La historia está narrada en primera persona por Augusta, en la que va combinando pasado y presente para que nos hagamos una idea general de cómo es. Es el personaje que más me ha gustado, por su fuerza, ganas de superarse, el esfuerzo que ha dedicado toda su vida tanto a mantener su empresa como a cuidar a sus hijos sin la presencia de su marido. A través de ella se ven claros los mensajes que quiere transmitir la autora con este libro, el coraje y voluntad que pone día a día para llegar a lo que es.
Es una historia bastante sencilla pero la autora se ha quedado en eso, no le ha dado giros importantes ni acontecimientos que hiciesen que estuviese pegada al libro, ha habido muchas partes que se me han hecho pesadas y que me han aburrido.
En definitiva, está claro que no ha sido una buena lectura para mí. Le ha faltado una organización, una forma de expresarse mejor, introducir giros argumentales importantes... no ha sido una historia con la que haya empatizado y disfrutado.