Corre el año 1925 y, aunque la guerra terminó hace tiempo, se han perdido tantas cosas que la vida nunca volverá a ser como antes.
El castillo de Deverill, el amado hogar de la familia Deverill en el oeste de Irlanda, se ha quemado hasta los cimientos. Ahora, la joven y caprichosa Celia Deverill está decidida a restaurar sus ruinas y devolverles su antiguo esplendor. Casada con un hombre rico, cuenta con los medios para mantener el castillo en el seno de la familia y no soporta verlo abandonado.
Pero las tinieblas se congregan una vez más cuando los mercados financieros se desploman y todo lo que parecía sólido y seguro comienza a tambalearse...
¡Qué ganas tenía de leer esta novela! ^-^ Hace unos meses, concretamente en abril, tuve el placer de leer la primera parte de esta trilogía, «Canciones de amor y guerra» y solo he tenido que esperar tres meses para saber qué pasó con los personajes tras ese intenso final. Si mal no recuerdo, la tercera y última entrega se publica este mismo año, así que parece que los seguidores de Santa Montefiore y de esta trilogía estamos de suerte jiji Dicho esto, paso a contaros mis impresiones, que no quiero dejarme nada en el tintero y tengo muchas cosas que comentar *-*
Esta vez, la novela también gira en torno al castillo de Deverill, que fue asaltado y arrasado y ahora solo permanecen sus ruinas. Celia Deverill, caprichosa por naturaleza y aprovechando que está casada con un hombre rico, decide hacerse con el castillo para devolverle el esplendor de antaño y recuperar los recuerdos y momentos allí vividos hasta no hace mucho tiempo. Lo que Celia y sus familiares no saben es que el castillo no solo traerá alegrías, sino que las desgracias también se ceñirán sobre él y ya se sabe que nada dura para siempre...
Los personajes secundarios que intervienen en la novela son bastante numerosos pero, a pesar de ello, no he tenido problema alguno para conectar con ellos e incluso diferenciarlos. Ya se sabe que cuando hay tantos personajes al final unos acaban teniendo más protagonismo que otros, pero aun así me gustaría añadir que al principio de la novela podemos encontrar dos árboles genealógicos que ilustran a la perfección los lazos familiares tanto de los Deverill de Londres como de los Deverill de Ballinakelly (Irlanda), así que no tiene pérdida alguna y esta vez no me voy a parar a mencionar o destacar personajes porque al fin y al cabo todos tienen su protagonismo llegado el momento y no quiero aburriros :')
Salta a la vista que habiendo tantos personajes sobre la mesa, la trama de sencilla tiene más bien poco, pero no estamos ante una de esas novelas que cuesta seguir debido a la cantidad de subtramas, sino más bien al contrario, o al menos a mí no me ha costado avanzar ni he perdido el hilo en ningún momento. Estamos ante una novela coral con muchas subtramas y personajes entrelazados y relacionados unos con otros y con una importante carga histórica, aunque no en exceso. ¿Lo mejor de todo? Que en las primeras páginas se nos cuentan, a modo de resumen, los hechos más relevantes que tuvieron lugar en la primera entrega así que, como ya digo, fui incapaz de sentirme desubicada o perdida.
«—La vida pasaría de largo ante nosotros —dijo Kitty—. Y aunque eso a veces pueda ser muy agradable, creo que sufrir nos hace mejores personas. Nos ayuda a mirar más adentro, a compadecernos más de nuestros semejantes. ¡Qué egoístas seríamos si la pena no nos alcanzara nunca!».
Con respecto al romance, no sabría muy bien qué deciros de él porque no he sentido que fuese uno de los temas principales de la novela ni que ocupase un primer plano o tuviese mucho protagonismo, pero sí que tenemos algunas pinceladas y he disfrutado mucho esta parte, sobre todo por lo entrañable que me ha parecido y por los altibajos que sufren algunos personajes, lo que hace ser aún más realista.
«Para apreciar algo en su justo valor, no había nada como perderlo».
En conclusión, la autora entremezcla elementos sobrenaturales, políticos, históricos, románticos y dramáticos con gran maestría, lo que da lugar a una trama perfectamente pulida, hilada y trabajada y con grandes dosis de intriga, misterio e incluso acción que todo amante del género disfrutará ;)
La novela está dividida en tres partes bien diferenciadas y los capítulos tienen una extensión media o variable, por lo que aunque el ritmo de lectura sea algo pausado y en general haya más narración que diálogo, a mí no se me hizo aburrida ni pesada de leer en ningún momento. Es más, considero que esta es una de esas novelas que hay que disfrutar y saborear poco a poco, sin prisa pero sin pausa, para captar y absorber todos los detalles y conocer bien a los personajes, pero a mí tan solo me duró ocho días, lo cual me parece muy poco tiempo teniendo en cuenta que tiene 500 páginas, así que imaginad mi nivel de enganche :')
Y ya, para terminar, me gustaría hablaros un poco del final, que menuda expectación me ha quedado para la tercera entrega *-* He disfrutado la novela en su totalidad, es cierto, pero es que la segunda mitad me ha parecido más intensa y emocionante, si cabe, sobre todo por un giro o sorpresa que me topé hacia la mitad de la novela y que no me esperaba para nada. Entre eso, mis sospechas hacia algunos personajes y el último (o últimos) capítulo, que deja una interesantísima trama abierta para la última entrega, estoy segurísima de que disfrutaré mucho la siguiente novela y, obviamente, «Hijas del castillo Deverill» ha pasado a ser una de mis mejores lecturas del año, al igual que lo hizo su primera parte, así que os recomiendo encarecidamente esta trilogía si sois amantes del género, que seguro que os engancha y gusta tanto como a mí ^-^