Cuando una portada de Corominas te entra por los ojos, es difícil decirle que no cuando estas en la propia Gigamesh, pero si además conoces a la autora ese mismo día, es un combo demoledor. Pese a que ya conocía Refugio del viento (Gigamesh) donde la propia Lisa Tuttle escribe a cuatro manos con el titán George R. R. Martin, reconozco que nunca me había acercado a la prosa en solitario de la autora. Candidata a los premios Arthur C. Clarkey James Tiptree Jr. en Futuros perdidos nos cuenta la historia de Clare Beckett, una chica madura, soltera y acomodada en una vida monótona que arrastra las cicatrices de una mala decisión del pasado. De tal modo, Clare se encuentra a si misma saltando de una realidad alternativa a la siguiente, explorando un torbellino de vidas diferentes que podría haber llevado si sus decisiones hubiesen sido diferentes. ¿Estará viajando de verdad a dimensiones paralelas o solo se estará volviendo loca?
Misterio, drama y ciencia ficción se entremezclan con una prosa elaborada, magnifica y que engancha desde las primeras páginas, creando un relato capaz de transmitir imágenes confusas donde es difícil diferenciar entre sueño y realidad. Navegando entre la intriga, lo onírico y un poco de metafísica vamos surcando de forma un tanto angustiosa por las vidas de Clare Beckett, o por lo que podrían haber sido. Para ello utiliza una tercera persona donde vivimos como la protagonista comienza a descubrir estas realidades, como lucha contra ellas y como se termina dejando llevar a explorar. Todo esto lo combina con escuetos capítulos intercalados en primera persona, donde alguien habla directamente con Clare de forma intima, pero sin que el lector llegue a saber de quién se trata. De tal manera la autora logra dibujarnos un drama existencial en el que a través de cada realidad vamos dibujando la personalidad de nuestra protagonista, conociendo sus problemas y como intentará afrontarlos.
Las secuencias más oníricas son una verdadera delicia para el lector, la confusión se instala en nuestra mente y es imposible discernir dónde está la frontera entre los sueños y la realidad. Es fascinante como juega con la idea del yo, como vemos el mundo a través de nuestras influencias, o el calvario psicológico de carcomerse la mente con remordimientos por las decisiones y acciones ya tomadas. El tema de las realidades alternativas sirve como mera excusa para hablar sobre como ver los futuros posibles y lo que pueden suponer para una persona normal. Pero en realidad, Lisa trata de hablar sobre aceptarnos a nosotros mismos, sobre la familia y nuestros amigos, aprender que toda decisión siempre tendrá una consecuencia, es ley de vida, es algo inherente al ser humano por mucho que tengamos miedo o intentemos huir.
El punto vital de la novela es su protagonista. Una contable con una vida gris y aburrida, una vida que podemos comprender fácilmente con problemas habituales que transcurren en la vida cualquier persona corriente. Aborrecimiento laboral, rutina diaria, desengaños amorosos, inestabilidad social. Pero Tuttle se reserva la carta de que en realidad Clare Beckett es alguien diferente, alguien que debemos descubrir poco a poco a través de sus sueños, de sus futuros y pasados, de sus posibles vidas vividas. La idea de universos alternativos consigue enlazar toda la narración, es algo que nos mantiene cautivos y atentos de la lectura, que nos hace sospechar en todo momento sobre la veracidad de lo que nos están contando. ¿Será Clare una enferma mental con trastorno de identidad disociativo? ¿Puede realmente la conciencia etérea explorar otras realidades? La respuesta está en todas las posibles vidas de Clare Beckett.
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