frases que te hacen reflexionar y que me encantan. "Antes de que los blancos llegaran a África, nosotros éramos ciudadanos. Y aunque no sabíamos comer con cubiertos, tampoco sabíamos qué era el hambre. Sin embargo, ahora no somos más que monos clandestinos que vienen a sus países a robarles el trabajo, cuando fueron ellos los que nos robaron la dignidad. El día en que ya no haya extranjeros, les tendrán tirria a los homosexuales, a los obesos, a los del sur, a los comunistas, a las mujeres, a los parados. Y cuando ya no les quede nadie, se tendrán tirria a sí mismo porque comprenderán que se merecen la soledad"
La historia comienza con Antonio que ve como su novia se ha ido con su mejor amigo y él termina con el corazón roto sin entender como un amigo puede preferir una novia antes que la amistad. Pero no solo eso, él que ha nacido en Italia pero cuyos padres son africanos, se enfrenta a que no termina de encajar. La gente le trata con desprecio, en el colegio casi no tiene amigos.
Cada día, se enfrenta a frases como "sucio negro" o "¿Pero tú te sientes de aquí?" y él no comprende por qué le tratan así si él es italiano igual que el resto. Porque por tener la piel de diferente color merece trato diferente. Por si fuera poco, además de enfrentarse al racismo, Antonio se enfrenta también a la pobreza. A no tener luz, a no tener tantos juguetes como el resto, a no siempre poder ver la televisión.
Con el corazón roto y enfrentándose cada día al racismo, Antonio vuelve a enamorarse de Linda, una joven que ve más allá del color de su piel. Sin embargo, las dificultades vuelven a aparecer otra vez en la vida de Antonio ya que esta vez son los padres de la chica los que no permiten la relación y acaban separándoles.
Si hay algo que tiene esta historia, es originalidad. Cada capítulo, por decirlo de alguna manera, es una canción. Hay cambio de tipografía (como si fuesen cartas), párrafos subrayados... Además es un libro muy corto, 186 páginas pero que desde mi punto de vista, no es tan fácil de leer porque no tiene ese punto en el que te metes en la historia y te engancha.
Es cierto que no era como lo esperaba, pero me ha dejado unas reflexiones preciosas y el final me encantó. Esperaba que se centrase un poco más en el racismo y un poco menos en el amor, sin embargo, me ha gustado.
Valoración final: 3'5/5. Lo recomiendo.
¡Esto ha sido todo por hoy! Espero que os haya gustado. Sed felices y mucho mucho mucho amor.